La concentración, masiva, fue empañada por un final que nadie hubiera querido. Lo que empezó con un recuerdo emotivo y un justificado pedido de justicia, terminó en violencia. Pero antes de que todo esto sucediera, el motivo del encuentro en el kilómetro 0 fue el recuerdo, el repudio, las voces en el cielo de las que quedan vivas y no quieren vivir el infierno al que fue sometida Florencia Romano, de sólo 14 años, quien fue asesinada hace una semana y el hallazgo de su cuerpo, el jueves a la tarde, conmovió a toda la provincia.
Hubo caras de bronca, de indignación. Muchos rostros jóvenes. Reclamos al director de la policía de Mendoza, Roberto Munives, y también un pedido de respuestas a las preguntas sobre el accionar de la fuerza, del 911 sobre todo. Las mujeres, en sus palabras, señalan que se sienten desprotegidas, desamparadas, solas. Tienen miedo de salir a la calle y poder vivir su vida como lo hacen sus pares.
Más tarde, con el arribo de la gran multitud a la Casa de Gobierno, se leyeron proclamas, hubo abrazos y se hizo silencio en reclamo de justicia. Todo eso. Luego vinieron los destrozos, de un grupo reducido de personas, que la emprendieron contra las ventanas del edificio con piedras y luego prendieron fuego afuera y adentro, desatando una grieta -sí, también allí- entre los manifestantes.
En el kilómetro 0
Desde las 18, cientos de manifestantes, en su mayoría mujeres, se reunieron para pedir justicia por Florencia Romano. Allí había muchas familias, muchas mujeres y sobre todo muchas adolescentes de 14 ó 15 años, que sintieron muy de cerca lo que ocurrió con la joven de Rodeo de la Cruz.
Los mensajes fueron los de siempre, pero sobre todo el foco estaba puesto en mostrar que debe haber justicia. “Estoy realmente emocionada, siento la piel de gallina al recordar lo que pasó con Florencia”, dijo Marcela, una joven de no más de 20 años que dio el presente en las calles.
Antes de que se iniciara la marcha, hubo una propuesta que fue aceptada con agrado por las marchantes. Así, muchas adolescentes de la edad de Florencia encabezaron la marcha hacia Casa de Gobierno. Brisa Giménez, una de las jóvenes que agrupó a la multitud antes de que llegaran organizaciones como Ni Una Menos o Mumalá, contó: “No quiero que esto le pase de nuevo a ninguna niña chiquita. Tengo hermanas menores y no quiero que esto les suceda. Necesitamos que la Justicia responda”.
Manuela, de 19 años, lloró durante varios tramos del recorrido. Muy emocionada, sobre sus rollers, comentó: “Estoy muy mal. Apenas me enteré me shockeó mucho todo lo que le pasó. No podía hablar. Esta movilización es una emoción muy grande porque siento que somos un montón y que cada vez vamos a ser más”
Una vez iniciada la marcha, siempre muy pacífica, pudieron apreciarse los colores en las banderas de algunas organizaciones sociales, muchos pañuelos violetas y muchos pañuelos verdes. También hubo carteles artesanales con mensajes alusivos y hasta algunos gritos contra el gobernador Suárez.
Luego, lo que era un reclamo pacífico se volvió violento a partir del accionar de un grupo de personas, muchas de ellas vestidas íntegramente de negro. En un principio, estos individuos comenzaron a tirar piedras y rompieron ventanas del ala Este e incluso prendieron fuego un sector en el interior del edificio al lanzar bombas molotov.
A medida que corrían los minutos, y sin presencia policial visible en ningún momento de toda la tarde, la situación comenzó a agravarse. Se incendió una oficina del primer piso junto a las puertas principales (con explosión de un aire acondicionado), hubo lanzamiento de piedras al tercer piso y fuego en las escalinatas.
También se prendieron fuego las plantas de las escalinatas de ingreso y se destrozaron árboles de la zona. Lamentablemente éstas fueron las imágenes que quedaron al final de una marcha por Florencia Romano que no debía terminar así
A pesar de que en un momento de pleno caos los propios organizadores de la manifestación pudieron “calmar las aguas”, los incidentes se mantuvieron y no se vislumbraba aún presencia policial en el lugar.
Se descontroló. No estamos de acuerdo con lo que hizo ese grupo de gente vestida de negro. No tiene nada que ver con nuestra organización. De hecho, muchas nenas se asustaron y se fueron llorando. Ésa no era la idea. Pasa que 20 ó 25 pibes nos amenazaron, no nos dejaban apagar el fuego. No es el mensaje que queremos dar”, dijo Silvia Fernández, una de las caras de Ni Una Menos Mendoza.
Luego, todos los manifestantes que quedaban en Casa de Gobierno se fueron hacia la Legislatura, donde una vez más un grupo desató su furia.
Hubo rotura de cristales en la oficina de la esquina de Peatonal y Patricias Mendocinas, que es la que ocupa el presidente de la Cámara de Diputados y antes era la vicegobernación. Otra oficina dañada fue la que da al frente. Ambas fueron recientemente remodeladas y sufrieron grandes destrozos por el fuego que encendieron los manifestantes.
También hubo fuego, y mucho, en la puerta principal de la Legislatura. El objetivo, dicen, era entrar. Pero al ser de metal no cedió. Dentro del edificio se desarrollaba una reunión paritaria del personal y hubo que evacuar a todos los participantes. Anoche, al cierre de esta edición, se evaluaban los daños en ambos edificios.