Los muñequitos Lego ya pueden ser considerados como juguetes de otro planeta, gracias a una iniciativa que envió exitosamente 1.000 unidades a una altitud próxima al espacio. Lejos de ser solo un juguete y habiendo protagonizado diversas películas de carteleras, ahora los muñecos suman un nuevo rol a su exitosa carrera.
Como si el planeta les quedara chico, los diminutos astronautas de plástico ascendieron 34 kilómetros y regresaron en una plataforma de aterrizaje fabricada con impresión 3D, con la ayuda de un sistema de paracaídas. Nuestros protagonistas amarillos se vistieron para la ocasión con sus trajecitos y cascos, como todos unos profesionales.
LA TRAVESÍA DE LOS “LEGONAUTAS”
Los pequeños viajeros intergalácticos despegaron desde un aeropuerto en Eslovaquia sentados en un vehículo con el aspecto de un transbordador espacial, creado con un compuesto liviano y a la vez resistente. Según informó Space, ese vehículo fue fabricado con impresión 3D por un equipo de ingenieros del mencionado país y República Checa, en representación de la firma XTEND DESIGN.
Cabe mencionar que la nave y la tripulación tenían un peso de 2,7 kilogramos. “Fue un desafío construir un dispositivo espacial que sea lo más liviano posible”, manifestó Tomas Rousek, que dirigió el proyecto en el que participaron niños, quienes ayudaron al lanzamiento desde la Tierra. Y agregó: “Lo fabricamos con fibra de carbono, acero inoxidable y plástico”.
En este hito de las figuras Lego, los 1.000 muñequitos despegaron a bordo del transbordador impreso en 3D con la ayuda de tres globos estratosféricos (cargados de helio), que consiguieron una altitud de 34 kilómetros antes de estallar. En rigor, no pasearon pero viajaron al espacio.
La Federación Aeronáutica Internacional definió que ese ámbito se comienza a rebasar a los 100 kilómetros de altitud, por lo que estuvieron mucho más cerca que la mayoría humanos. Tal como señalamos, el regreso a la superficie terrestre fue auxiliado por un sistema de paracaídas, aunque la tripulación de juguetes debió ser recuperada a una pequeña altura: la nave quedó atascada en un árbol.
LA TRIPULACIÓN REGRESÓ SIN LAMENTAR “BAJAS”
Para destacar, ninguno de los “Legonautas” se cayó en el aire durante el vuelo, cumpliendo de ese modo una de las metas propuestas por los organizadores: que las 1.000 figuras retornaran intactas. Es decir, nuestros protagonistas regresaron sanos y salvos.
Dicha maniobra fue clave para mantener a los muñecos “con vida” útil. “Hacer que las figuras Lego permanezcan en el transbordador espacial después de que el globo estalle fue un gran desafío”, dijo Dominic Matusinky, ejecutiva de una de las firmas involucradas en este proyecto.
Y continuó: “Queríamos que estuvieran expuestas directamente al espacio, no almacenadas dentro de nada. Pero durante la etapa de caída libre, antes de que se abriera el paracaídas, experimentaron velocidades de hasta 300 kilómetros por hora, así que eso fue un desafío”.
“El propósito es inspirar a las generaciones futuras a aprender más sobre el espacio”, concluyó Rousek respecto a esta iniciativa, que quedó registrada desde su despegue hasta su regreso gracias a dos cámaras que monitorearon a la tripulación de muñequitos.