Para construir una Mendoza mejor es esencial enfocar esfuerzos en áreas prioritarias como la salud pública y el medio ambiente, aspectos interdependientes cruciales para el bienestar presente y futuro de los mendocinos.
Donde un enfoque integrado mejorará la calidad de vida de los mendocinos y asegurará la sostenibilidad y seguridad de la provincia para las generaciones venideras. Donde la salud pública sea uno de los dos pilares fundamentales para sostener una sociedad que sea fuerte, próspera y resiliente. Siendo necesario para ello, fortalecer el sistema de salud actual, mejorando infraestructuras y capacidades de atención, con énfasis en la prevención de enfermedades y promoción del bienestar.
Para ello es importante implementar programas robustos de vigilancia epidemiológica y educación en salud, acción vital para prevenir y responder a nuevos brotes de enfermedades, sin dejar de controlar y atender las crónicas.
Donde la colaboración entre organizaciones sanitarias será estratégica para contar con nuevos modelos y recursos que permitan mejorar el sistema sanitario actual. Siendo crucial asegurar el acceso equitativo a esos servicios de salud, que deberán ser de calidad, especialmente en áreas alejadas como las rurales.
En esa línea, la atención a la salud mental debe ser reforzada, aumentando la disponibilidad de profesionales en esa especialidad y garantizando la accesibilidad a esos servicios, los que deben permanecer libres de estigmas, con un abordaje profundo a la exposición a sustancias tóxicas como las drogas legales e ilegales, especialmente durante etapas críticas del neurodesarrollo como el embarazo, lactancia, niñez y adolescencia.
El otro pilar donde se sustenta el desarrollo es la protección del medio ambiente. Donde ha pasado a ser esencial conservar y gestionar eficientemente los recursos naturales, como el agua. Para ello es vital modernizar los sistemas de riego y promover tecnologías de conservación tanto en la agricultura como en el uso doméstico e industrial.
Sin olvidar que la conservación de la biodiversidad y el control de contaminantes en aire, agua y suelo son claves. Junto a acciones que apunten a la reforestación de áreas degradadas para lograr mitigar la desertificación y el impacto que hoy tiene el calentamiento global.
En definitiva, solo con la activa participación de la comunidad se podrá lograr el éxito de estas iniciativas. Lo cual podrá ser una realidad si se fomenta a través de la educación desde tempranas edades, impartiendo estos conocimientos con un enfoque integral que abarque la salud y medio ambiente como un todo.
Promoviendo la participación activa de las comunidades, por medio de proyectos de conservación y sostenibilidad que fortalecerá a través de ellos, el compromiso con la protección del medio ambiente y la salud pública, con prácticas sostenibles a todo nivel.
Para que Mendoza se convierta en una provincia con un futuro mejor es crucial mejorar la salud de sus habitantes, gestionar eficientemente los recursos naturales con que hoy contamos y mitigar nuevos riesgos a través de un enfoque integral y participativo. Solo así, entre todos, podremos asegurar un futuro más próspero y saludable.
*El autor es médico, profesor y máster en Toxicología