Pensar la Mendoza del futuro es pensar en la provincia de las oportunidades para crecer, vivir, progresar individual y colectivamente, y donde cumplir metas no sea un sueño utópico. Ese futuro no tan distante, requiere de una visión macro del presente que no deje librado al azar ninguno de los factores que hacen a un verdadero desarrollo y crecimiento. Infraestructura, logística, educación, salud, justicia, producción, son algunos de los elementos que juntos, hacen al todo que queremos.
Esa mirada, propia de un Estado inteligente, es la que se tiene desde hace poco más de ocho años cuando se dieron los primeros pasos al empezar por lo más básico: ordenar las cuentas públicas. Porque ninguna planificación es posible cuando se gasta más de lo que se tiene y cuando los recursos públicos, que son finitos, no son bien utilizados.
Vino después el tiempo de las grandes reformas en los servicios esenciales, porque aunque se crea que justicia o salud o educación, son ajenos al progreso de una provincia, son indispensables a la hora de pensar en inversión. La infraestructura, la logística y la ampliación de la matriz productiva aportan el resto, y hoy es posible avanzar con estos pilares porque la tarea previa, está hecha.
Caminos, rutas, obras energéticas, de riego, exploración minera para determinar las posibilidades de avanzar hacia el mercado del cobre y con él, hacia las energías limpias. Logística para terminar de ordenar una provincia que de por si, por su geolocalización, ya es estratégica.
Industrias del conocimiento e industrias culturales, para exportar al mundo nuestro talento y a la vez, para proponer un lugar atractivo a aquellos que nos eligen. Turismo y gastronomía para que el sello Mendoza tenga arraigo internacional.
Para todo ello se necesita de inversión pública con recursos propios pero con recupero, para terminar y empezar de nuevo un círculo virtuoso que de manera directa, genera trabajo genuino. Pero fundamentalmente inversión privada que, con un Estado menos pesado y burocrático, aporte más recursos y empleo a los mendocinos.
La Mendoza de los próximos 30 años es la que estamos gestando desde el presente, con un equipo de dirigentes que apuesta a resultados que los trascenderá en la gestión, priorizando la provincia pujante que soñamos, con una mejor calidad de vida para la gente y oportunidades para que irse no sea una opción y para que quienes vengan, se queden.
*El autor es presidente de la Cámara de Diputados de Mendoza y de la UCR Mendoza.