La Justicia de Familia y el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) del Gobierno de Mendoza tenían en sus manos un caso que dio que hablar en las últimas horas: autoridades de una reconocida clínica privada ubicada en el centro de Mendoza denunciaron a los padres de una niña recién nacida porque que los progenitores se oponían a que la bebé recibiera las vacunas que son obligatorias para los neonatos.
Finalmente ambas instituciones articularon el trabajo en el tema y una jueza de Familia resolvió que en el transcurso del día la nena reciba las vacunas correspondientes.
Más allá de la oposición de los padres, el obstetra que los atendió decidió denunciar el caso y la Justicia le dio la razón ya que la vacunación no implica riesgo clínico a los bebés que las reciben.
Jessica Benítez, directora del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI), le dijo a Los Andes: “El obstetra que trae al niño o a la niña al mundo tienen que entregar el certificado que dice que está en salud óptima. Y ello es porque, entre otras cosas, recibe las vacunas obligatorias”.
También aclaró: “Desde el ETI no se tiene la potestad para pedir que se apliquen las vacunas, pero podemos pedir a la Justicia que lo resuelva, porque clínicamente el médico garantiza que no hay riesgo”
La duda ante casos así es preguntarse hasta dónde llega la potestad de los padres: Benítez señala que “cuando vos no garantizas como papá derechos adquiridos que todo niño nacido vivo adquiere, tiene que garantizarlo el Estado”. También agregó: “El Estado tiene que garantizar la salud del niño y del rebaño también, para el cuidado del niño y de la Sociedad donde se va a criar y crecer”.
LA CLÍNICA DENUNCIÓ LA SITUACIÓN
Ante una situación irregular como esta, las autoridades de la clínica recurrieron a la Justicia. Y es que se trata de aplicaciones que no solo son obligatorias, sino que además recomendadas para garantizar la inmunización precoz de los recién nacidos ante enfermedades por demás graves.
Al recurrir a la Justicia y a los órganos administrativos correspondientes, desde la clínica buscaron que se garantizara el bienestar, la protección y la salud del niño. A diferencia de otras vacunas, las incluidas en el calendario obligatorio -especialmente en niños- no son optativas ni quedan a criterio de los padres. De hecho, las maternidades deben asegurar que se cumpla con la aplicación, ya que es parte de las obligaciones que tienen en sus funciones.