El fin de semana pasado un adolescente de 16 años fue golpeado brutalmente durante el festejo de un cumpleaños de 15 en Chacras de Coria. Por el episodio hay cuatro rugbiers imputados por la fiscal Claudia Ríos -uno como autor y tres por amenazas-, mientras que la víctima ha recibido el alta temporal y permanece en su casa, aunque a futuro deberá ser sometida a complejas intervenciones a raíz de las múltiples fracturas que le ocasionaron los golpes en su rostro y cabeza.
Mientras que Luciano Garrido fue imputado por lesiones graves y amenazas, a Juan Muñoz, Luca Biglieri y Martín Bordignon se los ha acusado por el delito de amenazas simples. Tres de los cuatro jóvenes ya han declarado ante la fiscal y Ríos ha dispuesto que permanezcan en libertad, aunque se mantienen las imputaciones y se ha prohibido el contacto entre los implicados por cualquier medio (incluyendo redes sociales).
El presidente de la Unión de Rugby de Cuyo (URC), Ramiro Pontis, se refirió a este episodio en particular y a los hechos en general en los que grupos de rugbiers protagonizan enfrentamientos violentos, todos con un denominador común: suelen registrarse fuera de las canchas y en contextos que nada tienen que ver con partidos o el deporte propiamente dicho. En ese sentido, Pontis destacó que ya han comenzado a charlar con la subsecretaría de Deportes y el área de Diversión Nocturna para realizar distintos talleres con psicólogos y especialistas para evitar estos episodios que periódicamente se convierten en noticia.
“La idea es organizar talleres con entrenadores y psicólogos, para chicos de entre 13 y 19 años -tal vez divididos en distintos grupos- y con el objetivo de trabajar para revertir este tipo de conductas. No es bueno que lo único que sepa la gente del rugby y de quienes lo juegan sean las cosas malas”, destacó Pontis a Los Andes. “En el rugby suele haber más problemas fuera de la cancha que dentro. Dentro de un partido, si uno le pega a otra persona lo expulsa, y luego son durísimas las sanciones que llegan”, reflexionó Pontis.
Según explicó el directivo, los propios clubes suelen contar con sus propios equipos de psicólogos y que trabajan -junto a los entrenadores, chicos y familias- en el abordaje de situaciones como manejo de la ira, consumo de alcohol y sustancias problemáticas. “Son los propios entrenadores quienes aconsejan a los chicos para que este tipo de conductas sean erradicadas. Si el chico vive ocho o 10 horas en el club, como mucho, no se pueden hacer milagros. Pero hay que dedicarle algún tiempito para trabajar en este tipo de formaciones”, siguió Pontis, quien destacó que a nivel nacional la UAR también está trabajando en este tipo de abordajes por medio del programa Rugby 2030. “Se trata de acciones orientadas al manejo de distintas situaciones para entrenadores. En el caso de infantiles, para evitar el bullying y, en el caso de los juveniles, para el control de la ira. Se está comenzando y, obviamente, no alcanza todavía”, reafirmó.
Pontis destacó además el hecho de que Liceo -club al que pertenecen tres de los cuatro imputados- y la Unión de Rugby de Cuyo hayan decidido suspender temporariamente a los involucrados, “hasta tanto se determine el grado de culpabilidad o inocencia”.
Punto de vista
El presidente de la URC destacó que, aunque muchas veces en la opinión pública y los medios las referencias a quienes juegan al rugby giran en torno a “un tipo fuerte, con una neurona y que lo único que sabe hacer es pegar”, estas situaciones particulares no tienen que ver directamente con el deporte en sí. “Son cosas que exceden al deporte y que vienen de cada familia, tiene que ver con una cuestión social. Con esto no estoy diciendo que todos los chicos que juegan al rugby sean unos angelitos, porque lamentablemente hay muchos tipos que entienden mal el mensaje y creen que pegarle a los otros es una diversión”, se explayó el presidente de la URC.
De acuerdo a la lectura que hace el dirigente, en estos episodios suele haber un protagonista fundamental y que es el alcohol, que actúa como desinhibidor. “Cuando uno bebe una importante cantidad de alcohol, muchas veces se libera, desinhibe, y se destapa la personalidad violenta que una persona puede tener. Pero esto no tiene nada que ver con el rugby en sí, el rugby hace mucho por contener a los chicos. Los clubes no buscan sacar a un Messi del rugby, buscan sacar buenas personas”, siguió.
De la misma manera, Pontis se refirió a las distintas acciones positivas que también se encabezan desde esta disciplina, como por ejemplo entrenadores que se dedican a fomentar y llevar el deporte a las cárceles. O también a la creación del equipo de Los Cuyis, a través del cual se ha logrado integrar -por medio del rugby- a chicos con discapacidad de distintas edades.
“En Mendoza, el mayor porcentaje de donación de sangre viene de los rugbiers. Pero esas son cosas que no se suelen saber. Los hechos de violencia son los primeros en conocerse”, indicó.
Declararon los involucrados
La fiscal Claudia Ríos brindó una conferencia de prensa este viernes por la mañana y se detuvo en las principales novedades relacionadas al ataque al menor de 16 años que fue atacado en Chacras de Coria y por el que hay cuatro jugadores de rugby imputados.
En este contexto, la fiscal corrigió a quienes se refieren al ataque como una “golpiza de rugbiers en patota”, ya que aclaró que la causa que instruye hay un único imputado como agresor (Garrido) “por un solo golpe de puño en el rostro” y otros tres por amenazas simples.
Ríos destacó además que tres de los cuatro imputados ya han declarado y que el propio Garrido confirmó haber agredido al adolescente de 16 años. En ese sentido, la fiscal destacó que el imputado, expresó que la víctima y sus amigos habían golpeado a otra persona -en este caso, Juan Muñoz- y quien también está imputada por amenazas.
Esto mismo fue confirmado por el propio Muñoz -él y el agresor confirmaron que la víctima y sus amigos los habían golpeado previamente en la nariz-, mientras que Luca Biglieri relató que no estaba presente en el momento del ataque físico ya que estaba durmiendo en el auto.
Según reconstruyó la fiscal, al momento de radicar la denuncia, la víctima -en tanto- destacó que los posteriormente imputados habían querido golpear a un amigo de él, que “saltaron” a defenderlo y que por ello lo golpearon violentamente.
El supuesto audio es una “broma”
Hace unos días se viralizó un audio donde, supuestamente, Garrido reconocía haber golpeado al adolescente de 16 años. La fiscal Ríos confirmó que está comprobado que ese audio no fue grabado por el imputado, sino que se trata de una grabación de otro menor que lo hizo “como broma y en un grupo cerrado”.
“Con esta aclaración queda confirmado que este audio no es relevante para la causa”, destacó Ríos, quien confirmó -además- que los imputados estaban invitados al cumpleaños.