Pocha, Guillermina, Kenya y Tamy son los cuatro elefantes que permanecen todavía en el Ecoparque de Mendoza. O, mejor dicho, las tres elefantas y el elefante; ya que el único macho de los ejemplares es Tamy. Cada uno de ellos tiene su dura historia de padecimientos a cuestas, con varias décadas viviendo en cautiverio y con la tristeza que se refleja con solo mirarlos a los ojos. Ni hablar de sus frenéticas caminatas dentro de un reducido recinto de tierra y piedra en el predio ubicado en la ladera del Cerro de la Gloria, y de la lluvia de piedras y cascotes a las que uno de exponía cuando deambulaba cerca del lugar. Esos son algunos de los recuerdos poco felices que quedan entre quienes llegaron a recorrer el Zoológico de Mendoza (hoy convertido en Ecoparque). Pero también síntomas de la tortura de estos animales en un ecosistema al que le son completamente ajenos.
La buena noticia es que los traumáticos y grises días están contados para los cuatro paquidermos. No solo porque Pocha, Guillermina, Kenya y Tamy ya comenzaron con el proceso de adaptación para viajar al Santuario Global de Elefantes de Brasil (en Mato Grosso) –y avanza cada uno a su ritmo -; sino porque en el amplio predio ubicado en el país vecino también están en marcha los faraónicos preparativos para recibirlos. Hace un par de días, Vía Mendoza informó sobre una campaña virtual iniciada por el mismo Santuario para recaudar fondos que permitieran construir un espacio para el hábitat de Tamy (elefante asiático macho). Y en apenas 24 horas se recaudaron casi 107.500 dólares.
“Estamos completamente conmovidos por el apoyo, pero no del todo sorprendidos. Personas de todo el mundo quieren formar parte de proyectos que marcan una diferencia positiva. Y, en el caso del Santuario de Elefantes Brasil, la diferencia que llega a la vida de los elefantes es inconmensurable e inexplicable. El increíble aporte mundial para Tamy alcanzó el objetivo inicial de los 100.000 dólares en 6 horas. Un donante muy generoso proporcionó una donación equivalente de hasta 50.000 dólares para duplicar el valor de cada donación, al tiempo que ofreció otros 50.000 dólares. Con solo una hora, los corazones generosos de todo el mundo hicieron que las donaciones superaran 100.000 dólares por día. Sumando la partida de 100.000 dólares, los 107.000 dólares donados por otro patrocinador, el dinero obtenido durante el día de la donación y algunas donaciones adicionales realizadas directamente a través de nuestro sitio web, la cuenta al final del día superaba los 225.000 dólares. Un ejemplo extraordinario de lo que sucede cuando nos unimos por un objetivo común”, destacó a Los Andes –conmovido- el fundador del Santuario, Scott Blais.
El responsable del espacio –en el que actualmente habitan 5 elefantas asiáticas, aunque están construyendo para sumar ejemplares machos de esta especie y también africanos- destacó el compromiso de la población. “Es cierto que hubo algunas grandes donaciones por parte de organizaciones, lo que hará que la donación por persona sea más baja. Sin embargo, mirando solo este resumen, significa que se aportaron 129 dólares por persona. Cuando veamos el informe completo, imagino que el tamaño medio de la donación será más bajo todavía, cercano a 50 dólares, ¡no es una cuestión de gente rica nomás!. Cuando las personas se unen por el bien común, realmente podemos cambiar el mundo”, sintetizó Blais, quien destacó que si bien cada dólar hace la diferencia; pero también lo hace la gente que comparte la historia en sus redes o pone like.
“Nadie podría hacer esto solo. Nosotros hemos trabajado codo a codo con mucha de la gente que ha contribuido. Hemos trabajado con programas de voluntarios y conocemos gente que se sacrifica un montón solo para poder hacer un cambio positivo. Es extraordinario ver a gente de todas las condiciones ayudar”, acotó.
El paso del elefante
Las mencionadas obras en el Santuario son fundamentales para que el traslado de Tamy pueda concretarse de una buena vez. Sin embargo, resta un tramo todavía. “Recién el año que viene podría llegar a viajar Tamy a Brasil, porque en el Santuario están recaudando ahora los fondos para construir el hábitat de los elefantes machos asiáticos, que aún no está listo”, destacó el consejero del Ecoparque Mendoza por parte de la Fundación Franz Weber, Leandro Fruitos.
Según indicó el referente local, el elefante macho aún no está siendo entrenado –a diferencia de sus compañeras Pocha y Guillermina (quienes son madre e hija)-, aunque Tamy ya ha sido afectado y se encuentra cumpliendo aislamiento de cualquier contacto humano. “Está en el mismo recinto que Pocha y Guille. Pero, para poder entrenar a Tamy, es necesario que las hembras puedan irse. Eso permitiría que se habilite una puerta de entrenamiento segura”, destacó Fruitos.
De esta manera, se espera que las dos elefantas puedan viajar a Brasil a principios de junio. Ambas permanecen en cuarentena y aislamiento sanitario, mientras son sometidas a los análisis de sangre, de fluidos y reciben las vacunas correspondientes. “En el caso de Pocha y Guille, el traslado lo paga el Santuario de Elefantes de Brasil. El Gobierno de Mendoza, junto a la Fundación Franz Weber, se ha hecho cargo de todas las gestiones aduaneras, logísticas y sanitarias; como así también de los entrenamientos de los animales y visitas de expertos internacionales desde 2017”, agregó Fruitos.
A Pocha y Guillermina (las elefantas asiáticas que son madre e hija y quienes viajarán en junio a Brasil, de no mediar inconvenientes), y a Tamy (lo hará ya en 2022, cuando esté listo el hábitat de elefantes asiáticos machos); se suma una cuarta elefanta que reside en Mendoza y quien también está entrenada y lista para el proceso. Se trata de Kenya (elefanta africana). Al igual que ocurre con el hábitat de Tamy –que está en proceso de construcción actualmente-, el espacio para elefantes africanos en el Santuario de Brasil no está habilitado tampoco todavía, aunque está terminado.
De esta manera, luego de que las elefantas asiáticas madre e hija sean trasladadas en junio; la intención es que Kenya sea la tercera en marcharse de Mendoza. Tamy, en tanto, sería el cuarto (ya en 2022).
En Argentina residen en total seis elefantes, distribuidos en los ecoparques de Mendoza y de Buenos Aires. A los cuatro residentes en Mendoza, se suman Kuky y Pupy, dos hembras africanas que están en el Ecoparque de Buenos Aires. Los seis ejemplares (cinco hembras y un macho) están en proceso de ser trasladados al Santuario de Brasil. Y al ser elefantas africanas, Kuky y Pupy compartirán hábitat con Kenya cuando lleguen a la reserva ubicada en Mato Grosso.
“Actualmente tenemos 5 elefantas asiáticas en el Santuario, y una de ellas llegó de Argentina. Se trata de Mara (quien llegó de Buenos Aires) y quien dentro de unos días cumplirá un año. Por ahora solo estamos preparados para elefantas asiáticas. Estamos construyendo el espacio para elefantas hembras africanas, y pronto vamos a construir la primera porción para recibir elefantes asiáticos machos (aquí entra Tamy). La idea es luego expandir el área africana; primero para machos y luego para hembras”, sintetizó Blais.
Las obras para Tamy
El Santuario de Elefantes de Brasil es el primero de los proyectos que la organización Global Elephants ha podido desarrollar en todo el mundo. Según explicó su fundador a Los Andes, la intención es poder replicar este proyecto en otros países y poder ayudar a construir santuarios.
“La sociedad está cambiando. A nivel mundial ha crecido la idea de mejorar el impacto en la vida de los animales; y nosotros existimos para ayudar a construir soluciones, santuarios –especialmente para elefantes-. Nuestro trabajo es ayudar a construir santuarios alrededor del mundo”, se explayó el fundador; quien resaltó que desde hace 25 años trabajan con este tipo de iniciativas y que siempre les ha resultado llamativo el impacto y la reacción (positivos) en la gente por su trabajo.
Sobre Tamy, el paquidermo que motivó la reciente campaña para recaudar fondos y que superó expectativas y rompió récords en menos de 24 horas; Scott Blais no logró –ni intentó- ocultar su emoción. “Creo que hay una gran cantidad de gente que se ha encariñado con Tamy y no puede esperar a verlo en el Santuario de Brasil. Es realmente sorprendente y extraordinario lo que ha ocurrido, y es la prueba de que la gente está buscando buenas causas para apoyar e involucrarse”, sintetizó.
Si bien aún resta para comenzar con las obras propiamente dicha, desde el Santuario de Elefantes de Brasil se han puesto en campaña para poder adquirir cuanto antes los materiales de construcción. “Es una de las partes más costosas de cualquier obra de hábitat para elefantes, y sobre todo en el caso de los elefantes machos. Las defensas son las que los mantienen a salvo y dentro de la propiedad, y también mantiene a salvo a la gente de los alrededores. Cuestan mucho dinero, y el precio del acero es tres más veces más caro ahora. Por eso necesitamos poder comprarlo antes de que aumenten aún más”, explicó el fundador y responsable del santuario. Además, destacó con entusiasmo que estos trabajos no solo le abrirán las puertas del lugar a Tamy, sino también a otros ejemplares de machos asiáticos.
El espacio tiene más de 1.000 hectáreas de superficie y está ubicado camino a Mato Grosso. Según detalló su fundador, tiene las condiciones climáticas ideales -altitud exacta, ni mucho calor, ni mucho frío- y la temperatura es la cercana a la que tienen los elefantes en su hábitat natural. “Está muy cerca de la transición con la Selva Amazónica y zona del pantano. La flora y fauna es increíble también, mucho más cercana a la vida salvaje de los elefantes. Es un escenario perfecto para toda la vida salvaje, incluyendo elefantes. Y están protegidos”, acotó.
El espacio de Kenya
La elefanta africana Kenya será la tercera en abandonar el país y, de hecho, lo hará antes que el popular Tamy. Por ello mismo, en el santuario están construyendo actualmente el hábitat para elefantes africanos.
“Queremos completarlo y tener la autorización para recibir a las tres elefantas africanas de Argentina: Kuky y Pupy, Buenos Aires; y Kenya, de Mendoza. Apenas terminemos con eso, vamos a comenzar con la construcción del hábitat para Tamy. Todo lo que está ocurriendo por Tamy, Kenya, Pocha, Guillermina y las elefantas de Buenos Aires; todo lo que está ocurriendo en Argentina es realmente increíble, los pasos que se están dando para darle una nueva vida a estos elefantes y a otros animales”, reflexionó Scott Blais.
“En Buenos Aires y en Mendoza están viendo un futuro diferente, están entendiendo que estas vidas no son para entretenimiento humano. Y les están abriendo los ojos a las comunidades sobre que debería ser, sobre qué merecen los elefantes y los animales. Todas acciones buscan hacer del mundo un lugar mejor”, concluyó.
La historia de los elefantes “mendocinos”
La más anciana de los elefantes y las elefantas que residen en Mendoza es Pocha. Nació en la India, en 1965 y llegó junto al Zoo alemán Tierpark Hagenbeck. Pisó Mendoza en 1968, con apenas tres años, y llegó en calidad de canje.
En edad le sigue Tamy, quien nació en 1970. En 1984 y con 14 años llegó a Mendoza como “donación” del Circo de los Hermanos Gasca.
Kenya - la elefanta africana-, en tanto, nació en 1981 y también llegó a Mendoza proveniente del Zoo alemán Tierpark Hagenbeck. Lo hizo en 1985 y, al igual que Pocha, también por canje.
Mientras que Guillermina es la hija de Pocha y nació en cautiverio, en el ex Zoo (actual Ecoparque) de Mendoza. Llegó al mundo 1998 y nunca conoció la libertad; por lo que hasta el momento en que emprenda el viaje al Santuario de sus días habrán transcurrido en un espacio muy reducido.