Esta es la historia de Thelma Pearl Howard, quien fue la mucama de Walt Disney durante 30 años y, luego de morir, se supo que era millonaria. Tenía dinero para disfrutar de una jubilación de lujo, pero siguió una vida humilde.
La mujer nació en junio de 1915 en una familia pobre de granjeros. Su infancia poco feliz estuvo marcada por la muerte de su madre en un parto y la de dos de sus hermanos antes de que ella cumpliese los 18 años.
Cuando fue mayor, Thelma se mudó a Spokane (Washington) para ir a la universidad, pero tuvo que dejarlo antes de finalizar el primer año por no poder pagar las matrículas, según recoge ‘Celebrity Net Worth’.
Luego, se mudó a Los Ángeles donde trabajó en tres empleos a la vez para llegar a fin de mes. En 1951, con 36 años, la vida de Thelma daría un cambio radical. Fue contratada como criada en la casa de Walt Disney en Holmby Hills (California). La lujosa vivienda tenía ocho habitaciones, 17 baños, piscina, pista de tenis, biblioteca y gimnasio.
En la casa de los Disney, Thelma se ganó el cariño y afecto de las dos hijas de Walt. Este llegó a describir a Thelma como “la Mary Poppins de la vida real”. Además, económicamente trabajar para Walt Disney le dio a Thelma un plus único.
Cada año, en Navidad y en su cumpleaños, su jefe la daba acciones de The Walt Disney Company como bonus. A medida que el imperio de Disney crecía, el número de acciones que recibía crecía.
Con el paso de los años el portfolio de acciones se disparó con el auge de la firma. Para cuando Thelma murió en 1994 había acumulado 193.000 acciones, valoradas en ocho millones de euros.
En vida, la mujer respetaba tanto a Walt que nunca vendió ni una sola de esas acciones, e incluso utilizó parte de su dinero para comprar más. Luego de jubilarse, siguió con una vida humilde en una casa de dos habitaciones hasta que su salud la forzó a vivir en una residencia.
En su testamento, la mujer reveló la suma de dinero que había guardado y eligió destinar la mitad de su fortuna para crear una fundación caritativa, la Thelma Pearl Howard Foundarion que donó en los últimos 20 años millones a organizaciones que ayudan a niños discapacitados.
Esto no fue casal, ya que Thelma tuvo un hijo con discapacidad mental al que dejó la otra mitad de la herencia mientras vivía en una residencia para cuidados especiales en Long Beach.
