Desde el momento en que Diego Armando Maradona asumió como director técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata -en septiembre del año pasado-, los partidos del Lobo platense se convirtieron en un espectáculo aparte; independientemente del fútbol en sí. La llegada del Diego a cualquier estadio era ovacionada por los hinchas locales -por más que en el campo de juego el Lobo fuese su rival- y cuando salía al verde césped, un verdadero ejército de fotógrafos y camarógrafos lo esperaba. Incluso, en la mayoría de los estadios se lo recibía con un trono para que -al menos por unos minutos- volviera a sentirse como lo que fue siempre en la cancha: un rey.
El fenómeno trascendía lo futbolístico; y también el espacio físico de las canchas o estadios. Cuando Gimnasia visitó a Godoy Cruz Antonio Tomba en octubre del año pasado (hacía un mes había asumido), Mendoza se revolucionó por completo. Y entre los amantes del fútbol se comenzó a soñar con un encuentro digno de un poema futbolero: el abrazo eterno entre “el genio del fútbol mundial” y “El Maestro” Víctor Antonio Legrotaglie.
Frustrado
El viernes 4 de octubre de 2019 por la tarde; el Víctor, Carina (su hija) y Julián (su nieto) llegaron al hotel tunuyanino donde se alojaba Diego Armando. Llevaban con ellos una camiseta del Lobo mendocino (donde Legrotaglie brilló hasta convertirse en el ídolo máximo del club del Parque) para entregarle a Maradona; pero también llevaban la emoción de encontrarse con el mejor futbolista argentino de la historia.
Sin embargo, el arribo de Diego se demoró más de lo previsto. Y cuando el astro llegó, mandó a decirles al Víctor y sus familiares que aguardaran hasta que terminara de cenar. Esto no cayó muy bien entre los Legrotaglie, quienes llevaban ya varias horas esperándolo; y el Víctor no estaba en condiciones plenas de estar mucho tiempo en el lugar. Por esto mismo es que decidieron regresar a la Ciudad de Mendoza para descansar. “Nos dijeron que iba a cenar y después bajaba. Le dijimos que no. Él es ídolo, mi papá también es ídolo; y me pareció que no tenía por qué esperarlo. A los ídolos hay que cuidarlos y a él (por Diego) hay que cuidarlo. Por eso a mi papá lo cuido tanto”, contó Carina luego de la cumbre frustrada.
La justificación de Diego
El Víctor había recibido una invitación de Diego para concretar la cumbre; o al menos así se lo habían comunicado desde el supuesto entorno del Diez. Sin embargo, una vez terminado el partido de ese fin de semana entre Godoy Cruz y el Lobo platense, el propio Maradona en conferencia de prensa se refirió al frustrado encuentro.
“Legrotaglie fue un gran jugador, pero yo no pedí encontrarme. No puedo pedir cosas que no pueda cumplir”, declaró el Diego en aquel momento.