Al parecer no es solo nuestra percepción de que los años cada vez pasan más rápido. Según un sitio especializado en registrar la hora, TImeanddate.com, nuestro planeta el año pasado registro los 28 días más cortos de los últimos 60 años.
No éramos los únicos en querer que este 2020 terminara pronto también nuestro planeta ayudó a que pasara más rápido, registrando el 19 de julio de 2020 como el día más corto del año: la Tierra tardó 1,4602 milisegundos menos en completar su ciclo.
Un día solar es el tiempo que tarda nuestro planeta en completar un giro sobre su propio eje, es decir: 24 horas, o su equivalente en segundos 86.400. Aunque los ciclos terrestres son bastante regulares, en ocasiones se producen pequeñas aceleraciones o retrasos de apenas milésimas de segundo que resultarían imperceptibles al ojo humano de no ser por la tecnología. Esto es lo que ocurrió durante el año pasado.
El día más corto registrado, desde que los relojes atómicos se desarrollaran en la década de los 60, fue el 19 de julio de 2020, cuando el planeta tardó en girar sobre sí mismo 1,4602 milisegundos menos de los 86.400 reglamentarios, es decir, 0,00146 segundos menos, según el portal especializado TImeanddate.com
¿Qué pasaría si la Tierra sigue girando así?
Si se acumulan, estas diferencias, pueden obligar a que ajustemos nuestros relojes cada cierto tiempo para que el tiempo atómico -basado en relojes de Cesio de alta precisión- y el astronómico -basado en las rotaciones terrestres- no se descabalguen.
Hasta ahora, lo más frecuente había sido que el ciclo terrestre se retrasara respecto al tiempo atómico, por lo que cada cierto tiempo había que incorporar un segundo más a nuestros relojes para mantenerlos sincronizados.
Pero recientemente con este fenómeno que se ha producido ha sido el contrario y, de seguir así, puede que sea necesario restar un segundo al reloj para alcanzar la creciente velocidad de rotación terrestre.