¿Cómo se llamaba aquel actor? Otra vez perdí las llaves. Ese trabajo que buscamos resolver y no logramos. Una noche más que pasamos dando vueltas en la cama. El dolor de cabeza recurrente. La dificultad para concentrarse. Etcétera. Etcétera. Estas y tantas otras situaciones pueden ser parte de la vida cotidiana de muchas personas y afectan su desempeño, son una expresión del estado de salud de su cerebro.
Es que ciertos hábitos, conductas que tienen que ver con cuestiones culturales y estilos de vida, además de contextos que condicionan terminan por afectarla. Por eso los médicos notan que son cada vez más las personas que muestran impacto en la salud de este órgano sustancial. Se manifiesta con cuadros que parecen de menor envergadura, como dificultades para concentrarse, falta de memoria o mal sueño, hasta consecuencias más graves como un accidente cerebro vascular (ACV).
El neurólogo Andrés Barboza señaló que como consecuencia de la falta de salud mental hay un aumento de dolores de cabeza, dolores de espalda, “hay cuadros de fibromialgia que antes no se veían, dolores crónicos, además de lo que puede ser la parte más psiquiátrica como trastornos de ansiedad y trastornos del ánimo”, enumeró. Hay lumbalgias y dolores de columna porque la gente está contracturada.
Barboza señaló que preocupa el aumento de la incidencia de enfermedades cerebrovasculares y apuntó que otra consecuencia es que, en personas que desarrollan trastorno cognitivo, la falta de cuidado de la salud cerebral a lo largo de la vida conlleva que se expresen en cuadros más severos.
Impacto
Las afecciones neurológicas son la principal causa de mala salud y discapacidad en todo el mundo, ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Desde 1990, se ha registrado un incremento del 18% del volumen total de discapacidades, enfermedades y muertes prematuras (lo que se conoce como años de vida ajustados en función de la discapacidad, AVAD) causadas por afecciones neurológicas”, destaca la entidad que señala que más del 80% de los casos de muerte y mala salud por motivos neurológicos se producen en países de ingreso bajo y medio.
“El cerebro es el órgano más complejo del ser humano. Es uno de los órganos vitales, ya que controla las actividades cognitivas, acciones y funciones del cuerpo”, explica la doctora Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de Ospedyc.
Además explicó: “El cerebro, al igual que el resto del cuerpo, cambia con la edad. Muchas personas notan que se vuelven más olvidadizas y que tardan más en pensar en una palabra o recordar el nombre de una persona. Mantener el cerebro activo es muy importante para la salud cerebral”.
Detalló que los síntomas de los trastornos neurológicos varían según la enfermedad. Estos pueden producir tanto un exceso como un déficit de actividad neuronal en cualquier sistema del organismo. Algunos de los síntomas que se pueden identificar son: dolor de cabeza, pérdida de fuerza o adormecimiento de una extremidad, mareos, desmayos y pérdida de consciencia, problemas de memoria, dificultades cognitivas, problemas de habla o visión y temblores, espasmos o contracciones involuntarias.
En el marco del Día Mundial del Cerebro, que es cada 22 de julio, es bueno recordar la importancia de cuidarlo.
Causas
“No es nada nuevo”, advierte el neurocirujano y magíster en Neurociencia y en Investigación Clínica, Fabian Cremaschi, para referirse a lo que afecta el bienestar de nuestro cerebro. “Mente sana en cuerpo sano, se dijo hace más de 2000 años y hace 2000 años seguimos igual”, señaló en referencia a que el cerebro requiere de miles de años para transformarse, por lo que sigue igual pero se han cambiado estilos de vida.
“Hay muchos cambios, pero estos cambios, de cierta manera, se llevan a las patadas con la biología, entonces, siempre hay que volver a lo natural”, afirmó.
Malas conductas asociadas al sueño y el descanso son parte del problema. “Hay algunos parámetros culturales que hemos adoptado que no son buenos para nuestro cerebro. Uno es el acostumbrarnos a no dormir o a dormir poco o aceptar que dormir pocas horas está bien”, dijo Barboza. Y subrayó: “El sueño tiene una función vital en los procesos de aprendizaje y consolidación de nuevos recuerdos”.
Bien es sabido que a lo largo de las últimas décadas las personas han perdido horas de sueño nocturnas y que incluso, la actividad diurna se extiende, en gran medida asociado al uso de pantallas.
Mantener un cuerpo saludable es parte de lo que necesita el cerebro para un buen funcionamiento. El desarrollo de enfermedades metabólicas como dislipidemias, hipertensión o diabetes tendrán sus consecuencias. En ese sentido, los médicos mencionan el sobrepeso y la obesidad, que van en aumento, como un condicionante de la salud cerebral.
Por eso Barboza mencionó que otro factor actual que pone en riesgo es el cambio en la actividad física: “La tendencia al sedentarismo empeora la salud del cerebro, el cerebro para funcionar bien necesita actividad física”.
Otro punto negativo son los cambios en los hábitos alimentarios asociados a la escasez de tiempo. Como consecuencia tiene un gran impacto el consumo de comidas ultra procesadas, el exceso de sodio y de grasas de mala calidad.
Otro elemento que a veces se menosprecia es el contacto social. Los psicólogos y psiquiatras manifiestan que en este contexto social en que las personas tienen sobre demanda laboral y de otras responsabilidades, además de un cierto agobio, se han deteriorado los vínculos y se ha disminuido el contacto social. “La vida social es clave para la buena salud cerebral”, subrayó el neurólogo.
Para variar, es inevitable hacer referencia al efecto negativo del estrés así como la falta de tiempo para el descanso y para actividades recreativas.
“La otra falacia cultural que tenemos es la ilusión de la multitarea, la ilusión de que podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo y eso tiene un costo energético importante para el cerebro que puede llevar a dificultades en la atención, en la memoria y a fatiga, cansancio, no solo físico sino también mental”, comentó.
Cómo cuidar el cerebro
Tras lo señalado, Cremaschi, ordenó las ideas y señaló que hay 8 pilares de la salud cerebral.
El especialista resaltó que no se debe perder de vista que “las conductas humanas tienen efectos secundarios”, como los medicamentos.
- 1- En primer lugar, posiciona el ejercicio físico. Antes se caminaba más, se hacían traslados en bicicleta y se subían las escaleras. Los avances tecnológicos han aportado mayor comodidad por lo que sostuvo: “Lo que antes era natural, ahora es como que lo tenemos que forzar, hasta con una prescripción médica”.
En ese sentido hizo referencia a la famosa recomendación de la OMS de realizar al menos 150 minutos de actividad física por semana y, si se puede, todos los días.
- 2- El ejercicio mental. Ejercitar el cerebro tratando de aprender cosas nuevas, estudiando, leyendo. Mencionó incluso que la escritura a mano, que se ha perdido, implica un ejercicio que pone en juego diversos recursos. Incluso agregó como “tip” que leer en papel no es lo mismo que en una pantalla. Leer un libro impreso antes de dormir, relaja y hasta induce a sueño, pero la pantalla, por el estímulo lumínico, quita el sueño.
- 3- Dieta saludable. “El azúcar procesada es veneno para el cerebro”, afirmó.
- 4- Control del estrés
- 5- Descanso reparador. Se refirió a la falta de tiempo dedicado para uno, que aunque no fuera para dormir, sea para el descanso o hacer un hobbie.
“El problema es la administración del tiempo, estamos hablando de una cuestión más cultural, yo tengo la posibilidad de decir que no. Y lo más importante es a qué se da prioridad”, comentó. Por eso dio el ejemplo de que si se pretende tener muchas cosas materiales, se requiere trabajar mucho, descansar poco, y además tener buena salud, buena memoria, estar tranquilo y no tomar pastillas, es un desafío complicado y tiene un costo a nivel de salud mental.
- 6- Sociabilización. “Nuestro cerebro es social está preparado para conectarse con otros”, afirmó.
- 7- Control de los parámetros de salud física como desórdenes metabólicos y hasta salud bucal.
- 8- Tener un propósito. “Es fundamental para la salud mental”, remarcó. Hizo referencia a personas que por ejemplo se jubilan, incluso jóvenes, y luego de lo cual optan por no hacer nada más. En muchas es habitual que se presenten cuadros como la depresión que es muy dañina para el cerebro.