Según el Monitor Nacional de Vacunación, la mayoría de los inoculados en el marco de la campaña por Covid-19 son mujeres: 6 de cada 10. Específicamente, y con algunas mínimas variables según el día, 65% de quienes han sido inoculados son de este género y 35% son varones (el indicador sufre variables y ayer arrojaba 63,95%).
En Mendoza, el escenario es similar, según informaron desde la Dirección de Inmunizaciones.
Esto hace referencia a todos los grupos priorizados que incluyen, trabajadores de la salud, docentes (algunos segmentos) y adultos mayores, de estos últimos quienes viven en geriátricos y mayores de 70 años con adhesión voluntaria.
En contraposición, si bien en cuanto al contagio la distribución entre los géneros se mantiene constante y equivalente casi en igual proporción desde el inicio de la pandemia, no ocurre lo mismo en cuanto a la letalidad: el virus es más implacable con ellos, 61% de quienes han fallecido en la provincia eran varones.
Actividades feminizadas
En principio, interpretar el dato es apelar a conjeturas. “Debería estudiarse”, dijo la responsable del área, Iris Aguilar, al ser consultada ya que prefirió no hacer apreciaciones subjetivas. Aclaró: “En ningún lugar del mundo se prioriza por sexo”, al tener en cuenta la mayor letalidad en varones.
Lo cierto es que pueden encontrarse ciertas explicaciones. Por un lado, dos de los grupos priorizados son actividades altamente feminizadas: la Salud y la docencia.
Casi 6 de cada 10 trabajadores de la salud son mujeres. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, publicó en 2018 desde su oficina en Buenos Aires, el trabajo “Género en el sector salud: feminización y brechas laborales”. Allí expresa que el sector salud ha sido un ámbito históricamente feminizado.
“Sin embargo, el tipo de feminización que hoy lo caracteriza difiere de forma significativa respecto de la de hace al menos cuarenta años. Su manifestación más relevante es la creciente participación de las mujeres en puestos profesionales, que convergió en una “feminización profesionalizada”. Por ello, señala que se infiere un crecimiento muy importante en la proporción de mujeres profesionales que en 1980 representaban cerca de 3 de cada 10 puestos, mientras que en 2016 la cantidad prácticamente se duplicó y alcanzó al 59,3%.
En este marco, las profesionales de la salud participan en una proporción muy importante en el total de mujeres profesionales: una de cada cuatro pertenece al sector, mientras que entre los varones esta relación es sensiblemente menor.
Del total de ocupados en 2016, 26,2% de mujeres trabajaban en el sector salud mientras que la proporción entre los varones era de 15.4%.
Débora Robledo, socióloga especialista en temas de salud con perspectiva de género consideró que habría que dividirlo por grupos de población. “Muchas de las áreas que se han priorizado están más feminizadas”, afirmó y explicó que en Salud el escenario es más heterogéneo aunque las mujeres se desempeñan más en actividades asociadas al servicio como enfermería y radiología.
En la docencia es aún mayor
La docencia es altamente feminizada, casi el 80% son mujeres”, destacó la profesional. Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) con la autoría de Alejandra Cardini y Belén Sánchez señala, con datos de las pruebas Aprender, que 88% de los docentes de primaria (en sexto grado, según la muestra) son mujeres. También son del mismo género 68% en el secundario (últimos años).
Según el censo Nacional de Personal de los Establecimientos Educativos (Cenpe) realizado por el Ministerio de Educación de la Nación en 2014, por aquel entonces 77,7% de los docentes del país eran mujeres
Los mayores
Un capítulo aparte es para los adultos mayores. En este segmento influye que en la población general ellas son mayoría mientras que hay que considerar su mayor expectativa de vida.
Uno de los grupos priorizados y sobre el que más énfasis en la estrategia se está poniendo actualmente en Mendoza es el de las personas mayores de 70 años. A partir de esto puede inferirse que la población objetivo tenga esa mayoría.
Las estimaciones de población local expresan que 59,44% de quienes viven en la provincia y tienen más de 70 años son de sexo femenino.
Según las proyecciones provinciales de población por sexo y grupo de edad del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) para Mendoza este año se trata de un total de 167.058 personas. De ellos, 67.759 son varones y 99.299, mujeres.
Especialistas en salud sostienen que las mujeres suelen tener una mayor tendencia al autocuidado por lo que es probable que se hayan inscripto más rápidamente y hayan sido alcanzadas antes por la vacunación, que es voluntaria. El logro de haber incorporado los controles ginecológicos anuales colaboran en sus visitas asiduas al médico. Por el contrario, por cuestiones socio-culturales, muchos varones tienden a relegarlo.
“Esta cuestión del cuidado tiene que ver con la masculinidad, e influye en las conductas de autocuidado, los lugares en que se ubica a los varones y pensar que se vinculan con la vulnerabilidad hace que mueran más hombres que mujeres”, dijo Robledo. Es que dentro de los parámetros del estereotipo masculino tradicional y hegemónico la vulnerabilidad no está bien vista.
No influiría tanto en esto la disponibilidad de tiempo para acceder a los servicios de salud ya que actualmente es amplia la cantidad de mujeres incorporadas al mercado laboral que además suelen dedicar más tiempo que los varones a actividades domésticas y de cuidado.
