La trágica historia del arriero que murió congelado abrazado a sus animales en Neuquén

Fue encontrado luego de nueve días desaparecido. El hombre realizaba las tareas de pastoreo cada año en las mismas zonas.

La trágica historia del arriero que murió congelado abrazado a sus animales en Neuquén
Varios vecinos participaron de la búsqueda del trabajador rural / Gentileza

Con la llegada de las bajas temperaturas, la Pampa Ferraina de Neuquén se tiñe absolutamente de blanco con la caída de la nieve. En esas zonas, se llama criancero a los pastores y arrieros que habitan las zonas patagónicas, como es el caso de Tomás Sura.

Sura cada año realizaba sus tareas de pastoreo independientemente de la época del año. En la veranada, durante noviembre y abril, subía a la zona alta y trabajaba desde el paraje de montaña de Los Cerrillos hasta casi la frontera con Chile. Luego, al llegar la invernada, bajaba al llano.

Este año un temporal de nieve sorprendió a Tomás Sura cuando se encontraba a 3000 metros de altura, en donde murió congelado a los 59 años de edad. Estuvo desaparecido nueve días hasta que fue hallado el 29 de abril.

Por esa misma zona, cuatro cianceros sufrieron la gran invernada y fueron amenazados por la nevada y el viento blanco de más de 100 kilómetros por hora. A diferencia de Sura, tuvieron mejor suerte y fueron rescatados.

La sobrina de la víctima, Inés Sura, dialogó con Todo Noticias y aseguró que su tío no murió solo. “Lo encontraron con una de sus manos sujetando a su caballo y la otra un rebenque. Sus dos perritos estaban a un costado, congelados como él”, comunicó.

El testimonio de la última persona que lo vió con vida

Ese día, Don Sur o “Chuma”, como lo conocían sus cercanos, salió con 300 cabras para realizar sus hábitos trashumantes. Fue Sergio Tapia la última persona que lo vio con vida, y solía trabajar con él además de escoltarlo con su camioneta cuando Sura desapareció.

El hombre tenía 59 años / Gentileza
El hombre tenía 59 años / Gentileza

Durante el cruento temporal y en la soledad del desierto blanco, Tapia esperó a su amigo durante algunas horas hasta que lo fue a buscar y nunca lo encontró. “Al otro día arreamos bien temprano y subimos hasta el Arroyo de la Totora. Ahí lo dejé a Don Sura con mi caballo de tiro y volví a buscar la camioneta, que estaba abajo, a una hora y media de distancia. Y después ya no lo volví a ver”, confesó.

El compañero de tareas estuvo convencido de que Sura se había desviado del camino: “Las horas pasaban y entré a pensar y a pensar, ¿viste? Me quedé quieto ahí porque tenía la esperanza de que él volviera”, contó a TN.

Los resultados del rastrillaje que dio con el cuerpo de Sura

“Él con su arreo demoraba de 10 a 12 días, dependiendo del clima y de la cantidad de animales. Este trabajo muchas veces lo hacía con su hermano Horacio, y con Sergio Tapia, que se salvó de congelarse”, retoma Inés Sura, la sobrina de la víctima.

Además del personal autorizado, en la búsqueda del criancero estuvieron presente algunos vecinos y vecinas de Tricao Malal y Villa Curi Leuvú.

“(Sura) Se congeló de pie tratando de salvar a sus últimas chivas. No tuvo tiempo siquiera de aflojar la montura de su caballo”, cuenta Juan Contreras, que participó de los rastrillajes y presenció el hallazgo del cuerpo. Y describe la escena donde se apagó la vida del criancero: “Con un temporal ahí no ves más de 20 centímetros. Estás a ciegas adentro de un lavarropas gigante de nieve y viento”.

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