Las mujeres toman las riendas: posturas increíbles para tener sexo y salir de la rutina

En esta nueva entrega, no solo las posturas toman protagonismo, también la imaginación y las ganas de desafiar límites en pareja, que los lleven a otro nivel de placer.

Las mujeres toman las riendas: posturas increíbles para tener sexo y salir de la rutina
Arriesgadas posiciones para conocer en la intimidad.

Lo contábamos en una nota hace poco: probar con distintas posturas a la hora de tener relaciones sexuales puede hacer todo más divertido y excitante. Pero, al mismo tiempo, hay posturas requieren cierta flexibilidad y fuerza, por parte de al menos uno de los involucrados. En esta segunda entrega, las mujeres toman las riendas en la mayoría de los casos, dejando al hombre que disfrute y se relaje.

El remolcador

Una posición absolutamente excitante y poco frecuente, en la que solo se tocan los genitales y las manos. Esta posición es complicada porque requiere control y sincronización de movimientos por parte de ambos, que permanecerán tumbados en los extremos opuestos de la cama. Para llevar a cabo esta postura el hombre debe sentarse en primer lugar, para que la mujer se pueda sentar de frente sobre su pene, colocando las piernas a los lados de la cadera de él. Después de entrelazarse las manos, él debe dejar caer su tronco hacia atrás hasta quedar estirado. La mujer debe hacer lo mismo, también quedando tumbada de espaldas.

El acordeón

Es una postura muy particular, ya que requiere equilibrio por parte de la mujer. Para hacerla correctamente, el hombre tiene que tumbarse en una superficie plana boca arriba y luego debe flexionar las piernas, de manera que las rodillas queden muy cerca de los hombros. Luego, la mujer debe sentarse sobre las nalgas del hombre, de frente a él e introducir el pene en su vagina. Por supuesto, ella va a tener todo el control de la situación por lo que debe imprimir movimiento y ritmo a la penetración.

Tenedor

Para los amantes de la “Cucharita” llega el “Tenedor”. En esta ocasión, ella queda recostada boca arriba con las piernas abiertas y flexionadas, mientras que su pareja se ubica a la altura de los glúteos, en forma perpendicular a ella.

Para que la posición sea más cómoda, la mujer puede poner una pierna sobre el hombro de él, y la otra entrelazada entre sus piernas. Lo bueno de esto, es que permite tocar todas las zonas erógenas.

Las dos pinzas

Esta postura sexual también es complicada y algo arriesgada ya que la mujer debe permanecer de lado y apoyada en el suelo por una mano, sólo tocan el colchón sus pantorrillas, tobillos y pies. El hombre la debe sujetar y elevar por la cadera, manteniendo una de las piernas de la mujer entre sus muslos mientras la penetra. Es complicada porque requiere fuerza para que el hombre sujete a la mujer, y ésta debe mantener casi todo el cuerpo en el aire apoyándose solo en una mano.

La acrobática

Esta es una postura tan sexy como dificultosa, debido a que se requiere una excelente flexibilidad. Para hacer la acrobática, el hombre estará tumbado en la cama boca arriba y la mujer tendrá que tumbarse sobre él de espaldas con las piernas flexionadas. Para comenzar la penetración, la mujer tendrá que elevar y bajar la zona pélvica marcando un ritmo lento para que el pene no se salga de la vagina. Lo interesante es que al hombre le quedan las manos libres, y ambas cabezas están a la misma altura, por lo que los besos en el cuello y los hombros no pueden faltar.

Ángel de Nieve

Es una de las posiciones menos practicadas, pero seguramente una de las más interesantes. Es como el misionero pero con un “twist” (giro): el hombre, en lugar de colocarse encima de la mujer mirándola a la cara, debe hacerlo en sentido contrario, de tal forma que ella queda boca arriba y él boca abajo, con la cabeza a la altura de los pies de la mujer. Una vez que él la penetre, ambos quedan libres para moverse.

Superman

Sin dudas la más difícil de todas. Requiere mucha fuerza en los brazos por parte del hombre que literalmente, tendrá colgada a la mujer de un modo en que ella no puede sujetarse ni hacer fuerza. También conocida como “The Triple Lindy”, el hombre está de pie y la mujer deberá estar en posición de carretilla apoyando las manos en el piso dándole la espalda a él. El hombre se coloca entre las piernas, parado por detrás, dobla ligeramente las rodillas, toma una posición cómoda, sosteniendo las piernas de ella levantándolas del suelo y apoyándolas sobre su propia cadera. Luego coloca las manos en el torso de ella (los senos o el abdomen), levantándola de modo tal que la mujer queda con su parte superior en el aire. Ella puede sujetarse con las piernas alrededor de la cadera de él, pero no tan fuerte que le impida el movimiento. La mitad superior del cuerpo de la mujer actuará como un contrapeso para mantener el equilibrio y finalmente, ella extenderá los brazos con una postura parecida a Superman, como si estuviera volando.

El trapecio

De complicación moderada, esta postura asegura placer y relajación para ambos. El hombre tendrá que sentarse con las piernas flexionadas y abiertas mientras que la mujer se pondrá encima suyo tumbada boca arriba en la cama mientras abre las piernas y las flexiona de manera que realiza la misma posición pero a la inversa.

Ahora ella deberá elevar un poco la piernas mientras que el la penetra sujetándola de los brazos, manteniendo los dos el equilibrio. Es una posición muy placentera que te brindará la oportunidad de practicar sexo de una manera muy salvaje y pasional.

Carretilla de pie

Es más simple que la posición de Las dos pinzas, ya que la mujer debe estar apoyada con ambas manos en el piso, mientras que él, estando de pie, la levanta de las piernas, se coloca entre medio y la penetra.

Ya que la mayor parte del esfuerzo lo hace ella en los brazos para mantenerse hacia abajo y su pelvis levantada.

Cascada

En esta posición, cualquiera de los dos puede ser la “cascada” pero es mucho más excitante cuando es él quien se deja caer, y ella la que toma el control. Para hacer esta postura, el hombre debe permanecer boca arriba y -literalmente- dejar caer su torso por el costado de la cama o sillón hacia el suelo, dejando las caderas y piernas sobre la cama. Una vez allí, siempre que la posición sea cómoda para él, ella toma las riendas y se coloca encima de su pelvis, introduciendo el pene y moviéndose para generar mayor excitación.

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