Las intenciones de muchos aspirantes de entrar a la universidad quedan solo en eso. En la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) logran ingresar 3 de cada 10 personas que aspiran a seguir formación universitaria. Se trata de una proporción que tiene fluctuaciones pero que en los últimos diez años ha rondado entre un promedio máximo de 42% en 2014 para llegar a su nivel más bajo en 2021, último dato disponible, con 33%.
Es una forma de resumir un escenario diverso: es que las diferentes carreras y facultades muestran una amplia gama de porcentaje de ingreso. Así, en las ciencias de la salud se concentran aquellas a las que más les cuesta ingresar y que no superan el 10%. La carrera de médico, una de las más demandadas, logra un ingreso de 5%.
Al observarse los datos entre 2012 y 2021 se observa que esta universidad pública recibe cada vez más aspirantes, lo que se incrementa año a año. Según datos de la Dirección de Trayectorias Académicas en ese lapso estos pasaron de 17.106 a 23.907, un incremento de 40%. Por el contrario, en proporción ingresan menos alumnos: se pasó de un ingreso promedio de 38% en 2012, a superar el 40% en 2013, 2014 y 2015 con 41%, 42% y 40% respectivamente. Desde entonces, bajó para quedarse en el rango de los treinta y algo: en el último ciclo lectivo con datos disponibles, registró el valor más bajo de la década. Ese año, 2021, de 23.907 aspirantes, ingresaron 7.784.
Quienes se desempeñan en las universidades reconocen que son diversas las variables que influyen en estos resultados, entre las cuales sobresalen la preparación para los exámenes, la base que traen desde la secundaria, contextos favorables o el estrés que puede implicar pasar por el proceso de ingreso.
Las Ciencias Sociales fueron las que mayor porcentaje de aspirantes presentaron en los últimos ciclos lectivos. Inversamente, las carreras correspondientes a las Áreas de Ciencias Básicas y Tecnológicas junto con las correspondientes al Área de Humanidades y Artes fueron las que menor porcentaje de aspirantes presentaron en los ciclo lectivos analizados, detalla un informe del área. Sin embargo, las carreras correspondientes al Área de Ciencias Sociales son las que presentan un mayor porcentaje de ingresantes, mientras que las que corresponden al Área de Salud presentan un porcentaje por debajo del 10 %.
La cuestión emocional
“Hay exámenes de ingreso que tienen altos niveles de dificultad para un estudiante medio egresado de secundaria. Requieren preparación y estudio adicional. En chicos que cursan el fin de la secundaria a veces es un conflicto, la escuela y el pre”, explicó la licenciada Mónica Coronado, Directora de Trayectorias Académicas de la UNCuyo.
Suele suceder que se anoten y luego no cursen o desistan luego del primer examen en que les va mal. El estrés que implica el desafío también puede jugarles en contra. “Hay determinados factores que tienen que ver con los filtros que implican los exámenes y con el afrontamiento de los chicos del estrés que significa un ingreso universitario”, dijo la psicopedagoga.
El manejo emocional requerido se asocia al cumplimiento de cierta disciplina de trabajo y horarios, afrontar frustraciones o pasar por un examen y darse cuenta de que no se han preparado lo suficiente. Por eso, algunos aspirantes abandonan antes de rendir y como dicen en varias facultades, desde el momento de la inscripción, se produce un fuerte desgranamiento.
Asimismo hay que considerar la posibilidad de que se menosprecie la exigencia que implica un examen universitario. Una chica que ingresó recientemente a una carrera en la UNCuyo comentó que cree que algunos aspirantes no se preparan lo suficiente porque consideran que es menos exigente de lo que es, que lo toman con relajo. Pero al mismo tiempo dijo que conoce chicos a los que les ha ido mal varias veces o aún yendo a un preuniversitario han aprobado con lo mínimo o en recuperatorio.
El bagaje
El punto inevitable al que hay que hacer referencia son los recursos con los que llegan al nivel superior y que resultan determinantes. Es que en las casas de estudios notan que una mala base puede ser un obstáculo difícil de superar. De hecho, esto es particularmente señalado en aquellas que requieren formación en materias duras como matemática y química.
“Física y Matemáticas son una debilidad en la formación secundaria”, reconoció Coronado.
Justamente por ello es que las facultades han implementado cursos nivelatorios para actualizar estos contenidos y permitirles llegar con una base más sólida.
Además, Coronado mencionó algo que también advierten en las facultades: “Suele hablarse de los problemas que traen los chicos de la educación secundaria, que no tienen hábitos de estudio, que les cuesta afrontar situaciones de examen, pero aún así, chicos y chicas que tienen todo eso, incluso destacados como alumnos en secundaria, a veces les cuesta entrar a carreras de alta demanda porque los exámenes suelen ser bastante difíciles y requieren una preparación”.
Y entonces comienzan a jugar los recursos con los que han contado en su trayectoria. Por un lado, la accesibilidad de algunos aspirantes que cuentan con mayores recursos económicos que les permite tener una preparación en algún instituto o con algún profesor. Pero además, está el bagaje que se trae. “La secundaria comenzó a ser obligatoria recién en 2006, eso hizo que abarcara a sectores que antes no estaban contenidos dentro de la educación secundaria e hizo que tal vez terminen muchos no tan bien preparados como otros chicos que quizás tienen mayores recursos culturales o sociales que les permiten ir accediendo a niveles educativos superiores”, advirtió la especialista.
Coronado sumó que algunos intentan el ingreso en más de una carrera porque todavía no están decididos y quienes sí lo están pero aspiran a algo difícil intentan ingresar más de una vez.
Desde la Facultad de Ciencias Médicas explicaron que se trata de una unidad académica que atrae a una gran cantidad de interesados, muy por encima de la mayor parte del resto en la universidad, y que llegan de manera espontánea. Se trata de alrededor de 7.000 interesados de los que ingresa una pequeña parte.
Señalaron que si bien todo postulante que apruebe los exámenes tiene asegurado su ingreso, la evaluación es exigente y en muchos casos el nivel que se trae del nivel medio en las materias que se evalúan (Química, Biología y Matemática) es pobre, lo que atenta contra la posibilidad de superar la instancia evaluativa.
Las carreras que más y menos cuestan
En cuanto a las propuestas con más ingresos hay que señalar que hay 21 carreras a las que ingresa el 100% de quienes lo pretenden. De ellas, se destacan entre las que tienen más aspirantes, licenciatura en Seguridad Pública, Técnicatura en cuidados infantiles, Ciclo de licenciatura en Enología, Ingeniería en Mecatrónica, Ciclo de Licenciatura de Producción en Medios de Comunicación y Licenciatura en Ciencias Básicas con Orientación en Biología.
En el extremo opuesto, se encuentran aquellas que logran un ingreso por debajo del promedio, es decir de menos de 30%.
De 24 alternativas incluidas allí, 8 pertenecen a la facultad de Ciencias Médicas, la que tiene más presencia en el segmento y que además, con excepción de una, tiene los niveles de más bajos resultados.
Para las ofertas de Técnico Universitario en Oftalmología, Técnico Universitario en Diagnóstico por Imágenes o Técnico Universitario en Laboratorio el ingreso fue de 4%, es decir que 96% de quienes quisieron entrar se quedaron a medio camino.
Las carreras de Técnico Universitario en Hemoterapia, Técnico Universitario en Anestesia, Técnico Universitario en Quirófano y Médico tuvieron un ingreso de 5%. Además, en Enfermería entró el 7%. Algunas ingenierías siguen en la lista entre las que más cuestan: Ingeniero de Petróleos tuvo 8% de ingreso e Ingeniero en Telecomunicaciones e Ingeniero Mecánico, el 9%.
Privadas
En las universidades privadas tiene otra realidad: allí, si hay exámenes, son nivelatorios y no eliminatorios por lo que, sí existe, la limitante es el cupo que tienen por cuestiones de infraestructura u otras variables.
Desde la Universidad de Mendoza expresaron que la cantidad de estudiantes que ingresan ha ido en permanente aumento. Con una oferta de 42 carreras de grado y posgrado en los últimos 5 años se ha registrado un interés particular por las ingenierías y por las carreras de ciencias de la salud. En los últimos dos años (2020 a 2022) se suman a esta dupla de carreras en tendencia relacionadas con Diseño.
En la Universidad Juan A. Maza el ingreso también es nivelatorio y los aspirantes reciben acompañamiento. La magíster Amalia Salafia, Vicerrectora Académica de la institución dijo en relación a las dificultades para los ingresos: “El fenómeno es pluricausal y pluridimensional; los jóvenes están en crisis porque hay una sociedad en crisis, donde se aprecia un corrimiento de las normas y valores; donde además el conocimiento es desvalorizado, tras la aparente ilusión de que con la relación entre la IA (inteligencia artificial) y las TIC todo es posible”. Dijo que en ese escenario el proceso vocacional es difícil de concretar.
En tanto, en la Universidad de Congreso también hablan de crecimiento en los ingresantes desde 2013 a razón de entre 5 y 15% por año. Asocian esto a la ampliación de las sedes, lo que aporta cercanía, la incorporación de cursado a distancia y el otorgamiento de becas que alcanza a 30% de la matrícula. Como contrapartida, tienen la limitación de cupos por cuestiones de infraestructura
Reconocen que llegan bastantes aspirantes luego de completarse los procesos de ingreso en las alternativas públicas: UNCuyo y la Universidad Tecnológica Nacional.
En su caso, el cupo se conforma por orden de mérito según la puntuación obtenida en el examen. Así, por ejemplo, en 2018 hubo 1500 inscriptos (ingresantes) sobre 3500 postulantes (33%).