En los últimos días los mendocinos se sorprendieron felizmente con el descubrimiento que hizo un investigador del Conicet Córdoba, que paseaba por San Rafael y vio un nido de águila coronada. Allí, en un lugar casi inhóspito y donde no se tenía registro de su presencia, dos aves adultas de la especie en extinción custodiaban a un pichón recién nacido.
Con la curiosidad innata del que hace ciencias, el turista se acercó cuanto pudo para fotografiar el momento que la naturaleza le regalaba, foto que rápidamente se hizo viral tras el posteo en sus redes sociales.
Además, el hombre dio aviso al Cecara (Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina), y en consecuencia comenzó a trabajar personal de Fauna de la Dirección de Registros Naturales Renovables de Mendoza.
Ahora, tras la investigación correspondiente, la Provincia confirmó que “nació un nuevo pichón de águila coronada en la provincia”, hecho que catalogó como un “positivo indicador ambiental”. La cartera de Ambiente dejó trascender que este nuevo nido de esta especie se suma a otros nacimientos recientes en Santa Rosa y La Paz.
“La relevancia de este hecho –que a primera vista podría verse como minúsculo– radica en que el águila coronada (Buteogallus coronatus) se encuentra en estado de conservación crítico. Se estima que existe una población global de menos de 1.000 individuos adultos (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, IUCN, 2016), con tendencia decreciente”, declaró al respecto el secretario de Ambiente, Humberto Mingorance.
Sobre esta especie, el funcionario agregó que “las principales amenazas que sufre son la pérdida de hábitat, la persecución directa, el ahogamiento en tanques de agua –en zonas áridas y semiáridas de la Argentina– y la electrocución en tendidos eléctricos”.
“El año pasado, en departamentos del Este, se encontraron otros dos pichones, lo cual es una buena noticia sobre la conservación de esta especie y su ecosistem
a”, finalizó el secretario de Ambiente.
Ahora, la Dirección de Recursos Naturales junto a las otras entidades implicadas continuarán con las tareas de monitoreo del nido durante la temporada reproductiva, y finalizarán con el marcaje del pichón para permitir su seguimiento, que aportará información sobre los movimientos del ejemplar y la ecología de la especie en la región.