Tras los reclamos por la lentitud de la estrategia de vacunación contra el coronavirus, en Mendoza, la semana pasada se intensificó y se cuadruplicaron las dosis aplicadas por día. El Gobierno había advertido que para este fin de semana ya no quedaría stock de vacunas para distribuir y así fue: no hay más Sputnik V, el inoculante ruso que hoy se aplica a adultos mayores que se inscribieron de manera voluntaria. Las que quedan de AstraZeneca y la opción china de Sinopharm, ya están distribuidas y tienen destinatarios asignados.
“Esta semana, según lo planificado, se intensificó la vacunación y se terminaron las vacunas existentes. Sólo quedan aproximadamente 1.600 de AstraZeneca y 5.000 de Sinopharm para continuar con profesionales de la salud y docentes”, detalló a Los Andes Mariana Álvarez, subsecretaria de Planificación y Coberturas Sanitarias.
Pero la incertidumbre se disipó ayer, cuando se confirmó un nuevo envío de vacunas por parte de la Nación: las autoridades locales esperan recibir hoy 17.000 dosis de Sputnik para continuar con la campaña en mayores de 70 años. Según el Monitor Público de Vacunación, la provincia ya ha recibido 143.850 dosis (hasta ayer) y ya se han vacunado 80.314 personas en total: 66.988 con primeras dosis y 13.326 con las dos (aunque estos números no están totalmente actualizados por un delay en la carga de datos).
Por grupos
La funcionaria detalló que 90% de los equipos de salud han sido inoculados (algunos con dos dosis), lo que implica 5.100 personas. El viernes se terminó con los docentes del primer grupo, que son unos 15.000.
Quienes habitan en hogares para adultos (geriátricos), quienes trabajan en ellos y quienes se realizan hemodiálisis, también han sido vacunados o tienen asignada su dosis, por lo que este segmento también estaría cubierto, según los datos oficiales.
Entre los adultos mayores de 70 años, quienes acceden voluntariamente a través de una inscripción online, se habían inscripto 105.000 personas hasta el jueves. De ellos, aproximadamente 38.000 ya han recibido la vacuna o el turno, es decir que tienen asegurada su dosis.
“La planificación y la intensidad de la vacunación están atadas a la cantidad de vacunas que envíe la Nación ya que si contamos con más vacunas se optimiza el proceso”, remarcó la funcionaria. En ese marco, dijo que están preparados para intensificar el ritmo apenas lleguen dosis, por eso se tiene un registro para disparar los turnos apenas ingresen.
Justamente fue lo que pasó la semana pasada, cuando se cuadruplicaron los turnos y se logró llegar a vacunar a entre 12.000 y 14.000 personas por día. Entre los trabajadores de la Salud esta semana se inoculó a 2.000 por día y a 8.000 mayores de 70.
En el estadio Aconcagua Arena, donde se concentra la campaña para docentes en el área metropolitana, se ha planificado alcanzar a 500 destinatarios por hora y 5.000 por día. De ellos, esta semana se convocó a entre 3.500 a 4.000.
En paralelo, también esta semana se avanzó en otras zonas de la provincia (Este, Valle de Uco y Sur) y, salvo que haya quedado algún remanente por gente que no asistió, también se completó esa parte de la estrategia. En geriátricos se llegó a 5.500 personas (residentes y trabajadores), lo que implica 90% de cobertura con todas las dosis asignadas.
Álvarez cree que el ritmo ha sido el adecuado porque siempre se fue dando respuesta y han ido intensificándose los procesos. “Parece que hace mucho tiempo que empezó pero hace poco”, alertó.
La provincia ha recibido las tres vacunas que ingresaron al país. La Sputnik V (rusa) ha sido destinada a personal de salud y adultos mayores. También llegó la del laboratorio AstraZeneca y fue destinada a geriátricos y una pequeña parte también a mayores de 70 años voluntarios. La del laboratorio chino Sinopharm se ha destinado a docentes y trabajadores de la salud mayores de 40 años, ya que no ha sido aprobada aún para mayores de 60.
Zona de vacunación
El segmento más amplio al que está abocada actualmente la campaña es el de adultos mayores de 70 años, justamente uno de los más críticos por concentrar más riesgo de desarrollar cuadros graves y de muerte. Para algunos de los destinatarios es un trámite.
Para otros, un momento de mucha emoción. Han pasado muchos meses aislados para evitar el Covid19, sin los abrazos de los nietos -que dicen que ha sido lo más doloroso- y con el temor a una muerte que se veía próxima y que incluso se llevó a algún allegado.
Por eso no falta la emoción luego de ser inoculados, porque para muchos ese frasquito trae esperanza. En el lugar, el murmullo es cada tanto interrumpido por aplausos.
Llegan solos, con sus parejas, con sus hijos. Caminando ágilmente, con el bastón que acompaña sus pasos ya lentos o quizás en silla de ruedas, como pueden pero llegan. Algunos, por sus dificultades, no se bajan del vehículo y un vacunador les acerca la promesa en una jeringa.
“Estoy muy contenta. A ver si nos salvamos del Covid”, dijo Norma (74) tras vacunarse. “Estuve encerrada porque mis hijas me tenían zumbando”, agregó la mujer.
Alicia (75) un poco después expresó la misma emoción: “Viví la pandemia muy encerrada porque no podía ver a mi familia ni salir”, recordó. Quienes trabajan allí aseguran vivir momentos muy conmovedores.
“Están contentos, algunos lloran, tienen una sensación de libertad”, contó Federico Farruggia, director de la Regional Metropolitana Sur (Luján, Maipú y Godoy Cruz).
“Han venido personas de hasta 104 años y se van renovados”, destacó Fernanda Lacoste, secretaria de Gobierno del municipio. Hace unos días llegó una pareja que lleva 50 años junta. Tenían turno diferentes días pero decidieron ir el mismo: “Vinimos juntos porque cuando nos pase algo que sea juntos”, explicaron. “Aplaudimos todos”, apuntó la funcionaria.
En Maipú, la demora para vacunarse no es mayor a 10 minutos. Se han armado estaciones para agilizar los procesos y con la colaboración del Ejército van canalizando el flujo de gente. Una para recibirlos, otra para corroborar su identidad, luego en una tercera instancia hay sillas para la espera, que no suele ser de más de unos pocos minutos. Luego se pasa a la última: los puestos de vacunación. Allí, las personas son recibidas por tres trabajadores, detalló Jorge Cabrera, coordinador del Área de Salud de Maipú. Uno de ellos llena el carnet que les será entregado; otro ingresa los datos en el sistema informático de seguimiento y la tercera es quien coloca la vacuna.
Destacó que se desinfecta permanentemente y que el sitio donde están los freezers que contienen las vacunas, tienen cámaras para mayor seguridad y control. Explicó que por lo mismo, al iniciarse el proceso, se especifica con qué lote de vacunas se trabajará, lo que debe constar en el carnet de cada inoculado.
Ricardo Miatello, coordinador del centro de vacunación, dijo que hay un ausentismo de alrededor de 10%. Sucede que muchos mayores no manejan herramientas digitales y, como el aviso llega por correo electrónico, no lo ven. Pero luego pueden vacunarse igual. Estimó que la campaña se extenderá hasta setiembre.
En la semana, se incrementaron los turnos diarios que se otorgan para ellos en los 18 puntos de vacunación, uno por departamento, y así se pasó de 300 a 800, lo que ocasionó reclamos por las demoras generadas en un proceso de cambio que luego logró adaptar la estructura.
A la campaña local se le ha cuestionado un horario limitado en la vacunación lo cual, quienes coordinan el operativo, consideran que no es el problema. Cabrera dijo que se coloca la cantidad de vacunas que se asignan por día y eso puede lograrse en el horario con el que están trabajando. En Capital, donde hay más demanda, han contemplado ampliarlo en función de las dosis asignadas.
