La atleta y fisicoculturista Maira Quiroga, de 29 años, oriunda de San Martín, se encuentra en la cuenta regresiva para viajar este viernes rumbo a Puerto Madero, en Buenos Aires, para participar de un importante evento denominado Olympia Amateur en el que representará a Mendoza y podría consagrarse más adelante a nivel mundial en su categoría.
Casada y mamá de un bebé, Pedro, Maira viene de familia muy humilde y se ganó a pulmón un lugar de relevancia en este mundo competitivo y difícil. Un mundo que requiere, además, muchísimo dinero para participar de competencias, viajes, estadías, alimentación e indumentaria. Para dar un ejemplo, la inscripción para esta competencia asciende a 400 dólares.
Es por eso que, a fin de solventar esos gastos, decidió armar su propio emprendimiento de panes proteicos y libres de gluten (es decir, aptos para celíacos).
“Empezó con una charla en casa junto a mi esposo, que me apoya muchísimo para poder seguir en carrera. Le dije que tenía que reunir dinero de alguna manera y así surgió, yo lo elaboro y él los vende. Se trata de una receta exclusiva que me da muchos resultados desde hace años”, cuenta.
Es que el dinero es clave para continuar en esta disciplina que desarrolla de manera autodidacta y a partir de un riguroso entrenamiento diario. Maira no representa a ningún club y el evento de la próxima semana, en el que competirá en la categoría Bikini Fitness, podría llevarla a representar al país a nivel mundial, en diciembre, en Las Vegas.
“Llevo vendidos mil panes y, aunque nos va muy bien, porque cada vez aumenta más la gente que debe consumir un pan que no sea de mesa, representa un ingreso mínimo”, dijo.
A los 19 años comenzó a sentir inclinación por esta disciplina en su San Martín natal. Nada resultó fácil en su vida.
“Siempre fue mi pasión y mi cable a tierra, lo que me permitió llegar más lejos de lo que pensé y ganar premios. Pero nunca pude descansar desde lo económico porque implica una ‘remada’ permanente. Para ejemplificar, una bikini de competición cuesta 85 mil pesos”, grafica.
Hace 10 años, cuando empezó a competir en fisicoculturismo, no pudo cumplir su meta por falta de apoyo. Era muy pequeña cuando se vio obligada a salir a trabajar. Abandonó su hogar y se enfrentó a la calle, al peligro y a las malas compañías.
“Mi abuela, ya fallecida, me rescató y estudié. Creo que eso fue clave porque mucho después, en 2019, pude, al fin, dedicarle más tiempo a este deporte”, relata.
Sin embargo, apareció la gran sorpresa el año pasado: un embarazo. Apenas nació Pedro, Maira se puso nuevamente la meta de reconstruir su cuerpo y salir adelante contra viento y marea.
“Cuando todo iba en marcha y, como si fuera una ironía del destino, nos robaron los ahorros de toda una vida. La situación familiar cambió drásticamente, teníamos un bebé recién nacido. Se me cortó la leche materna del estrés y estaba nuevamente entrando en una situación muy complicada”, amplía.
Pero Maira, siempre con el apoyo de su esposo, no se dio por vencida y se levantó nuevamente sin perder de vista jamás el sueño de su vida.
“Llegué al cuerpo que necesitaba, hoy soy personal trainer y doy preparación física a muchas personas”, cuenta, para agregar que tuvo que aumentar tres veces sus horas de trabajo.
“Hago lo que amo y no me quejo. Soy conocida en el rubro y de a poco me gané la confianza de la gente. Hacemos un gran equipo con mi marido, que organiza mi trabajo y cuida a nuestro bebé cuando yo trabajo, aunque también suelo llevarlo a muchos entrenamientos”, señala.
Hoy Maira combina su presente entre las competencias; la elaboración y venta de pan proteico; sus clases online a todo el país y los entrenamientos estéticos para complementar a su actividad.
Lo cierto es que su historia se viralizó en San Martín y el municipio se acercó para ayudarla.
“Una persona anónima también me ayudó con parte del dinero para participar de la primera competencia y poder clasificar para el certamen internacional. Quedé segunda en tres categorías, dándome paso para llegar al mundial”, relata.
Los suplementos alimenticios; los altos costos del calzado, ropa, viajes y otros menesteres la llevaron a elaborar un flyer donde promociona su exquisito pan casero libre de gluten y con elevadas proteínas.
Se trata de una receta exclusiva que reemplaza el pan común de mesa. “Es rico y esponjoso, apto para celíacos y diabéticos, no contiene ningún tipo de harinas y es bajo en calorías”, señala.
Ejemplificó con que un pan de 60 calorías posee 9.9 gramos de proteína; 6 de carbohidratos y 3.3 de grasas. Las diez unidades las vende a 300 o 350 pesos dependiendo si contiene semillas.
Otra opción son 10 panecillos con avena –aún más proteicos—los que vende a 380 pesos sin semillas y 430 con semillas.
Agradecimiento a colaboradores
Tras agradecer a sus clientes y colaboradores, además del municipio de San Martín en la persona de su intendente, dejó su contacto para quienes deseen ayudarla y alentar su carrera: 2612 09-2307.