La risa, esa chispa que ilumina momentos oscuros

En el Día Mundial de la Risa, que se celebra cada primer viernes de octubre, especialistas se refieren a su efecto terapéutico, emocional y físico que genera.

La risa, esa chispa que ilumina momentos oscuros
Carla Ciccone y su actitud de siempre. La risa.

Carla Ciccone tiene la sonrisa pegada a la cara. Es su marca registrada y no es una actitud forzada ni mucho menos. Le sale naturalmente y por eso es legítima, espontánea.

Carla tiene 39 años, es recepcionista y asistente de alumnos en la Universidad Católica Argentina sede Mendoza (UCA) y asegura que desconocía que el primer viernes de cada mes de octubre se conmemora lo que ella mejor sabe hacer: la sonrisa.

Me sale espontánea, es cierto. Pero a veces, muy pocas, algo tengo que fingir”, se sincera, en diálogo con Los Andes, para confesar que en su entorno de amigos, compañeros de trabajo y familiares, nunca falta un comentario de su sonrisa.

Es que Carla comienza el día sonriendo aunque las cosas no se den y. aunque ella ni siquiera se da cuenta, es una actitud que predispone bien: nunca uno suele ir “de punta” con alguien que ensancha su boca de oreja a oreja.

“Muchas situaciones me hacen sonreír y también reír. Tener alrededor de uno gente con buena onda, aunque no tengas un buen día, es clave. Porque yo sonrío siempre, pero eso no significa que a veces tenga días malos”, aclara.

La carcajada se le despierta y explota cuando mira videos graciosos de animales. Y esa energía, evidentemente, la contagia.

“Siempre hay que sonreírle a la vida”, concluye ella, con su dentadura perfecta y reflexiona: “La simpatía y el tacto con la gente abre puertas, trabajé mucho tiempo en hotelería y lo primordial, siempre me lo decían, era una buena sonrisa”. Todo indica que Carla se lo tomó a pecho.

La licenciada Soledad Bermejo habló de los efectos de la risa.
La licenciada Soledad Bermejo habló de los efectos de la risa.

Cada primer viernes de octubre, el mundo se une para celebrar el Día Mundial de la Sonrisa, una iniciativa creada en 1999 por Harvey Ball, el artista detrás del icónico símbolo Smiley Face o Carita Feliz.

Por eso este día es una oportunidad maravillosa para reflexionar sobre el impacto positivo que una simple sonrisa puede tener en la vida de las personas. Sonreír y compartir la felicidad no solo brinda autoestima, sino que predispone mejor a nuestro entorno.

Este día se concibió con un propósito simple, pero profundo: ser feliz y llevar alegría a otros, aunque sea por un momento. Aunque Harvey Ball falleció en 2001, su legado continúa a través de la Harvey Ball World Smile Foundation, que organiza actividades y recauda fondos para causas benéficas en todo el mundo.

La sonrisa no es solo un gesto simple, sino que tiene un poderoso impacto en la salud y bienestar. Al sonreír, se liberan endorfinas y serotoninas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que hacen sentir más alegres a las personas, menos estresadas y mejoran el estado de ánimo. Además, sonreír es una parte esencial del lenguaje universal, una herramienta gratuita y efectiva para mejorar relaciones sociales y profesionales.

Sonreír genera seguridad en uno mismo y en los demás, y tiene un efecto contagioso que puede iluminar el día de las personas a nuestro alrededor. En un mundo donde a menudo la sociedad enfrenta desafíos y estrés, una simple sonrisa puede ser un poderoso remedio para mejorar la calidad de vida.

La licenciada en Psicología Soledad Bermejo sostuvo que desde 1905 Freud habla del chiste y de su relación con el inconsciente, que confiere un especial valor al humor y a la capacidad de reírse, ya que permite la expresión libre de culpa, de impulsos sexuales y agresivos.

“También es importante destacar la dimensión creativa que se pone en juego en el sentido del humor ya que permite hacer síntesis de lo simbólico y el significado”, sostuvo, para añadir que Freud sostiene que el chiste y, como consecuencia la risa, “abren fuentes de placer que son inaccesibles a la conciencia y permite el descargo”.

“La risa implica, las más de las veces, una interacción social, saludable y tan necesaria en este siglo marcado por la pandemia de la soledad y el aislamiento. El humor es, sin duda, una importante herramienta terapéutica y la risa su efecto tangible y liberador”, subrayó.

Por su parte, el psicólogo Mario Lamagrande, mágister en Economía y Administración de la Salud, profesor titular de Psicología Aplicada, indicó que la risoterapia actúa como un rayo de sol en un cielo nublado iluminando la mente y mejorando el estado emocional.

Mario Lamagrande, psicólogo y docente.
Mario Lamagrande, psicólogo y docente.

“Al reír, incluso de forma forzada, se activan microexpresiones que envían señales positivas al cerebro, promoviendo una sensación de bienestar. Esta técnica, combinada con terapias cognitivo-conductuales, ayuda a tratar la depresión y la ansiedad al liberar endorfinas y reducir el cortisol, mejorando el estado de ánimo”, manifestó.

Aunque no es una solución mágica, dijo que la risoterapia fortalece la capacidad de enfrentar desafíos emocionales, similar a cómo el ejercicio fortalece los músculos.

“En terapia, el humor puede abrir nuevas perspectivas y facilitar la conexión entre los participantes, creando un ambiente de apoyo. En resumen, la risoterapia puede ser la chispa que ilumina momentos oscuros, ayudando a ver el mundo de manera más positiva y recordando que siempre hay espacio para una sonrisa, incluso en los días más grises”, concluyó.

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