Degustar un vino en una de las cavas más antiguas y representativas de la provincia, en plena ciudad de Mendoza es una posibilidad que tienen los turistas y mendocinos que visitan la Enoteca, junto al Centro de Congresos y Exposiciones. Es que allí, en las instalaciones de avenida Peltier y Belgrano, se formaron los primeros enólogos del país y muchos de ellos se transformaron en los bodegueros más importantes en aquella Mendoza de principios del siglo XX. “Esta fue la cuna de los principales enólogos de la República Argentina, como Isaac Flichman, Luis Filippini, Pincolini o Pacífico Titarelli, entre tantos. Eran muchachos que trascendieron las fronteras del propio país a través de la elaboración y la calidad de sus vinos”, destaca Francisco Melis, vecino, comerciante, ingeniero agrónomo y especialista en el rescate de la Quinta Agronómica, entidad educativa dedicada a la enseñanza de la agricultura y vitivinicultura que funcionó hasta mediados del siglo XX en el predio que posteriomente se convirtió en sede de la Casa de Gobierno provincial, Palacio de Justicia y otras dependencias del Estado.
El edificio principal del centro educativo estaba sobre Belgrano, antiguamente esta vía se llamaba Alto Godoy. Entre otros edificios, entre frutales, viñedos y otras plantaciones, se destacaba el invernáculo, situado en las cercanías donde hoy está el Memorial de la Bandera. Las piletas de reservorio de agua, ubicadas sobre av. Peltier, también datan de esos tiempos, pero la bodega escuela es el único edificio que ha quedado en pie. En la actualidad, las instalaciones son manejadas por el Fondo Vitivinícola, encargado del mantenimiento y desarrollo de actividades culturales y visitas guiadas con degustación. El paseo por el edificio de piedra, de amplia galería, guarda objetos relacionados con la elaboración de la bebida nacional. Y tanto el espacio principal, donde funcionó el laboratorio, como el subnivel y la cava son utilizados en forma permanente para encuentros culturales y degustaciones.
María del Valle Herrera, del área de Comunicación del Fondo, cuenta que en 2002 se firmó el convenio con el gobierno provincial y a partir de ese momento la entidad gestiona el mantenimiento y propuestas culturales. “Este año cumplimos 20 años siempre con el objetivo de posicionar a la Enoteca como un lugar importante para el turista que visita la ciudad de Mendoza y quiere conocer la historia de la vitivinicultura”. Herrera señala que las visitas guiadas son de 45 minutos con degustación incluida y “permite al visitante conocer la historia vitivinícola de la provincia sin moverse de la zona céntrica”.
Sobre la historia del lugar, Melis explica que esta bodega en realidad es la tercera que existió allí (la primera sufrió un incendio y la otra sirvió como elaboradora mientras se terminaba la tercera y actual bodega). Divide a la Quinta Agronómica en tres períodos. “En 1872, durante el gobierno de Sarmiento se compra el predio que pertenecía a Corvalán y Godoy, eran dos escrituras y un total de 28 hectáreas. El límite Sur era el Zanjón de Astorga (actual Zanjón Frías); Alto Godoy (actual calle Belgrano), al Oeste; el Callejón de la Quinta (calle pública, actual Pedro Molina) al Norte y hacia el Este, el terreno llegaba hasta los fondos de varios vecinos cuyos frentes daban a San Nicolás (actual av. San Martín)”, comenta el especialista. La principal fuente de agua para abastecer el predio ingresaba a través de una acequia por el oeste, hoy calle Pueyrredón.
Entre 1872 y 1889 se llamó Escuela Nacional de Agricultura donde salieron los primeros agrónomos del país en 1879. “La segunda etapa es de 1897 hasta 1939, que es la cuna de los enólogos argentinos, y que pasa a llamarse Escuela Nacional de Vitivinicultura. En este período se hace esta bodega, hoy Enoteca. Y desde 1939 a 1954 pasa a formar parte de la Facultad de Ciencias Agrarias, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo, que luego se traslada a Chacras de Coria”, recuerda Francisco Melis.
En 1900 comienza la construcción de la actual bodega, obra que se terminó en 1903. El especialista asegura: “bajo la dirección del ingeniero Domingo Lino Simois se hace esta bodega, donde salieron lo enólogos más importantes del país durante 40 años hasta el advenimiento de la Facultad de Ciencias Agrarias. En total, 540 enólogos egresaron de aquí”. A partir de 1939 toma las riendas la Facultad de Ciencias Agrarias, y “se da de baja a la escuela en pleno apogeo. Su último director fue el ingeniero José Raúl Ponce, también profesor de Ciencias Agrarias y toma el mando de esta bodeguita hasta 1954, Aquiles Maveroff, con Pedro Deis como jefe de trabajos prácticos. Y aquí se reciben los primeros ingenieros agrónomos, en 1943. En esta bodega hicieron las prácticas, incluido mi papá, Francisco Melis”.
En este período, Melis hijo comenta que se levantaron viñedos, cultivos y las estructuras de la vieja escuela y fueron reemplazadas por canchas de deportes, juegos para niños, las piletas de reservorio se transformaron en piscinas recreativas. “En ese momento se produjo una huelga de los estudiantes en reclamo de la preservación de la escuela. Finalmente se reinstalaron todas las cátedras y en 1954 nos trasladamos para Chacras de Coria a la actual sede de Ciencias Agrarias”. Actualmente allí se encuentra la mayoría de los elementos y bienes de la Quinta Agronómica, incluido el invernáculo (de estructura metálica) que está desarmado. “Estamos a la expectativa que la Facultad brinde presupuesto para un futuro museo de la institución agrícola más importante del país”, subraya Melis.
A mediados del siglo XX, en el sitio comienza a tomar forma el Centro Cívico, con la construcción de la Casa de Gobierno, el Palacio de Justicia y en 1972 se echan abajo todos los edificios de la Quinta Agronómica, excepto la bodega. Aunque en 1964 fue demolida una parte, donde funcionaban los talleres, para posibilitar la apertura de avenida Peltier. Pero la fábrica de aceite, laboratorios, gabinete del motor para generación de energía eléctrica fueron demolidos.
Sobre este último punto, Melis resalta que la Escuela contaba con un departamento de destilación de alcohol para el alumbrado de las instalaciones. Cuenta que Simois fue un innovador porque planteó la posibilidad de utilizar el alcohol como combustible para un motor y así generar energía. Se adquirió un motor Deutz de 8hp con generador Westinghouse y en noviembre de 1903 se puso en funcionamiento. “Ese día, el diario Los Andes destacó los adelantos en la Quinta Agronómica y la crónica cuenta que el gobernador Elías Villanueva activa el contacto del equipo que daba luz a esta bodega y a todo el edificio principal”.