Después de sufrir un paro cardíaco repentino en 2018, Tina Hines emergió de la muerte con un mensaje críptico garabateado: “Es real”. Su testimonio ha desatado un debate sobre las experiencias cercanas a la muerte y ha arrojado luz sobre los misterios del cerebro humano ante la muerte.
El relato de Tina Hines ha conmocionado al mundo y desafiado las percepciones sobre la vida y la muerte. Tras colapsar durante lo que debía ser una caminata rutinaria con su esposo, Brian, en Phoenix, Arizona, Tina fue sometida a una experiencia que cambiaría su perspectiva para siempre.
Cuando Tina colapsó repentinamente, Brian, su esposo, actuó con rapidez administrándole RCP mientras esperaban la llegada de los paramédicos. En un giro milagroso, Tina revivió momentáneamente antes de que los profesionales médicos asumieran el control. Sin embargo, este fue solo el comienzo de una odisea médica extraordinaria.
En el trayecto en ambulancia y en el hospital, Tina experimentó seis paros cardíacos más, totalizando 27 minutos de muerte clínica. Durante este tiempo, Tina describió una experiencia visual intensa: colores vibrantes, una figura que identificó como Jesús frente a puertas negras y una luz amarilla brillante detrás.
Después de despertar en el hospital con un tubo de respiración, Tina, incapaz de hablar, pidió papel y lápiz. En letras apenas legibles, garabateó un mensaje que dejó perplejos a sus seres queridos: “Es real”. Ante las preguntas sobre la realidad de lo que había experimentado, Tina simplemente asintió hacia arriba, insinuando una conexión con el cielo.
El caso de Tina Hines, una entre el 10 y el 20 por ciento de las personas que reportan “experiencias cercanas a la muerte”, ha avivado el debate sobre la vida después de la muerte y ha impulsado investigaciones sobre la actividad cerebral durante los momentos críticos de un paro cardíaco repentino.
La ciencia aún busca comprender los misterios detrás de estas experiencias, aunque estudios sugieren que el cerebro, en los instantes posteriores a la detención del corazón, puede experimentar una actividad inusualmente intensa y consciente, dando lugar a percepciones vívidas y visiones personales del más allá.
Qué dice la ciencia
Una vez que el corazón cesa de latir, el suministro de sangre al cerebro se detiene gradualmente. Sin embargo, un estudio de 2013 realizado en la Universidad de Michigan, centrado en ratas, arroja luz sobre un fenómeno peculiar que ocurre inmediatamente después de un paro cardíaco repentino. Al inducir paros cardíacos en nueve animales, los investigadores observaron un sorprendente estallido de actividad cerebral en los momentos previos a lo que comúnmente se considera el punto de no retorno.
Este estudio reveló que, en un cerebro al borde de la muerte, se produce un “aumento generalizado y transitorio de actividad cerebral altamente sincronizada, con características asociadas a un cerebro altamente excitado”. En otras palabras, en los primeros instantes posteriores al cese del latido cardíaco, el cerebro parece comportarse de manera vibrante y activa, generando pensamientos complejos y manifestando un estado potencialmente “hiperactivo”.
Los científicos sospechan que este fenómeno de actividad cerebral intensa y organizada podría ser la explicación detrás de las experiencias cercanas a la muerte, especialmente aquellas alineadas con las creencias individuales sobre lo que acontecerá después del fallecimiento. Sin embargo, es crucial señalar que la ciencia aún se encuentra lejos de lograr una confirmación clara de esta teoría.