En el país hay 30.000 sitios que comparten y viralizan este tipo de material: imágenes íntimas sin el consentimiento de las víctimas. Hasta el momento, esta actividad todavía no es considerada un delito, por lo que se busca su aprobación.
El proyecto surgió tras el caso de Olimpia Coral Melo, quien a sus 18 años decidió terminar su relación con su novio de entonces. Tiempo después, comenzó a ver que la gente la miraba de manera extraña y que, a su paso, las personas -especialmente los hombres- hacían comentarios por lo bajo.
Con el pasar del tiempo descubrió la razón: su ex novio había viralizado un video íntimo suyo. La depresión que a esta joven mexicana le generó saberse en boca de todos la llevó, incluso, a querer suicidarse, pero gracias al apoyo de sus allegados no sólo logró recuperarse sino también entender que tenía que hacer algo ante tal injusticia.
Años después, su militancia logró que su Estado, Puebla, no sólo considerara este tipo de prácticas como violencia digital sino que la penalizara con seis años de prisión. Actualmente, el reconocimiento de la violencia digital no sólo se logró en decenas de Estados mexicanos, sino que se convirtió en un reclamo que trascendió las fronteras y es abrazado, incluso, por organizaciones como la ONU.
En el caso de Argentina, ayer, dio un primer paso decisivo en ese mismo sentido. La Cámara de Diputados le dio media sanción al proyecto que busca incorporar a la violencia digital como otra forma de violencia contra la mujer. El proyecto es popularmente conocido como Ley Olimpia.
La iniciativa se aprobó con 191 votos y ahora giró al Senado. De aprobarse y convertirse en ley, este tipo de violencia sería reconocido como otra forma de violencia contra la mujer. Darle ese tipo de visibilidad contribuiría a que el Estado genere políticas públicas de prevención ante este tipo de prácticas, lamentablemente, muy difundidas en nuestro país y que aún no está penalizada.
Cabe destacar que en la Argentina existen más de 30.000 grupos en sitios de Internet y redes sociales en los que miles de usuarios consumen, comparten, distribuyen y comercializan fotos y videos de mujeres sin su consentimiento. Como el hecho de violencia que sufrió Olimpia Coral Melo, víctima de “porno extorsión” y “porno venganza” por parte de una ex pareja
Tal cifra surge del relevamiento de mercados de explotación sexual en Internet que están disponibles en nuestro país y que fue realizado por el Frente Nacional para la Sororidad México, una organización encabezada por Coral Melo. En el país lo difunde Género y TIC, una organización civil local que lucha contra la ciberviolencia de género.
“Sabemos que por las próximas elecciones, es un año complejo de trabajo en el recinto. Las elecciones traban muchísimo el trabajo, pero por suerte ayer se dio la media sanción y esperamos que el Senado esté a la altura con esta deuda para la sociedad”, detalló a La Nación Florencia Zerda, abogada e integrante de Género y TIC.
Cabe mencionar que la procedencia de esas imágenes que circulan sin consentimiento es variada, según registra la organización. Algunas son enviadas por parejas o exparejas, pero también crecen otras maneras de obtención que colocan a cualquier mujer en el papel de potencial víctima.
Es más, circulan imágenes robadas de redes sociales y también material que es tomado sin consentimiento, por ejemplo, cuando la persona duerme. Además, se ofrecen fotos y videos obtenidos de cámaras ocultas en baños públicos o probadores. En muchos casos es evidente que se trata de material robado: los perpetradores se jactan de haberlo hecho, como si eso le agregara un plus al morbo.
Estos grupos están alojados en plataformas triple X (como se llama a los sitios para adultos) y blogs. Otros utilizan redes sociales como Facebook, WhatsApp o Telegram, donde la distribución de este material hoy no es delito. Y mientras no lo sea, sus víctimas están completamente desamparadas.
De esta manera, la falta de tipificación de estas prácticas en la ley penal, genera un vacío legal que beneficia a sus perpetradores. Aun así, en 2021, un hombre de La Rioja que ejercía violencia de género contra su expareja y difundía material íntimo sin su consentimiento fue condenado a 5 años de prisión en lo que se conoció en los medios como el primer juicio por “pornovenganza”.
Sin embargo, para llegar a ese castigo los jueces debieron probar otros delitos, específicamente los de coacción y lesiones leves calificadas. Es decir, si no hubiesen probado esos delitos, el hombre no podría haber sido castigado por difundir imágenes íntimas sin el consentimiento de la víctima.
Al respecto, Zerda, autora del libro “Violencia de género digital”, manifestó: “Son muchas las mujeres que desconocen que forman parte de esta red. Es muy duro enterarte de que sos víctima de este tipo de explotación sexual digital que se consume y se comparte de diferentes formas”.
Y agregó: Si bien algo hemos avanzado como sociedad y, quizás, en algunos grupos de WhatsApp de varones hoy esté mal visto distribuir este contenido, quien demanda este tipo de material se está mudando a otro tipo de redes, más anónimas (en Telegram se puede preservar no sólo el nombre sino también el número telefónico), para seguir haciéndolo”
Ante todo esto, es crucial que el Congreso también avance con el proyecto de ley que busca penalizar este tipo de acciones. Se lo conoce como Ley Belén, en nombre de una joven de Bragado que se suicidó en 2020 luego de que una ex pareja difundiera material íntimo suyo.
“Esta reforma es integral e involucra a dos leyes. Esperamos que el Senado ahora convoque a votar la Ley Olimpia a la brevedad, pero en Diputados queda tratar la ley Belén, que modifica el Código Penal. Por eso esperamos que la Comisión de Legislación Penal le dé dictamen para que pueda votarse pronto”, puntualizó Zerda.
VIOLENCIA DE GÉNERO DIGITAL
La organización Género y TIC tiene detectadas las múltiples formas que puede tomar la violencia de género digital. Algunas de ellas son:
- Difusión no consentida de material íntimo
- Obtención y difusión de material de desnudez
- Violencia sexual exhibida en internet
- Sextorsión
- Discurso de odio de género en línea
- Acoso virtual
- Suplantación de identidad digital
- Doxing o Doxxing
Dónde pedir ayuda y denunciar:
- Línea 144: brinda asistencia y orientación a las víctimas de violencia de género
- En la oficina más cercana que tome denuncias por violencia de género
- En la fiscalía de turno
- Género y TIC: la organización brinda asesoramiento jurídico y psicológico; se los puede contactar por Instagram o por mail a: gentic.org@gmail.com