La impactante historia del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años

El 3 de octubre de 2011, Ignacio Lucero sufrió un infarto masivo y un ACV mientras intentaba hacer cumbre en el Manaslu. El relato de la impactante aventura, las coincidencias y el homenaje a su perro Oro, quien lo acompañó en varias cumbres.

La impactante historia del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años
La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-

El 3 de octubre de 2011, el andinista mendocino Ignacio Lucero sufrió un infarto masivo en Nepal mientras intentaba hacer cumbre en el Manaslu (en la cordillera del Himalaya). Fue a los 7.350 msnm, lo que lo obligó a bajar a la fuerza, con asistencia. En esa misma expedición, horas después y mientras lo operaban, Nacho sufrió un ACV. Ese día volvió a nacer y, tiempo después, regresó a la montaña (su lugar en el mundo) para continuar con sus aventuras.

Hace unos días, el 3 de octubre de 2022, en el mismísimo lugar donde había tenido que abandonar forzosamente la primera expedición (también a los 7.350 msnm) exactamente 11 años antes, una tosca de nieve golpeó el casco de Nacho en su segundo intento por hacer cumbre en el Manaslu. El casco del andinista se rompió, la linterna dejó de funcionar y –teniendo en cuenta de que eran las 23 y estaba oscuro-, otra vez debió bajar al campo base.

La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-
La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-

“Fue exactamente en el mismo lugar, no cerca o al lado, ¡en el mismo punto! Eso me trajo algunos fantasmas, el hecho de haber vuelto y llegar hasta el mismo lugar me hace pensar en algo misterioso, como que hay otro orden. Porque con la razón y la lógica, hacés una lectura. Pero en la noche, en el misterio, ves cosas que son quizás más difíciles de creer, esas casualidades que me revuelven cosas. Porque volver a hacer ese camino de regreso al campo base, dando de a 7 pasos y parando es algo que ya me había pasado. En 2011, por haber sufrido un infarto, y ahora -otra vez- por tener la linterna rota y no podía ver nada. Me pregunté varias veces ‘¿¡qué hago acá, de nuevo!?’ en ese momento. Pero cuando sale el sol y hay luz de vuelta, volvés a esperanzarte. De hecho, en esta expedición, dos días después de haber tenido que bajar por la rotura del caso y la linterna, ¡volví a intentarlo!”, reflexiona Nacho (49), ya de regreso en Mendoza y junto a su familia, con la sapiencia de quien vive por y para la montaña. Y tiene bien en claro que va a volver a esa cordillera.

Me redimí con el Manaslu, tuve paz. En mi cocina tengo una foto gigante de él y lo miro todos los días. Fue un buen intento, yo no lo vi como una revancha ni un resentimiento. Simplemente quería hacerlo, abrazarlo. Es una montaña maravillosa, muy bella, muy cargada de nieve y con muchas complicaciones. Quiero volver, mi juego es hacer cumbre y sigo con ese pendiente. Pero no soy suicida”, agrega el mendocino ya de regreso en Mendoza. Aquí se reencontró con su pareja, Maria Fernanda Martinez Thierry y con el hijo de ambos, Salvador.

La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-
La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-

Nacho Lucero aprovechó el regreso al Manaslu 11 años después, además, para dejar parte de las cenizas de su perro Oro, aquel que lo ayudó en la recuperación post infarto y ACV y con el que, luego de la rehabilitación, pudo regresar a la montaña. Oro falleció en noviembre de 2020 y era un personaje muy querido en el mundo del montañismo.

Nacho Lucero, el andinista que hace 10 años sufrió un infarto masivo y un ACV y sigue con sus aventuras.
Nacho Lucero, el andinista que hace 10 años sufrió un infarto masivo y un ACV y sigue con sus aventuras.

Si 11 años después...

El primer viaje al Manaslu cambió para siempre la vida de Nacho Lucero. Como suele decirse, marcó un antes y un después. Y es que no todos los días uno sufre un infarto masivo, seguido de un ACV, ni tampoco es para cualquiera vivir para contarlo. Pero Nacho lo hizo, se recuperó y –lejos de tirar la toalla-, regresó a la montaña. Incluso, el año pasado y en un periodo de 90 días, escaló el monte más alto de Alaska y estuvo de expedición en las montañas más impactantes de Pakistán.

Pero regresar a Nepal y volver a intentar el Manaslu era su “gran pendiente, gran”. Y pudo concretarlo este año. “El 31 de agosto salí de Mendoza. Antes de viajar estuve aclimatándome en Bolivia y tuve un edema, además de contagiarme de Covid-19 dos días antes de partir. Me costó mucho recuperarme, sentía mucho dolor de cuerpo y piernas. En un momento pensé que no iba a poder ir, pero me recuperé y, paso a paso, pude viajar. Recién el 31 de agosto me dio negativo el PCR y pude viajar”, rememora Nacho, quien regresó a Mendoza el miércoles pasado. “Afortunadamente no tuve ningún evento cardíaco ni sensación de ahogo, pero sí estaba cauto. Cuando sentía algo extraño, me preguntaba a mí mismo: ‘¿eso será un infarto?’, y después de pensaba: ‘no, no, falsa alarma’”, rememora Lucero, y sonríe mientras lo repasa.

Nacho Lucero y una de las fotografías que trajo de su primer viaje al Manaslu y a Nepal en 2011. En ese viaje sufrió un infarto masivo y un ACV. Foto: Gentileza Ignacio Lucero.
Nacho Lucero y una de las fotografías que trajo de su primer viaje al Manaslu y a Nepal en 2011. En ese viaje sufrió un infarto masivo y un ACV. Foto: Gentileza Ignacio Lucero.

“Fue otro intento, pero me volvían cosas a la cabeza permanentemente, esa idea de que la lógica me decía que no tenía que ir (por el edema un mes antes, por el Covid-19 después y por otros episodios de diarrea). Pero fui y lo disfruté. Fue intensa la expedición, y me gustaría volver a hacerlo”, continúa. “¡Claro que voy a volver a hacerlo!”, acota y corrige la idea final.

Las coincidencias marcaron este segundo viaje de Ignacio Lucero al Manaslu. Las más llamativas, sin dudas, tienen que ver con la coincidencia de la fecha y del lugar exacto donde debió abandonar el ascenso, y ambas fueron casuales. “Que haya coincidido con el 3 de octubre fue algo totalmente casual y de lo que me di cuenta en el momento en que tuve que empezar a bajar. De hecho, iba a intentar salir a hacer cumbre el 2 de octubre, pero había unos compañeros y compañeras que no llegaron, por lo que estiramos la salida de esta expedición para un día después”, repasa el mendocino.

Así llegó el 3 de octubre de 2022, el día en que se cumplían los 11 años del infarto masivo y posterior ACV. La expedición partió con destino a la cumbre y junto con Nacho iba otro compañero, acompañado por un sherpa. “Pablo llevaba oxígeno, por lo que la diferencia al momento de caminar es exponencial. Yo iba sin oxígeno –porque es mi juego y me he propuesto hacerlo así-, e iba más atrás. A eso de las 23, llegué a la altura exacta donde sufrí el infarto en 2011 y en el lugar me pegó una tosca de nieve en el casco, lo que me rompió la linterna. En ese momento quedé ‘ciego’, y no pude ni subir ni bajar más”, reconstruye Nacho Lucero sobre el principio del fin de la última expedición.

La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-
La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-

Completamente a oscuras y como pudo, Lucero intentó emprender el regreso hacia el campo base (ubicado a 6.800 msnm). “Un ratito que te quedás quieto y te congelás. Como no podía ver, me detuve y se me empezaron a enfriar pies, manos, todo el cuerpo. No sabía qué hacer, mi compañero estaba más arriba y yo empecé a bajar a ciegas, a hacer los rapeles y bajar con las cuerdas. Me dio un poco de miedo. Por ahí algún porteador o sherpa que pasaba cerca hacía algo de luz, y ahí aprovechaba para encontrar las cuerdas. Llegué al campo base a las 3 am, medio congelado. Y la última parte la pude entre sherpas, aprovechando algo de luz”, sigue Ignacio.

A raíz del congelamiento en sus extremidades, el andinista padeció un cambio de sensibilidad en las puntas de los dedos de pies y manos y se quedó a 6.800 msnm –primero- para luego quedarse en el otro campo base de los 6.400 msnm. “Me quedé con la idea de hacer otro intento, por lo que al otro día volví a subir a 6.800 msnm. Ese día las condiciones estaban dadas para hacer cumbre y algunas personas pudieron hacerlo, de hecho. Pero yo no estaba recuperado del todo, por lo que tuve que quedarme descansar dos noches más”, prosigue mientras repasa las anotaciones del itinerario en el cuaderno que fue completando en el lugar.

La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-
La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-

Tras recuperarse a pleno, Nacho Lucero volvió a salir con la meta que –a esa altura- ya se acercaba a una obsesión: completar los 8.163 msnm del Manaslu, sin asistencia de oxígeno. Pero otras circunstancias –vinculadas al tiempo y no- volvieron a meter la cola para que tampoco la segunda expedición sea la vencida para Nacho.

Avalanchas y tragedia

Durante las últimas semanas, los informes de avalanchas y tragedias en el Manaslu fueron moneda corriente en las noticias a nivel mundial. De hecho, Fernanda y Salvi -la familia de Nacho- seguían con mucha atención los reportes y hasta prendía velas para pedir por la integridad del mendocino. Afortunadamente, vía satelital, el andinista pudo mantenerse en contacto en todo momento con su pareja para confirmar que estaba bien.

La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-
La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-

Estuve cerca de todas las avalanchas. A una de ellas la vi llegando al campo 3, fue una en la que desaparecieron y fallecieron varias personas. Todo eso también te hace trabajar la cabeza de otra manera. Porque pensás en que hay gente que murió, y te pincha y ya deja de gustar esa idea de verlo como un juego. Los escenarios eran bien feos. Bajé al campo 1 y 2 un día después de las avalanchas y fue deprimente ver que donde estaba mi carpa, ahora estaba todo tapado con nieve y que quedaban apenas retazos de los campamentos. Fue ver a un pueblito destruido”, rememora con dolor Nacho. Y agrega que entre las víctimas fatales, hubo un sherpa que falleció “tragado” por una de las grietas de la montaña.

El homenaje al perro Oro

Si bien el vínculo entre Nacho Lucero y Oro comenzó cuando el mendocino regresó del Manaslu y en plena rehabilitación post ACV, Lucero quería que parte de los restos de su compañero descansen en esa montaña.

Nacho Lucero y su fiel compañero, el perro oro, quien falleció en noviembre del 2020. Foto: Gentileza Ignacio Lucero.
Nacho Lucero y su fiel compañero, el perro oro, quien falleció en noviembre del 2020. Foto: Gentileza Ignacio Lucero.

Nacho y Oro escalaron el Aconcagua en cuatro oportunidades y, luego de su fallecimiento (en npviembre de 2020), la mayoría de los restos de Oro quedaron en el Cementerio de Andinistas de Puente del Inca. “Él tiene su homenaje en la montaña mendocina, pero quise homenajearlo en el Manaslu también. Por eso le pedí permiso a la montaña y dejé parte de las cenizas de Oro en el lugar”, cuenta –emocionado- Ignacio Lucero.

Una montaña totalmente distinta

Ni las caras con que se encontró Ignacio Lucero al regresar al Manaslu 11 años después ni la propia montaña eran las mismas, y eso es algo que el montañista mendocino advirtió con claridad.

La montaña ha cambiado, no es el mismo Manaslu del 2011. Hay mucha más gente, campamentos gigantes de campo base de todas las empresas. El Manaslu ha pasado a ser ‘el 8.000′ (NdA: así se denomina a los picos que superan esa altura) más accesible. Tampoco me encontré en el lugar con alguna de las personas con que estuve hace 11 años y quienes me ayudaron. La verdad es que no tuve el placer, porque me hubiera gustado agradecerles de nuevo”, reflexiona en voz alta.

La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-
La historia y el impactante relato del mendocino que volvió al Himalaya, donde casi muere hace 11 años. Foto: Gentileza Ignacio Lucero-

“Fue una montaña de alegría, de reencuentro. No fue de despecho, simplemente fue volver a reencontrarme. No he cerrado la puerta del Manaslu, para nada. Es una montaña muy espiritual y muy fuerte, muy colorida, con muchos ritos. Se la aconsejo a todo el mundo”, concluye Ignacio Lucero.

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