La eyaculación retardada, ¿un problema o un estilo de vida?

Si bien la medicina actual considera que un hombre que no logra eyacular en tiempo y forma tiene un trastorno físico o emocional, antiguamente se estimaba como una práctica saludable, con propósito de longevidad

La eyaculación retardada, ¿un problema o un estilo de vida?

La eyaculación precoz no es lo único que puede ser considerado un problema. El escritor estadounidense Daniel Reid, quien pasó su vida estudiando la filosofía y modos de vida de la cultura oriental, inicia el capítulo 7 de su libro “El Tao de la salud, el sexo y la larga vida” explicando los fundamentos de por qué los hombres deben controlar la eyaculación al momento de tener sus relaciones sexuales. Sin embargo, en occidente se considera esto como una disfunción, un trastorno de la vida sexual que se debe evitar debido a la larga lista de consecuencias físicas y emocionales que acarrea.

En el caso de Reid, se basa en escritos de Sun Ssu Mo, un físico y escritor chino que porta el título de “rey de la medicina” de su país, por sus contribuciones. “Todo hombre puede obtener salud y longevidad si practica una frecuencia eyaculatoria de dos veces al mes, si al mismo tiempo, presta una cuidadosa atención a la correcta alimentación y ejercicio”. Con esto, se puede deducir que los chinos practicaban, en el año 600 dC, lo que hoy los occidentales llamamos “vida saludable”.

Sin embargo, en cuanto al tema de la eyaculación, hay discrepancias. Para los especialistas actuales, la falta de eyaculación es un problema a resolver. El asunto puede deberse a que para el hombre contemporáneo es una complicación porque no es algo deseado, mucho menos practicable. En cambio, para los habitantes de los antiguos países del lejano oriente, era una elección bajo la certeza de que esto producía longevidad.

“Eyacular es la respuesta del cuerpo en la que se expulsa el semen de los testículos. Esto sucede cuando el organismo recibe estímulos excitatorios. La mayoría de las veces va acompañado del placer. Otras, no”, explica Claudia Kösler, psicosexóloga y terapeuta de parejas.

Tres tipos diferentes de eyaculación

1. Eyaculación sana: se da durante encuentros sexuales -con o sin coito- en un tiempo estimado de calidad y acompañado de bienestar emocional.

2. Eyaculación precoz: ocurre en un tiempo de poca calidad y breve. Antes o durante de un encuentro sexual con cualquier práctica sexual y con poca estimulación. Después del encuentro hay malestar emocional.

3. Eyaculación retardada: sucede durante encuentros sexuales con cualquier práctica sexual con duración prolongada donde no siempre se llega a eyacular. Después del encuentro también hay malestar emocional.

En los últimos dos puntos, además, especifíca que cualquiera de las acciones provoca malestar emocional, probablemente por la sensación de no estar “funcionando” correctamente y bajo la suposición de que esto también podría provocar malestar en la pareja.

Pero no sólo eso, sino que la mayoría de la información publicada en distintos medios, considera la eyaculación precoz y la retardada como dos caras de una misma moneda, ya que solo se sugieren técnicas para no eyacular en caso de sufrir de la precoz, pero no como una opción de sexo duradero, sastisfactorio y excitante.

Cuándo es normal y cuándo no

Tomando en cuenta los postulados occidentales, la eyaculación normal se da al cabo de unos cuantos minutos después de iniciar la penetración durante la relación sexual.

Los hombres con retraso en la eyaculación pueden ser incapaces de eyacular o pueden eyacular solo haciendo un gran esfuerzo y después de una relación sexual prolongada (por ejemplo 30 a 45 minutos).

En este sentido, los especialistas analizan causas psicológicas o físicas de la eyaculación retardada. Las causas psicológicas comunes incluyen:

  • Un contexto religioso que lleva a la persona a ver el sexo como algo pecaminoso
  • Falta de atracción por la pareja
  • Condicionamiento provocado por un hábito de masturbación excesiva
  • Eventos traumáticos (como el ser descubierto al masturbarse o teniendo sexo ilícito, o al saber que la pareja tiene un romance fuera de la relación)

En cuanto a las causas físicas pueden, estas se pueden deber a:

  • Bloqueo de los conductos a través de los cuales pasa el semen
  • Uso de ciertos medicamentos
  • Enfermedades del sistema nervioso, como un accidente cerebrovascular o daño nervioso a la médula espinal o la espalda
  • Daño en los nervios durante una cirugía en la pelvis

Una práctica posible

Pero si dejamos de lado los traumas e impedimentos físicos, se puede afirmar que un hombre sano podría decidir retrasar su eyaculación de manera consciente. En este sentido la doctora Kösler señala que no hay una clave universal: “Cada persona es un mundo y al final cada cual crea la suya propia teniendo en cuenta ciertos recursos. Es fundamental aprender a estar presente -con calma, sin prisas- en el cuerpo con las respectivas sensaciones y emociones para poder gestionar la excitación, sumado al conocimiento sexual y erótico. Sin olvidar que la penetración y el coito no es lo principal en las relaciones sexuales. Es importante trabajar la erótica en todo el cuerpo, no solo en la zona genital. Así, habrá menos ansiedad a la hora de expresar la sexualidad”.

Ya sea para corregir síntomas de eyaculación precoz, o para brindar mayor placer a su pareja, -y siempre que no sea debido a disfunciones- todo hombre debería intentar contener su eyaculación, de manera consciente, para luego analizar qué sintió, si le resultó una experiencia agradable y si pudo minimizar el periodo refractario.

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