Su espíritu solidario y su amor por los niños de las escuelas inhóspitas de Malargüe llevaron al docente Leonardo Mir a realizar, desde hace años, cruzadas solidarias para el Día de Reyes.
Así, a bordo de su camioneta, este profe de 50 años nacido en San Rafael, pero radicado en General Alvear, recorre más de mil kilómetros en pocas horas con el único objetivo de acercar juguetes y golosinas a los hijos de los trabajadores rurales de puestos alejados… y en general a todos los chicos que encuentra a su paso.
Casado, papá de dos hijos y docente de alma –sus materias están relacionadas con la actividad agropecuaria– comenzó con esta idea hace cuatro años, cuando se desempeñaba como docente en la Escuela Albert Einstein de El Manzano y pudo comprobar la alegría expresada por los alumnos frente a las pequeñas cosas de la vida.
“Siempre a pulmón, con ayuda de la familia, amigos y mi grupo de atletismo, comenzamos a cargar la camioneta con ropa, juguetes y golosinas. En particular esto último es algo que casi nunca pueden comprar a raíz de las grandes las distancias con los kioscos. Y a qué chico no le gustan las golosinas…”, exclama, en diálogo con Los Andes.
Los destinatarios son, en general, hijos de puesteros que buscan los lugares con mejores pasturas. Por eso muchos suelen ser nómades.
Lo cierto es que cada 5 de enero, alrededor de las 3 de la mañana, Leonardo emprende la marcha en compañía de Sonia, su esposa, y en ocasiones de algunos amigos que hacen de copilotos.
“Es un trayecto de más de 1.200 kilómetros que tratamos de cumplir en poco tiempo, por eso es cansador. En el camino aparecen otros niños que están trabajando o acompañando a sus padres, primos, vecinos... En definitiva, cada vez se van sumando más, por eso vamos juntando todo con el mayor tiempo posible”, aclara.
“¿Anécdotas? Montones. La gente ya nos conoce y los que nos reciben esperan la camioneta para esa fecha. La llegada de los Reyes representa todo un acontecimiento, es hermoso golpear las manos y que aparezcan los chiquitos a recibir sus obsequios”, señala, para agregar que, en muchas oportunidades, hasta llega a disfrazarse de Rey Mago.
“Les digo que debido a la lejanía de los puestos, los visito en representación de los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar”, advierte.
Para Leo, los chicos de las escuelitas de frontera son especiales, simples y agradecidos. “Muchos llegan a las escuelas a caballo, porque los caminos en las zonas en las que ellos viven son realmente intransitables. Todas estas personas hacen un gran esfuerzo para cualquier actividad que tengan que realizar, y eso es notable en estos tiempos en que el esfuerzo no predomina”, ejemplifica.
Desde hace varios días, Leo, Sonia y sus hijos Ignacio y Juan Cruz comenzaron a reunir los juguetes que regalarán y para iniciar así, el próximo 5 de enero, el clásico recorrido.
Hay veces en que el destino conspira contra la movida solidaria. El año pasado, por ejemplo, su camioneta no estuvo en condiciones para hacer de Reyes Magos. Pero la solidaridad volvió a aflorar y unos amigos de Leo y Sonia ofrecieron su vehículo y su compañía.
“Son experiencias hermosísimas, inolvidables, porque todo es bienvenido y recibido con alegría”, reflexiona.
Si bien suele llevar juguetes nuevos, también recibe usados en buen estado, ropa de niños y adolescentes, zapatillas y golosinas.
“Nos lleva unos días preparar las bolsas en casa, por eso pedimos con tiempo a quienes puedan colaborar que lo hagan cuanto antes, que cada obsequio es un gesto enorme para toda esta comunidad”, señala.
En esta ocasión, para los Reyes Magos de 2022, Leo pretende llegar a los 100 regalos, puesto que planea llegar nada menos que hasta Paso Pehuenche, en el sur de Malargüe. El trayecto es extenso y a la matrícula de la escuela se le suman los numerosos niños que encuentra a su paso.
“A veces la cuestión económica no es solamente lo que les impide acceder a un regalo, sino más bien la lejanía con las ciudades y los caminos inaccesibles”, amplía, para agregar que la vida en estos puestos dedicados casi exclusivamente a la cría de chivos es muy diferente a la de las grandes urbes: solo naturaleza y paisaje.
Para donar juguetes y golosinas
Quienes puedan donar juguetes, ropa y golosinas antes de la fiesta de Reyes Magos pueden contactarse con Leo Mir a su teléfono: 2625 51-2230.