El sacerdote Dante Braida es el actual obispo de La Rioja, arquidiócesis a la que llegó tras ser nombrado por el propio Papa Francisco en diciembre de 2018. Con anterioridad, Braida se desempeñó como obispo titular de Tanudia y auxiliar de Mendoza, y fue ordenado como obispo en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores y Tránsito de San José, también en Mendoza, por el entonces Arzobispo Carlos María Franzini.
Luego del fallecimiento de Franzini -y antes de llegar a La Rioja-, Braida se desempeñó, además, como Administrador Apostólico del Arzobispado de Mendoza y fue en ese momento (2018) en que recibió los informes sobre la investigación canónica a la que habían sido sometidos los monjes Diego Roqué y Oscar Portillo. Y fue él quien firmó las conclusiones finales.
Roqué y Portillo habían sido denunciados en el Arzobispado de Mendoza por abuso sexual y de consciencia, y el denunciante fue un joven aspirante a monje que convivió con ellos durante 5 años en la sede del Monasterio del Cristo Orante (Gualtallary, Tupungato) y quien comenzó a relacionarse con ambos religiosos cuando tenía 17 años.
A fines de ese mismo año, en diciembre de 2018, el denunciante -Nicolás Bustos- llevó el caso en la Justicia penal, lo que valió que ambos hombres fueran imputados y ahora estén próximos a llegar a juicio. Pero la primera presentación que hizo el denunciante ante las autoridades de la Iglesia de Mendoza data de 2015; mientras que Bustos hizo una presentación por escrito al Arzobispado a mediados de 2018.
Durante las últimas horas, el propio Braida fue consultado por un periodista de La Rioja y durante la cobertura de una celebración religiosa en aquella provincia. Fue el comunicador Juan Parrilla, quien trabaja en radio La Red de La Rioja, quien consultó al obispo por su accionar mientras estuvo al frente del Arzobispado de Mendoza y por el “encubrimiento” de las autoridades ante los abusos de Roqué y Portillo. Y la pregunta incomodó visiblemente a Braida.
“¿Por qué decidió no investigar a (Oscar) Portillo? ¿Lo puede explicar, obispo?”, le preguntó el periodista a Braida durante la conmemoración de una ceremonia religiosa y popular en el 46 aniversario del trágico asesinato del cura riojano Enrique Angelelli, quien fue asesinado el 4 de agosto de 1976 durante la última dictadura militar. “Estamos conmemorando el Día de Angelelli”, respondió Braida, eludiendo la pregunta y el tema de la consulta. Parrilla le cuestionó al obispo de La Rioja que no hablara del tema.
“Usted está acusado de proteger a dos monjes que están procesados por abuso sexual. Nicolás (Bustos, el denunciante) lo acusó mediáticamente a usted. Y también hay una presentación ante el Vaticano que nunca respondió. ¿Usted puede explicar alguna vez porque decidió no investigar al monje Portillo? ¿Fue para proteger a la Iglesia de una acusación por abuso sexual de un menor de edad? 17 años tenía, según la denuncia”, continuó el periodista, que filmó la situación con su teléfono celular.
Luego de eludir el tema, Braida saludó al comunicador, agradeció y se acercó a saludar a otros fieles.
De qué se acusa al obispo Braida en el caso del Cristo Orante
Luego de la primera exposición verbal ante las autoridades del Arzobispado en 2015 -y ante el obispo Franzini-, en 2018 el aspirante a monje que denunciaba haber sido abusado por dos monjes en Tupungato hizo una presentación por escrito. Ese mismo año el joven (de 27 años por entonces) se presentó ante los Tribunales de Mendoza para que la causa penal comenzara por fuera del fuero eclesiástico.
En la Justicia canónica se inició una investigación contra los dos monjes y que derivó en conclusiones contundentes: un informe fechado en agosto de 2018 concluyó en que Portillo había reconocido a los investigadores eclesiásticos Mario Panetta y Ricardo Poblete haber tenido relaciones sexuales con el denunciante, aunque sostuvo que fue el joven quien lo acosaba.
“Nos cuesta entender como personas adultas como son los dos sacerdotes (...) se dejen acosar por un joven de 18 años”, destacaron oportunamente Panetta y Poblete en el informe preliminar de la primera parte de la investigación, que luego fue trasladada a un tribunal eclesiástico de Buenos Aires. Asimismo, al cierre de las conclusiones, los investigadores sugirieron “que se puede dar crédito a la denuncia de Nicolás, y se debería proseguir con la investigación”. En ese sentido, consideraron que se investigue “este patrón de conducta manipulador de las conciencias”.
En septiembre de 2021, a través de una sentencia del Tribunal Interdiocesano Bonaerense, el monje Diego Roqué Moreno fue suspendido por ocho años como cura.
La sanción se sustenta en el hecho de que el monje fue encontrado “culpable del delito que se desprende de la obligación de castidad para los clérigos”. No obstante, en la misma sentencia se aclaró que “se determinó que no consta el delito de abuso de potestad”.
“Se le impuso como pena justa la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal por ocho años (canon 1.336 1, 3°), en cualquiera de sus dimensiones, inclusiva impartir sacramentales o el ministerio de la palabra, también en modalidad virtual”, estableció la notificación sobre la sentencia eclesiástica.
Si bien esta sanción contra Roqué confirmó que el monje mantuvo relaciones sexuales con el denunciante –por ello se lo sanciona por incumplir el canon de castidad-, no confirma que Nicolás Bustos haya sido abusado.
En tanto, por fuera de la esa sentencia eclesiástica contra Roqué, anteriormente el Arzobispado de Mendoza ya había sancionado a Portillo en dos oportunidades. La primera fue una sanción administrativa impuesta por Franzini por una denuncia –por abuso de conciencia- realizada por otro joven que también estuvo en el monasterio del Cristo Orante.
Oportunamente, Franzini suspendió a Portillo quitándole el rango de máxima autoridad en el monasterio (priorato) y trasladándolo a San Luis. Además, el arzobispo actual Marcelo Colombo le impuso otro castigo a Portillo en su momento.
La acusación de Nicolás Bustos y de su abogado, Carlos Lombardi contra Braida (entre otros) -y la misma por la que lo consultó el periodista en La Rioja- tiene que ver con que fue Braida quien firmó el informe final de la investigación canónica contra Roque y Portillo en agosto de 2018. En ella afirma que las denuncias son verosímiles y considera que “estarían dadas las condiciones para ordenar conforme al canon 1718 el correspondiente proceso penal canónico”.
“Él (por Braida) era el Administrador Apostólico del Arzobispado de Mendoza luego del fallecimiento de Franzini. Pero en esa conclusión no dice nada a quién se debe juzgar en el proceso penal canónico, cuando del mismo informe surge que los monjes abusaron. Luego, (el actual arzobispo, Marcelo) Colombo decide que el juicio canónico se hiciera sólo contra Roqué”, destaca Lombardi a Los Andes.
El abogado, quien acompaña al denunciante en la causa canónica, consideró que Braida y otros sacerdotes del Arzobispado de Mendoza fueron cómplices de encubrimiento al no ordenar oportunamente el juicio contra los monjes -que luego fueron sancionados por la Iglesia-. Por esto mismo los denunciaron ante la Conferencia Episcopal en el Vaticano por presunta obstrucción a la investigación.
“A Roqué se lo sanciona por incumplir el deber de celibato, pero no se especifica la causa y ni se menciona el abuso sexual. A Portillo, en tanto, lo suspendieron por la denuncia de otro aspirante por algo distinto. Pero respecto a los abusos, no han dicho ni investigado nada”, concluye Lombardi.