La inteligencia artificial llegó para generar un verdadero tornado de replanteos y nuevas formas de hacer las cosas. En educación, sin dudas, ha sido una verdadera revolución que aún no está ausente de debates y que también han atravesado otras incursiones de la tecnología.
La inquietud persiste: ¿la inteligencia artificial usada por los estudiantes en el aprendizaje es un aporte o un obstáculo?
Los especialistas coinciden en señalar que la clave está en cómo se usa y para qué y es allí donde radica la diferencia. También hay coincidencia en que la diferencia va a depender de cuánto esté mediado su uso en este caso particular por los docentes y las instituciones.
Pero sin dudas, y por sobre todas las cosas, reconocen que tiene enormes potencialidades si es usada adecuadamente pero que por el contrario si es utilizada para cortar trayectos o resolver las cosas de la manera más rápida posible, termina siendo perjudicial para el aprendizaje y hasta un riesgo.
Pongamos el foco en los estudiantes secundarios, los de primaria seguramente la usen menos y en la universidad hay que hablar de otros criterios, allí se explota más y de otro modo, es una herramienta a adquirir. Según expresan los especialistas es en secundaria, sobre todo en los últimos años, y en el nivel superior donde más la están utilizando.
Para qué usan los chicos la inteligencia artificial
Hay que tener en cuenta que se trata de un tema amplio y complejo. Los chicos se mueven en el universo digital como pez en el agua, para ellos es como para los mayores caminar o respirar, les es natural.
Fernanda Ozollo, Doctora en Educación, especialista en tecnologías digitales y profesora de la facultad de Educación del UNCuyo, consideró que lo primero que hay que plantearse es para qué la usan, por qué la usan y a partir de esto cómo usarlas y qué usar. Dijo que puede suponerse que la ha incorporado la mayoría pero hay tantas diferentes realidades, por las brechas sociales, dentro del sistema, por la accesibilidad y las oportunidades, que no puede hablarse de manera absoluta.
Además planteó que hay que considerar que los chicos hacen un uso muy distinto para el ámbito escolar del que hacen fuera de este en el cual son ampliamente creativos, crean arte, música y otras cosas.
Según relatan los chicos lo habitual es que la usen para resolver tareas, trabajos prácticos e incluso, obviamente sin autorización, para buscar respuestas para las pruebas.
“Fuera del colegio la uso para cualquier duda o consulta que tenga que hacer porque incluso es más rápido que Google, donde te tenés que poner a hacer una selección, en el caso de Chat GPT, te da exactamente la información que necesitás”, contó Ana, que va a quinto año del secundario.
Agregó que para el colegio en general sus compañeros lo usan para pedirle que haga un cuadro sinóptico, un esquema, responder algunas consultas o dudas, pedir explicaciones sencillas sobre algún tema complejo, obtener un resumen de material que tengan que estudiar o incluso de algún libro que tengan que leer.
Ozollo resumió que mayormente la usan para resolver situaciones escolares que les resultan tediosas, aburridas, incómodas, agobiantes, para acortar recorridos, para cumplir, para hacer más rápido lo que les piden y poder de alguna manera resolver lo que les está demandando la escuela, la facultad o la institución superior. “Entonces, detrás de ese ¿para qué? lo que nos tenemos que preguntar es por qué están haciendo esto y si tenemos las competencias para nosotros mediar, guiar, facilitar esos procesos. Porque yo te podría decir que la inteligencia artificial puede acortar recorridos de manera superficial. Pero si el chico no sabe redactar un buen prompt (pregunta para la IA), no tiene fuentes como para contrastar referentes teóricos y prácticos, lo que hace la inteligencia artificial es arrojarte una serie de datos que no necesariamente tienen el nivel de densidad académica que se requiere”, explicó.
En definitiva, con la mayor parte del uso actual que le dan en la escuela se están saltando procesos. Y agregó: “Después vemos por fuera de la escuela, en el ámbito social y recreativo de su vida cotidiana y donde tenés una bisagra súper interesante, hay una diferencia entre la finalidad del uso de la IA en el ámbito escolar y en el ámbito social (...) ¿qué es lo que nos está pasando que nos está costando tanto meter esa vida cotidiana en la escuela?”, preguntó.
¿Ángel o demonio?
Para Ozollo que sea un aporte o un obstáculo depende del uso que se le dé. Dijo que le parece maravilloso que los chicos la estén usando pero que si solo la incorporan para hacer un resumen y acortar caminos no sirve, si a la inversa, se usa separa contrastar referentes teóricos, problemáticas, generar narrativas, sería potenciador. Y es en ese plano que resulta fundamental la mediación del docente, para que aporte criterios en la búsqueda de información y una mirada crítica.
“El tema es que los estamos dejando a ellos y después salimos a cuestionarlos”, apuntó.
Claramente la escuela debe apropiarse de los nuevos lenguajes y canales que usan los chicos y en ese sentido tiene un rol ineludible en la conformación de ciudadanía digital, para que tengan un ejercicio de ella positivo y seguro.
Para Ozollo hay una falla sustancial en esto: la falta de políticas públicas en ciudadanía digital, además de que hay un vacío normativo al respecto.
“Obviamente tiene una enorme cantidad de potencialidades, es necesario incorporarla, pero con una mediación que requiere recursos, tiempo, la velocidad de los docentes”, afirmó Eugenia Martínez, Doctora en Educación, quien trabaja en la Dirección General de Escuelas en Inteligencia Artificial. “Cuando llegó la calculadora al aula dijimos acá, nadie más va a sacar cuentas mentales y no, no es así, es una herramienta, el tema es cómo se usa”, dijo al enumerar que el estudiante le sirve para optimizar las búsquedas, corregir procesos y desarrollar autoaprendizaje. “Un estudiante puede trabajar con la inteligencia artificial como si fuera un tutor 24-7″, remarcó.
Pero también se refirió a que si no está bien usada tiene aspectos negativos como generar cierta dependencia, comodidad, acriticidad, que se elimine el juicio crítico. Y cuando eso sucede es hasta riesgoso porque de hecho, la IA ofrece un compendio de respuestas y comete errores.
“Aquellas escuelas que no introduzcan la inteligencia artificial, en muy poco tiempo van a estar generando una brecha”, dijo la especialista mientras que quienes la sumen estarán dando armas para trabajar en un futuro cercano.
La IA es una gran oportunidad
Los especialistas y docentes coinciden en que la inteligencia artificial es una herramienta virtuosa para mejorar tanto la enseñanza como el aprendizaje. Sin dudas para los docentes es un recurso valioso que le permite sumar herramientas y nuevos formatos. Pero también es cierto que es fundamental que tengan los recursos para hacerlo. Justamente la escasa formación de los docentes en recursos digitales es uno de los elementos que juegan en contra para adaptar el sistema a la nueva realidad y es parte de lo que extiende la brecha entre el sistema educativo que no logra adaptarse con la celeridad que requiere y las formas y necesidades de los chicos. Tema aparte son las brechas entre los chicos, en función de la accesibilidad y el impacto en sus oportunidades.
No es que los docentes sean responsables de este atraso, la sobrecarga de trabajo, la sobreexigencia, una cuestión de costos confabulan en contra.
“En mi opinión la inteligencia artificial es una herramienta muy útil tanto para docentes, como para los estudiantes”, consideró el profesor de Economía, Luis Garro, quien da clases en tres establecimientos de distintos departamentos. “En el caso de los estudiantes, les permite desarrollar la capacidad de aprender a aprender, hacerlo en forma autónoma, desarrollar un pensamiento crítico -señaló- Ahora el desafío es nuestro, ya que debemos aprender junto a ellos y reconocer el buen uso de la IA, encontrar las estrategias que nos permitan guiar el proceso de enseñanza-aprendizaje mediante el uso de las nuevas tecnologías”.
En tanto, consideró que hoy es muy pronto para afirmar que la IA es un beneficio para los estudiantes. “El tiempo lo confirmará o no, pero de lo que sí estoy seguro es de que es una herramienta a la que todos deberíamos aprender a dar un buen uso, tanto estudiantes como docentes”, subrayó.
Hace unos meses, la DGE anunció que empezaría a capacitar docentes en inteligencia artificial de manera gratuita. Hasta la fecha ya se han formado en lo que va del año 4500 docentes y van por la quinta cohorte. La intención es llegar a 20.000.