Comunicadora institucional, periodista, locutora nacional, profesora de Filosofía y Letras, profesora de Comunicación Digital y marketing, conductora de Vendimia y madre de tres hijos. Todo eso y mucho más es Laura Carbonari.
Como la mayoría de los mendocinos conocí a Laura a través de los medios de Mendoza. A lo largo de los años, y en diferentes momentos, me encontré con su imagen o su voz en Canal 7, Canal 9 Televida, Radio Nihuil, LV10 y en el último tiempo en Cadena 3.
Con más de 30 años de experiencia en los medios, Laura supo transitar las distintas formas de comunicar, tarea para la que se formó. “Creo que he evolucionado a lo largo de mi carrera”, confiesa al repasar su trayectoria.
Laura estuvo en contacto con la comunicación desde que era una niña. Su padre, que era médico de profesión, fue gerente de Canal 9 y trabajó como periodista para varios medios.
“Empecé en la televisión, en Canal 7, y hoy estoy con las redes sociales. Han cambiado mis intereses y enfoque de participación y conducción; por ejemplo, la Fiesta nacional de la Vendimia, a la que tanto amo”, reflexiona antes de que pasemos a las preguntas.
“Sé que es Patrimonio Intangible Cultural de la Humanidad (como suele definirla Gabriela Testa) y por lo tanto hoy participar en esa celebración es hablarle a una audiencia global a través de las redes sociales”, agrega acerca de la fiesta que condujo en numerosas ocasiones.
—¿Qué fue primero: la comunicadora o la profesora de filosofía?
—La comunicadora. A los 15 años ya andaba con mi padre haciendo radio. Aprendí de mis experiencias más desafiantes que no se oculta ni se banaliza nada. Una llamada de un oyente puede alertar sobre un gran problema.
En la visita del Papa a Chile aprendí que había que estar chequeando las fuentes todo el tiempo para entender bien lo qué estaba pasando. Pudimos estar en el momento en que ‘se destapó’ el conflicto con los obispos acusados de corrupción. Fue un momento muy fuerte.
—Como comunicadora participaste de grandes momentos de la historia nacional y provincial. ¿Cuál destacarías?
—A nivel internacional creo que cuando Francisco llegó a Chile y se encontró con dos situaciones muy delicadas. Tanto con los obispos como con la gente; había muchas menos personas de las que esperaban. Fueron situaciones únicas.
Hay miles de anécdotas interesantes. Como cuando en plena pandemia me tocó ir entre los camiones varados en la destilería. ¡Se me había quedado el móvil! Fue muy hermoso ver la solidaridad de todos. El periodismo te permite conocer lugares insospechados viajar y, sobre todo, ayudar a la gente.
Otra gran experiencia que tuve en el exterior fue al llegar a Beirut dos días antes de un bombardeo en Siria. Había ido a conocer ese país y también viajé a Israel. Fueron momentos tensos. Sin embargo la pasión por el periodismo es lo que más me gusta de mi trabajo y lo que me sigue motivando después de tantos años.
—Siguiendo con tu carrera en Mendoza, sos una de las figuras más conocidas del público. ¿Cómo es tu relación con la gente?
—Es siempre nueva y más comprometida. Con mucha gente, por ejemplo con María Teresa Barbera, compartimos no solo amistad sino también trabajo. A Teresa le ayudé a editar su primer libro de poemas y escritos. Cuando vino Joan Manuel Serrat a visitarla estuvimos los tres y pudimos hacer la primera revisión del libro.
—¿Cuál fue el formato que te acercó más a la gente?
—Hoy el impacto del periodismo en la sociedad ha cambiado. La forma en que nos informamos es distinta. La gente chequea primero a través de Google con su celular. Escucha más audios, se interesa focalmente por determinados temas en YouTube y se suscribe si le sirve.
El impacto o la “agenda setting” la siguen manejando los grandes medios, que a su vez tienen un formato electrónico digital. Los medios más creíbles siguen siendo los que chequean la información y no solo copian y pegan.
Haber transitado por televisión, producción, radio y gráfica en sus formatos analógicos primero y ahora digitales te da un lenguaje más claro y conciso. Tu mirada se vuelve más interesante y relevante para el público.
Hoy estoy haciendo también Comunicación institucional en el Hospital Español. Además de los medios y de las colaboraciones voluntarias con la Fundación Zaldivar y sus operativos visuales.
Lo que me ha enseñado la carrera es que comunicar es sinónimo de ayudar, de acercar, de abrir caminos que a lo mejor demorarían mucho en transitarse de otra manera. Todo comunica hoy, pero cuando se lo hace con compromiso es relevante.
—Tu carrera profesional está estrechamente ligada a la vitivinicultura. ¿Cuándo fue que entraste a ese mundo? ¿Cómo empezó tu relación con la Vendimia?
—En realidad, la vitivinicultura vino a mí creo que por el amor al productor y su tierra. Mi abuelo materno se llamaba Jacinto Ríos Altamirano, era de una de las familias fundadoras de San Carlos en donde ahora lamentablemente ya no tengo casa. Él nos enseñó el amor por cultivar, a esperar la cosecha y retomar cuando todo se ha perdido. Luego entré a trabajar en Fecovita, que es una federación de miles de productores vitivinícolas y por años recorrí la provincia, sus bodegas y cooperativas. Con mucho amor aprendí de ellos.
Cuando era muy chica empezaban las vacaciones del cole y mi papá, Eugenio Luis, con sus amigos (Gregorio Torchetta, Abelardo Vázquez, Alejandra Dondines y Luis Leal), empezaba a escribir en su máquina Olivetti los libretos de las vendimias departamentales y nacionales.
Así la magia de Vendimia me pobló desde chica mirando los ensayos. De grande comencé a hacer la “previa” en el Frank Romero Day y un día alguien dijo “esa chica ya está para una Central”. Nunca me voy a olvidar.
—Es difícil separar tu imagen de tu rol profesional. ¿Cómo es Laura en lo personal y familiar?
—Amo por sobre todo a mi familia. Son mi sostén en cada momento. Con sus luchas y sus victorias nos queremos y siempre me han apoyado incondicionalmente y yo a ellos.
Te cuento una anécdota. Cuando estaba embarazada de mi tercer hijo, audicioné con Patricia Janiot para ir a Atlanta a la CNN, al noticiero latino. ¡Me eligieron! Les comenté que tenía dos hijas y estaba casada. No había problema, pero justo se había anunciado Cesarito, el tercero. Así que ahí el productor me dijo que era imposible. En fin, me hizo un favor. Hoy no tendría la alegría de tener no solo a mi hijo sino también a mi marido y trabajar en mi amada tierra.
—Hoy con los avances de la IA se puede hacer de todo. Si te enfrentaras a una imagen tuya de tu infancia, por ejemplo la Laura de 12 años, ¿qué le dirías?
—A esa Laurita le diría: “No tengás miedo de soñar en grande. Tené siempre fe en Dios. El mundo está lleno de posibilidades si sos fiel a vos misma. Perseguí tus pasiones incluso si son difíciles o inalcanzables. ¡Viajá mucho! El periodismo es una profesión con un gran poder para generar cambios positivos. Sé buena persona. Las dificultades te harán más fuerte”.
Ping Pong
Tu lugar en el mundo: La montaña mendocina (Uspallata-Potrerillos)
Un referente: Magdalena Ruiz Guiñazú
Una entrevista pendiente: Madre Teresa de Calcuta
Sobre vino, cuál es tu varietal preferido: Voy cambiando. Hoy por hoy el Cabernet Franc.
Unas palabras para definir a Mendoza: Pasión por el trabajo
Unas palabras para definir la Vendimia: Alma de un pueblo
Un largo periplo profesional
El recorrido de vida de Laura Carbonari está estrechamente vinculada con la historia de Mendoza. Siendo una adolescente incursionó en el mundo de la radio y poco a poco, mucho esfuerzo y carisma, fue ganando espacio en los medios provinciales. Pero su relación con la radio mendocina quizás sea la más larga de todas.
En 1990 entró a LV10 Radio de Cuyo y estuvo en esa emisora hasta el 2003. En 2004 se fue a Radio Nihuil donde permaneció hasta el 2008. En 2011 volvió a cambiar y se fue a Radio Noticias hasta el 2021. En 2013 ingresó a Radio Jornada. Desde el 2015 a la actualidad trabaja en Cadena 3 Argentina.
Carbonari ha participado de la conducción de la Fiesta Central de la Vendimia en más de 15 oportunidades, uno de los eventos más importantes para los locutores locales.
Además se ha desempeñado como docente en la Universidad Nacional de Cuyo y en la Universidad de Congreso. La educación es una veta que ha compartido con su madre, la recordada Gladys Ríos Carbonari, quien dedicó su vida a la docencia y falleció el noviembre pasado.
En 2021 se presentó como candidata a senadora por el Partido Federal para las elecciones legislativas. Durante su paso por la política la comunicadora sembró experiencias y amistades. “Con Facundo Manes, el médico neurólogo y neurocientífico, compartimos momentos muy buenos en la política, cuando fui de candidata a senadora provincial”, recordó.
