La Paz, el tranquilo departamento mendocino con menos contagios de Covid-19 en el centro del país

Pese a ser la entrada a la provincia desde el Este, es el único departamento “verde” en el mapa, con bajo riesgo epidemiológico. “Nos conocernos y nos cuidamos entre todos”, dicen los vecinos.

La armonía paceña deriva no sólo de la baja cantidad de habitantes sino de sus costum bres. Aseguran que han tomado conciencia para cuidar a sus vecinos. / Foto: Ignacio Blanco
La armonía paceña deriva no sólo de la baja cantidad de habitantes sino de sus costum bres. Aseguran que han tomado conciencia para cuidar a sus vecinos. / Foto: Ignacio Blanco

Ubicado a 140 kilómetros al Este de la Ciudad de Mendoza, el departamento La Paz tiene dos características que –por sobre todas las demás- lo han llevado a que el país entero hable de este tranquilo departamento. La primera de ellas es el Arco Desaguadero, ya que ese distrito paceño y el histórico monumento ubicado sobre la ruta 7 son la puerta de entrada a Mendoza para quienes llegan desde el Este por vía terrestre. Y a este reconocimiento desde siempre se le suma uno más reciente: de acuerdo al mapa de riesgo epidemiológico confeccionado por la Nación, hasta el jueves La Paz era el único departamento en color “verde”. Es decir, con una realidad y un panorama más alentadores en comparación con otros municipios mendocinos y de todo el país.

“Acá se usa el barbijo para todo y, si vemos a alguien que no lo tiene, le decimos que se lo ponga. ¡Hasta los perros usan barbijo!”, confiesan entre risas Eduardo Viguet y Pedro Chirino, dos vecinos paceños que ya peinan canas y cubren algunas arrugas detrás de sus tapabocas. Están sentados en la puerta de la agencia de quiniela ubicada frente a la plaza departamental, que también está en frente a la municipalidad.

“La verdad es que acá nos conocemos todos y, por eso mismo, nos cuidamos entre todos. En casa todos tenemos nuestro propio mate, aunque vivamos todos juntos”, se sinceran los vecinos que aguardan para probar suerte con algunos números y aprovechan el punto de encuentro social, siempre con tapabocas y distanciamiento.

Las siempre frías estadísticas de La Paz confirman lo que se refleja en un mapa de todo el país, donde predomina el rojo furioso, con algunos tintes amarillos y otros casi imperceptibles verdes. Hasta el jueves, entre los casi 11.000 habitantes de La Paz, se habían confirmado –desde el comienzo de la pandemia- 556 casos positivos de coronavirus. De ellos, 500 se habían recuperado, 13 personas habían fallecido y 43 paceños se mantenían como pacientes activos.

“Lo que pasa es que acá somos todos criollos de pura cepa, que nos alimentamos con patay y carne ¡Tenemos las defensas muy altas!”, agregan los vecinos, de nuevo entre risas.

La mayoría ha optado por usar el sistema “take away” en el bar Cambalache.
La mayoría ha optado por usar el sistema “take away” en el bar Cambalache.

El día a día

En la ciudad de La Paz abundan las casas y construcciones antiguas. Y las viviendas que tienen complejas estructuras de rejas para resguardar la seguridad son contadas. En la puerta de los comercios, las bicicletas reposan apoyadas contra la pared mientras sus dueños están en el interior. Resulta llamativo, incluso, que muchas veces estos rodados están acomodados a pocos metros de un bicicletero, que se convierte más en un adorno que otra cosa.

El departamento de La Paz es el primero sobre el que ponen un pie dentro de Mendoza quienes ingresan desde el Este. Y por el mencionado arco de Desaguadero pasan miles de vehículos todos los días, incluso con muchos camiones de todo el Mercosur.

“Por ese punto ingresó el coronavirus a La Paz y fuimos uno de los últimos departamentos en tener casos positivos en Mendoza”, sintetiza el jefe de Gabinete comunal, Franco Gil. Y aclara cómo se trabajó desde el minuto uno. “Sabemos que el sistema de salud es deficitario y por eso mismo intensificamos los controles en Desaguadero. Sacamos a toda la gente que trabajaba con la venta callejera y le otorgamos subsidios. También fuimos casa por casa concientizando a los vecinos y entregándoles jabón”, destaca el funcionario.

Gil resalta, en sintonía con la mayoría de los vecinos, que los paceños son pocos y se cuidan entre ellos. “En el contexto del virus, conocernos entre todos podría incidir de forma negativa ya que puede ser que se comparta todo. Pero en este caso, el fenómeno se dio a la inversa”, sintetiza.

Gustavo Barrera es el dueño del restó bar Cambalache, ubicado también a unos metros de la Municipalidad de La Paz. Desde su lugar ha observado cómo variaron las conductas de los vecinos. “La gente tomó conciencia y dejó de salir como lo hacía antes. Como acá nos conocemos todos, cuando alguien se contagia, la situación asusta un poco”, destaca el comerciante. “Nosotros recibíamos gente desde temprano, ya para el desayuno, y seguíamos todo el día. Pero ahora estamos trabajando más con delivery o con gente que pasa por el local a buscar la comida”, concluye.

Vecinos esperan en la vereda antes de apostar unos números en la quiniela.
Vecinos esperan en la vereda antes de apostar unos números en la quiniela.

Las escuelas

La Paz cuenta con 13 escuelas primarias, tres secundarias y un Centro de Capacitación en Trabajo. En todos estos espacios se respetan los protocolos, y las burbujas no superan los 10 alumnos. “Trabajamos mucho en la concientización, con los chicos y con los padres. Además, las escuelas cuentan con una referente Covid-19 que articula todo con la municipalidad. Hay un muy buen trabajo conjunto entre escuela, padres y municipios”, sintetiza Sandra Díaz, docente de la escuela Ferrocarriles.

“Tomando todos los recaudos, los chicos pueden estar en las escuelas. Cada vez que pueden, ellos nos dicen que no quieren un año escolar como el pasado y por eso se cuidan. La escuela es el lugar donde más se cuidan”, acota por su parte la directora de la escuela 9-034, Ercilia Nieto.

No más de 25 testeos diarios

El hospital Arturo Illia es el de referencia en La Paz y, como tal, cuenta con la carpa para el triage en la explanada principal. Pero el centro asistencial no cuenta con respiradores, por lo que los casos de urgencia son derivados a otros efectores, principalmente el hospital Perrupato, de San Martín. “Cuando hay un caso en una escuela, articulamos directamente el turno para el hisopado de ese niño. Los lunes, miércoles y viernes se hacen hisopados PCR en el hospital, mientras que de lunes a viernes, de 8 a 9 y de 18.30 a 19.30, se hace la prueba de antígenos”, destacó la jefa de Enfermería del hospital Illia, Nancy Fredes.

El máximo de personas hisopadas por la mañana oscila entre los 14 y 15 pacientes, mientras que por la tarde no superan los 6 o 7. Y hay días en los que directamente no se hisopan pacientes, no porque no haya kits de testeo, sino porque no llegan personas con síntomas.

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