Mientras prepara el almuerzo, Doña Elisa explica que el distrito La Reducción está dividido en tres: Inferior, más cerca del centro de Rivadavia; Del Medio, donde está el Cementerio y Superior, camino al embalse El Carrizal. Pocos conocen la historia del lugar y si uno lo recorre se da cuenta de que se trata de un típico paisaje de campo mendocino. Predomina el cultivo de hortalizas con las montañas nevadas al oeste, fuente de agua que sustenta la actividad agrícola.
Mucho antes de que existiera el embalse (inaugurado en 1971), vivió junto al río una población huarpe, probablemente una de las más importantes de lo que hoy conocemos como Zona Este y en 1563, dos años después de la fundación de Mendoza, el dominio español imperial llegó hasta allí. Un sitio que “tenía vinculación con los lugares más importantes en esos años, como San Carlos, Barrancas y con el Camino Real” (Buenos Aires-Mendoza-Chile), explica el profesor, historiador, periodista y excorresponsal de Los Andes, Enrique Pizzuto. Y agrega que allí se estableció el primer encomendero de la región, Pedro Moyano Cornejo, por orden de la Capitanía General de Chile.
El historiador, investigador y escritor, Gustavo Capone, señala: “En la amplia región de ‘Uyata’ (’la ensenada’, en huarpe milcayac), todo aquel valle que comprenderá el actual departamento de Rivadavia, se registró un asentamiento centenario sobre las lomas altas del ‘Palenpotó' (río Tunuyán) denominado ‘Juranco’ (’agua que brota de la piedra’)”. Capone expresa que “ese Juranco será la génesis india del actual distrito rivadaviense de La Reducción, base de la posterior proyección departamental de Rivadavia y gran parte del este mendocino”.
Añade que los primeros asentamientos sedentarios de la zona datan del siglo XV, se extendían hasta los actuales Ñacuñán y Las Yegüitas por la margen derecha del Tunuyán y desde el actual distrito de Los Árboles hasta “Otoyán” (hoy Philipps), por el costado izquierdo del río (posterior Ensenada de los Olguín, parte del actual Santa María de Oro). Y será Pedro Moyano Cornejo, quien había llegado con Pedro del Castillo en 1561 a Mendoza, el primer colonizador español que tomará contacto con los originarios de Juranco. “Ostentaba el título de Regidor (funciones de policía y seguridad) y formaba parte importante de la gestión española, recibiendo tierras como era habitualmente, en compensación de su acción colonizadora”, subraya el historiador. Y acota: Moyano Cornejo se convertirá en el “señor del Este”. Y así, el oriundo de Cabeza de Buey (Badajoz) pasó a ser el primer encomendero de la zona, construyendo su estancia y residencia en el actual distrito de La Reducción, también denominado por los hispanos-chilenos como la región del Gelante, cuyo eje de asentamiento será el río Tunuyán”.
Sobre el origen del nombre, Capone advierte que la organización española disponía de “reducciones” para controlar y dominar a los pueblos que conquistaban. Así, la estancia primero se llamó Moyano o Rodeo Moyano, devino en Estancia Reducción. “De allí el nombre del poblado, a casi 10 km de donde posteriormente se desplazará el centro social y político de Rivadavia”, cuenta.
El historiador Enrique Pizzuto añade que las tierras de Moyano estaban habitadas por huarpes, regidos por los caciques Pasambay; Wagaldíra, en Reducción de arriba y Sallueke en Reducción de abajo.
Gustavo Parisi, historiador, a cargo del Museo Municipal de Rivadavia, detalla que el origen del nombre se debe a que allí se estableció una de las primeras reducciones de aborígenes. “Hasta ese entonces, los originarios vivían libremente en el territorio, pero a partir de la llegada del encomendero, en este caso Moyano Cornejo, reducen al originario a un territorio determinado, y quedan bajo sus órdenes. Durante esa época, el orginario huarpe, regidos por el cacique Payamay (en el cabildo se asienta con el nombre de Pasambay), vive bajo las órdenes del encomendero. “El huarpe era un pueblo tan pacífico, que a través de este sistema, sus integrantes eran llevados a trabajar a las minas, Paramillos, en Uspallata, los que tenían más suerte. Pero a los más fuertes los llevaban a La Serena, caminando. Y las mujeres y los niños se repartían acá entre las familias”, comenta Parisi. E informa que en el Cabildo de Mendoza queda registrado en un documento lo que comentan tres originarios que logran escaparse de este lugar y llega a Mendoza.
Parisi cuenta que quedan muy pocos registros del sitio, sólo el cementerio. “Hace unos años encontraron varios elementos, espuelas, espadas, restos de metal y alfarería de marcado corte colonial. Es la única evidencia física que tenemos de aquella época. Crucifijos en hierro forjado. También sabemos que hubo un oratorio, que tenía vinculación con la capilla de Barrancas. Y que Moyano Cornejo no vivía aquí. Era propiedad de él la estancia, pero vivía en La Serena”. Dice que el municipio proyecta poner en valor el cementerio, con un centro de interpretación de este sitio histórico. Y presentarán la documentación correspondiente a Patrimonio de la provincia.
Más adelante, Parisi describe que alrededor del cementerio se estableció una población blanca, criolla, que se fue corriendo aguas abajo, movimiento relacionado a los pasos disponibles del río Tunuyán. Pizzuto acota que estos pasos eran fundamentales para el transporte de sal, que venía del sur provincial y mercadería. Posteriormente, el centro de Rivadavia se asentaría sobre la margen norte del río.
Capone cuenta: “en la “etapa criolla” de Rivadavia (San Isidro), La Reducción confirmará un status de localidad, cuando un grupo de vecinos le solicitan al Gobernador de Mendoza, Arístides Villanueva, la creación de una población “en las adyacencias de la capilla” del lugar”. Expresa que La Reducción tiene en su histórica calle Centenario “una postal privilegiada sobre la Rivadavia de todos los tiempos, base del pasado nativo, sede de los pioneros emprendimientos productivos coloniales, cabeza visible de la prédica evangelizadora y localización de los primeros centros cívicos criollos del departamento”. La primera casa municipal tuvo su sede en La Reducción, “más precisamente en la casa de Estanislao Gaviola, propietario del conocido ‘Chalet Gaviola’, donde se fundó la pionera municipalidad rivadaviense”. Como dato curioso y para destacar, comenta que Estanislao es “el tío de Enrique Gaviola, un oriundo de La Reducción, quien se convertirá en uno de los astrofísicos más importantes del mundo en el siglo XX, además de ser amigo y discípulo de Albert Einstein”.