Como en aquel pasaje de la Biblia, Lázaro ha resucitado. Sí: se llama igual que el personaje que, según los evangelios, fue revivido por Jesucristo. Y también ha tenido que ser reanimado, no una, sino cinco veces.
Lázaro Lucero se aferra como un náufrago a la orilla, pero necesita un salvavidas para tener más calidad de vida y poder sobrellevar su enfermedad. Vive en Phillips, una zona rural de Junín y tiene solo 6 años. Sufre de una enfermedad rara llamada kernicterus, que es un tipo de daño cerebral que puede presentarse debido a altos niveles de bilirrubina en la sangre del bebé afectado.
Debido a esta enfermedad, no puede caminar, no habla, tiene problemas de audición y se alimenta por botón gástrico. Además, ha tenido que ser resucitado en cinco oportunidades por las complicaciones propias de su enfermedad. Lleva una vida muy sacrificada y limitada.
Además, su mamá es empleada doméstica y su padre es un obrero rural; y entre ambos deben alimentar a Lázaro y a sus siete hermanos, por lo que la economía familiar es frágil. Así, es difícil darle al niño de 6 años las comodidades apropiadas que merece su estado de salud.
Ante esto, desde el comedor que encabeza Brisa Moyano se lanzó una colecta para poder construirle una habitación adecuada a sus necesidades.
“Necesita una habitación amplia donde pueda tener su cama ortopédica, su silla de rueda, su andador, la camilla donde le hacen rehabilitación. Por eso, junto a unos colaboradores estamos levantando la habitación para Lázaro que en un principio iba a ser de 4 por 4 metros pero que al ver todo lo que tendría dentro le sería pequeña y por eso decidimos hacerla de 5 por 5”, explicó Brisa, que es tía política del niño.
Es por esto que necesitan materiales de construcción para poder llevar adelante la gesta solidaria, pero también necesitan dinero para poder pagarle a los albañiles que levantarán las paredes donde Lázaro tendrá una mejor calidad de vida. “Son aproximadamente $19.000 de la ferretería y los $17.500 de los ladrillos, además de los albañiles”, explicó Brisa. Agregando que el esfuerzo por Lázaro vale la pena. “El ha tenido que ser resucitado cinco veces, es un bebé que ha luchado mucho por vivir y aunque es triste, también es emocionante ver sus ganas de vivir”, añadió.
Para empeorar su situación hace dos meses sufrió quemaduras cuyas cremas costaron $14.000 y que fueron costeadas gracias a los voluntarios del merendero de Brisa. “Y en pandemia no lo hemos podido llevar al hospital, por lo que hay que pagarle a médicos particulares. Es por eso que necesitamos que tenga su lugar y la ayuda urgente de todos”, remarcó Brisa.
El comedor
Como se dijo, Brisa tiene un comedor llamado María Silvia que funciona desde 2007 y alimenta a 120 familias de la zona y a unos 300 chicos que acuden al merendero. Hace poco, también gracias a los voluntarios, terminaron la habitación de Flor, otra niña del este provincial que vivía en condiciones similares a las de Lázaro.
“Hacemos todo el trabajo solidario a pulmón. Pero necesitamos ayuda, sobre todo ahora que viene el frío. Lázaro nos necesita”, finalizó emocionada Brisa.
Para colaborar
Quienes quieran colaborar pueden hacerlo a través de mercado pago al correo electrónico moyanobrisas@gmail.com o bien a través de una cuenta bancaria a partir de los siguientes datos: Banco Nación - Número de cuenta 4380912739 - Cbu:01104381-30043809127397 - sucursal 2990 caja de ahorro en pesos. La cuenta está a nombre de María Moyano - Cuil 27276983798.