Al virus Sars CoV-2 no se le atribuye un factor estacional (aunque hay quienes creen que una pequeña influencia tiene) pero el descenso de las temperaturas puede ser un elemento que complique la situación epidemiológica.
Como sucede con otras enfermedades respiratorias, la transmisión del agente infeccioso se ve favorecida en esta época por diversos factores.
El aire contaminado como instancia de gran peso en el contagio ganó terreno en este segundo año de pandemia respecto del anterior cuando tendía a minimizarse.
Tras quitarle peso en 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) finalmente le dio la razón a los investigadores que ya lo señalaban y reconoció que una de las principales vías de transmisión es el aire.
Por ello, mantenerlo lo más limpio posible se ha vuelto una de las principales recomendaciones.
Pero ¿Qué variables pueden incidir negativamente y favorecen la infección? Esto tiene que ver fundamentalmente con la concentración en el aire de este agente patógeno, lo cual sucede en ambientes cerrados o mal ventilados.
Al respirar, al hablar, toser, cantar o gritar se expelen gotas de saliva de diferente tamaño, las cuales, en caso de estar infectado, diseminan el virus entre quienes se encuentren allí. Si es a poca distancia será más fácil que el virus llegue a un nuevo huésped. Pero por otra parte, estudios han mostrado cómo con el correr del tiempo los microbios se van concentrando en el aire alcanzando incluso a quienes están más lejos, debido a que las gotitas se aerosolizan y permanecen suspendidas en el aire. Para adquirir el virus se debe estar expuesto al menos 15 minutos. Y con mayor concentración del aire contaminado durante más tiempo, habrá mayor riesgo de contagio.
Además, “al bajar las temperaturas está demostrado que las infecciones respiratorias tienden a incrementarse en esta época invernal”, destacó el doctor Sergio Saracco. Y agregó: ”El ambiente frío y seco afecta los procesos naturales de protección que tienen las vías respiratorias, las daña y las hace más vulnerables al ingreso del agente infeccioso, ya sea bacteriano o viral”.
Luego de un tiempo benévolo este otoño, esta semana bajaron las temperaturas. Con ello, la gente deja de hacer uso de espacios al aire libre y permanece más tiempo en lugares cerrados, exacerbando el riesgo.
Hay que tener en cuenta que para Mendoza se espera un final de otoño y comienzo de invierno un poco más frío de la media (ver aparte)
Por las bajas temperaturas suele haber menos ventilación. Sin embargo, este año habrá que hacer un esfuerzo y abrigarse, porque será esencial para evitar incrementar una curva de casos de Covid que ya está alta.
Corriente de aire
Antes del reconocimiento de la OMS, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, ya había advertido a comienzos de abril que una de las claves de las medidas de cuidado en el marco de la segunda ola de coronavirus es la ventilación de los ambientes. El aire debe circular hasta el punto de resultar molesto.
La ventilación “tiene que ser cruzada y constante; no es suficiente abrir la ventana un ratito. Tiene que haber corriente de aire, nos tiene que molestar, aunque haga frío y se vuelen los papeles”, advirtió.
“Si en un ascensor u otro ambiente estuvo una persona con el virus que tosió o habló queda el virus aerosolizado y quien ingrese tendrá riesgo de infección”, expresó Saracco.
Pero si el aire circula, la situación cambia. “Al circular el aire activamente disminuye la carga del virus en el ambiente y el riesgo de infección es más bajo”, dijo el médico.
En esto influye el uso del barbijo ya que se ha visto que este atenúa este efecto: las gotas tienen una barrera y lleva mucho más tiempo la concentración.
El profesional señaló que el uso permanente del barbijo tiene un efecto benéfico para esta situación invernal: “Permite que el aire que respiramos sea más húmedo y cálido, como cuando se usa un bufanda, entonces el aire del exterior no es tan agresivo y así se tiene mejor barrera de protección ante un eventual ingreso de un agente infeccioso”.
Recomendaciones
A partir de esto el ministerio de Salud de la Nación da ciertas recomendaciones. Como ayuda-memoria se insta a tener en cuenta las 3 C: asegurar la ventilación constante y cruzada en lugares cerrados y mantener siempre abiertas al menos dos ventanas, como mínimo 5 centímetros.
En autos y colectivos, abrir las ventanillas de adelante y de atrás, de lados opuestos (por ejemplo, ventanilla derecha de adelante y ventanilla izquierda de atrás) para lograr la ventilación cruzada.
Por otra parte advierte que los aires acondicionados tipo split no están aconsejados dado que no renuevan el aire y se desaconseja el uso de ozonificadores.
“No gastemos más dinero, ni contaminemos el ambiente, desinfectando la vía pública”, advirtió Saracco en Twitter en referencia a que ya no se considera que las superficies sean una fuente de alto contagio.