Las lamparitas LED invadieron los hogares de todo el mundo para quedarse, ya que a esta altura es ampliamente conocido que iluminan gastando muchísima menos electricidad que las tradicionales. Lo que no todos saben es que dentro del universo LED hay ahora importantes diferencias.
Aunque cualquier lámpara LED es preferible a una fluorescente o a una incandescente, pruebas de laboratorio detectaron que algunos de los modelos y marcas de luces LED que se ofrecen en Argentina resultan bastante más eficientes que otros. Es decir que, gracias a las nuevas mejoras tecnológicas, ciertos “foquitos” LED logran alumbrar generando un consumo de energía aún menor.
Por lo tanto, dichas lámparas potencian el ahorro en las facturas de un servicio que para muchos perdió los subsidios. Para facilitar la comparación de las mismas en la góndola y ayudar a la gente a reconocer las más ahorrativas, en 2022 se volvió obligatorio que todas lleven en su envase una etiqueta de eficiencia similar a la que viene en electrodomésticos como heladeras, lavarropas, aires o estufas.
Desde IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación), el organismo que crea las normas técnicas para el etiquetado en el país y certifica su cumplimiento, explicaron a Clarín cómo la gente puede aprovechar esos datos y cuánto permiten ahorrar.
LÁMPARAS LED: ETIQUETAS DE EFICIENCIA
El objetivo de la etiqueta de eficiencia, basándose en la norma IRAM 62404-3, es calificar cuán bien o mal aprovecha la energía la lamparita en cuestión. Esto lo hace asignándole una letra dentro de una escala de letras y colores compuesta por siete clases: A++ (en verde oscuro, para la máxima eficiencia), A+, A, B, C, D y E (en rojo, para la mínima eficiencia).
Cabe destacar que el etiquetado también informa cuánta luz emite efectivamente el producto (expresado en lúmenes) y cuánta potencia eléctrica demanda para funcionar (expresado en watts).
“De esta manera, los usuarios pueden comparar entre una lámpara y otra, y priorizar aquella que, frente a una misma prestación, demande una menor cantidad de watts, favoreciendo así un ahorro de costos en la boleta de luz”, detalló Christian Grilauskas, gerente de la División de Certificación de Productos ll de IRAM.
Siguiendo la misma norma IRAM, en el rotulado de cada lamparita los usuarios pueden consultar su vida útil estimada, expresada en miles de horas. Al respecto, el especialista explicó: “Nuevamente, al comparar entre una y otra, es posible identificar aquella que, frente a una demanda de potencia similar, ofrece un uso más prolongado”.
LÁMPARAS DE MAYOR EFICIENCIA: CUÁNTO AHORRA
Las mediciones realizadas arrojan que, para satisfacer una misma necesidad de iluminación, las lamparitas LED consumen aproximadamente la mitad de la electricidad que las fluorescentes de tubo o compactas; y una octava o novena parte que las halógenas o incandescentes.
De este modo, por ejemplo, para iluminar una habitación, se podría optar por una lámpara tradicional de 90 W, una fluorescente compacta de 25 W o una LED de 12 W. Además, una LED dura 11 veces más.
Dentro de la categoría LED, los registros de IRAM sobre las lámparas certificadas en Argentina revelan que en promedio, para emitir el mismo flujo luminoso:
- Las LED A+ consumen un 42% más que las LED A++.
- Las LED A consumen un 22% más que las A+.
Esto equivale a decir que quien invierta en una LED de máxima eficiencia (A++) podrá ahorrarse un 29% de la energía en comparación con una A+; y que gastará un 42% menos que con una A, siempre en promedio y durante toda la vida útil del artefacto.
“Por otra parte, si nos referimos a cualquier clase A, no sólo de lámparas LED, sino también de otras como las fluorescentes compactas, en comparación con A+ el consumo promedio puede incrementarse 50%”, agregó Grilauskas.
4 CONSEJOS PARA AHORRAR ENERGÍA
- Mantener lámparas y pantallas limpias. De lo contrario, se pierde hasta el 50% de la luminosidad. Y terminamos encendiendo más focos o usando lámparas de una mayor potencia que la necesaria.
- Aprovechar mejor la luz. Pintar de colores claros las paredes y el cielorraso reduce las necesidades de iluminación artificial. También recomiendan usar luces focalizadas en los rincones donde se la necesita, en lugar de iluminar todo el ambiente.
- Habituarse al “prende y apaga”. Las luces sólo deben estar encendidas mientras haya alguien en la habitación. Al salir de un ambiente, aunque sea por poco tiempo, debería quedar a oscuras.
- Sumar sensores de movimiento y temporizadores. En sectores como la puerta de entrada, el garaje o los palieres, estos dispositivos permiten que las luces se enciendan sólo por el tiempo mínimo necesario.
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