La muerte de la diseñadora Sofía Sarkany (31), hija de Ricky, el famoso empresario del calzado, pone nuevamente en tema al cáncer de cuello uterino, que es uno de los más frecuentes en mujeres de Argentina, siendo el de mama el más común.
“El 99.7 por ciento de los casos de cáncer de cuello de útero son producidos por el Virus del Papiloma Humano (HPV), aunque algunos hoy se animan a decir que se trata del 100 por ciento de los casos”, explica Horacio Vargas, médico ginecólogo y jefe del Departamento de Salud Integral de la Mujer de OSEP.
Según los últimos datos disponibles, en Argentina se detectan unos 5000 casos por año, mientras que unas 2500 mujeres fallecen cada año como consecuencia de la enfermedad.
“Esto ocurre a pesar de que se puede prevenir, porque conocemos la etología”, reflexiona Eliana Díaz Cardillo, oncóloga clínica del Hospital Perrupato. El método de diagnóstico temprano es a través del Papanicolaou (PAP) que es un examen citológico. Los especialistas recomiendan hacerlo anualmente, a partir de los 25 años “y hasta los 64 años”, indica la oncóloga, aunque agrega que “todo va a depender de los resultados de los PAP previos: si siempre tuvo negativos, según criterio médico se le pueden seguir haciendo”.
No obstante, desde los 30 años, a ese estudio se suma el test de HPV que permite detectar la presencia del virus y los subtipos, ya que son unos 14 los que pueden provocar cáncer.
Entre que la mujer contrae el virus y que se desarrolla en cáncer suelen pasar entre 10 y 15 años, aunque “la gran mayoría de las infecciones desaparecen solas en el transcurso de 2 ó 3 años”, señala Vargas.
El problema está cuando el daño persiste. “La lesión aparece cuando se hacen los estudios, porque la mujer no siente nada. Entonces, pueden detectarse lesiones pre cancerosas y tratarlas”, detalla el ginecólogo.
Además, Díaz Cardillo remarca que hay factores de riesgo, como, por ejemplo, fumar, “un inicio precoz en las relaciones sexuales, tener muchas parejas sexuales y los estados de inmunodeficiencia que predisponen a que, una vez ingresado el virus, haya una infección prevalente”.
Desde 2011 en Argentina se incorporó al calendario de vacunación obligatoria a la vacuna contra el HPV, que se les aplica a niños y niñas de 11 años. Con la misma se busca inmunizar a las personas antes del inicio de su vida sexual activa.
El cáncer de cuello uterino se relaciona directamente con la falta de acceso al sistema de salud, porque justamente se da porque la mujer no se realiza los estudios de control.
“Por eso llama tanto la atención el caso de la hija de Sarkany, porque era joven y seguro debe haber tenido al alcance médicos y especialistas”, reflexiona Vargas.
En cuanto al tratamiento, si se detecta “en el momento adecuado”, el médico ginecólogo señala que se hace una intervención “quirúrgica, mínimamente invasiva, es ambulatoria y se evita que llegue a un cáncer”.
La vacuna
Se aplica a niños y niñas porque ambos pueden contraer el virus. Díaz Carrillo indica que “también genera cáncer anal, oral y peneano”. Si bien el uso de preservativo previene la transmisión del virus, la inoculación de la población apunta a disminuir el contagio y la transmisión. “Más del 70 % de los cánceres están provocados por los tipos virales que están en la vacuna”, explica Vargas.
La mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino se detectan en pacientes que rondan los 40 años. Se estima que más del 90 por ciento de las mujeres que inician su actividad sexual están en contacto con el virus del HPV.