La Argentina se encuentra sumida en la peor epidemia de dengue desde su reemergencia en 1997, con un alarmante aumento en el número de personas afectadas, casos graves y fallecimientos.
Hasta el momento, 19 de las 24 jurisdicciones del país reportan circulación autóctona del virus del dengue, propagándose a nuevas ciudades a través de viajeros y la presencia de mosquitos Aedes aegypti en esas áreas.
Según el epidemiólogo e investigador del Conicet, Pablo Orellano, “La Argentina enfrenta una epidemia importante”.
Aunque las cifras pueden parecer menores en comparación con algunas áreas de Brasil, la situación es preocupante en el contexto argentino, generando una tensión en los servicios de salud y un aumento en el número de muertes de personas sin comorbilidades.
El límite sur de la enfermedad se ha expandido, alcanzando ciudades como Azul, Olavarría y Bahía Blanca, donde se han registrado casos autóctonos por primera vez este año. El médico infectólogo Juan Carlos Cisneros del Hospital Muñiz en Buenos Aires, informó un aumento en las consultas por dengue, con un total de 200 consultas durante el último fin de semana.
Por su parte, Susana Lloveras, experta en medicina del viajero, destacó la alta demanda en los hospitales debido a los síntomas del dengue, generando en ocasiones una saturación en la atención médica.
Cómo afecta al país la epidemia
Desde julio del año pasado hasta marzo de este año, se han registrado 321 casos de dengue por cada cien mil habitantes, con 325 casos clasificados como graves y 106 fallecimientos.
Las regiones más afectadas han sido el Centro, el Noreste y el Noroeste del país, aunque la incidencia y el momento de la epidemia varían según la región.
El investigador Darío Vezzani del Conicet destacó que esta epidemia es la peor en la historia del dengue en Argentina, con un aumento constante en el número de casos y fallecimientos en comparación con años anteriores.
La propagación del virus hacia el sur del país plantea interrogantes sobre su posible persistencia durante el invierno, lo que constituiría un nuevo desafío para el sistema de salud argentino.