El potente temblor del 26 de enero de 1985 alcanzó los 6.3 en la escala de Richter y duró 9 segundos. Tiempo suficiente para causar muertes, heridos y destruir miles de casas. El de este sábado fue de 5.4 pero es inevitable preguntarse: ¿Qué cambió con respecto a aquella época de la actual? y si, hoy en día, ¿las edificaciones de Mendoza están preparadas para un movimiento telúrico de gran magnitud?
Para responder estos interrogantes, Los Andes se contactó con el ingeniero Raúl Delle Donne, perteneciente al Consejo Profesional de Ingenieros y Geólogos de Mendoza (COPIG).
Delle Donne afirmó, en primer lugar, que “hay diversas situaciones. Mendoza tiene un largo historial de ocuparse en la prevención de sus construcciones. De hecho, desde 1923 existen normativas para ir haciendo nuestras edificaciones más seguras. Hoy en día tenemos disponibles reglamentos de construcción sismorresistentes que están a la altura de las normativas mundiales. Estas contemplan el avance de la ciencia y la tecnología en materia de ingeniería estructural”.
Ahora bien, cabe resaltar que en nuestra provincia hay edificaciones de distintas épocas. Con respecto a esto, el ingeniero destaca: “Muchas están construidas de acuerdo a los reglamentos y se espera un comportamiento apropiado frente a la amenaza sísmica. Otras indudablemente adolecen de esa seguridad”.
Aquí, Raúl hace hincapié en las construcciones de adobe. “Todavía quedan, sabemos que no son aptas para esta zona y, por otra parte, no siempre se cumple con los controles adecuados a pesar de la normativa vigente”, explica. “Por ese lado tenemos que insistir (desde COPIG) con las autoridades para que los controles sean efectivos. En ese sentido, hay compromiso de la comunidad profesional”, agrega Delle Donne.
Por otra parte, según el ingeniero, se debe evitar a toda costa las construcciones clandestinas. Estas son de gran peligro para toda la sociedad y deben ser controladas por autoridades competentes.
A modo de síntesis, el profesional señala: “Las construcciones modernas, construidas con los reglamentos vigentes, se espera un comportamiento apropiado. Por otro lado, en las construcciones antiguas, que no hayan respetado las normas, es en donde tenemos las dificultades. De todas maneras, la tecnología intenta recuperarlas y ponerlas a tono para que no revistan peligros”.
Reglamentos de municipios
Un párrafo aparte y, muy importante, merecen las reglamentaciones que tienen cada uno de los municipios provinciales. Con respecto a esto, Raúl afirma que “hoy en día hay departamentos que no terminan de adoptar las formas más modernas de edificación”.
“Debemos lograr una unificación. Como los municipios tienen su autonomía, ellos tienen que adherir a las normativas y no siempre van acordes con la reglas actuales”, destaca el ingeniero.
El motivo, según Raúl, puede estar relacionado a “algún temor de adaptación en los períodos que lleva a adaptarse a las nuevas reglamentaciones, pero es un proceso que hay que asumir”, finaliza.