La cumbre del Aconcagua vuelve a ser un destino de montañistas

Luego de un año vacío de gente”, el anuncio de reapertura de las fronteras, aumenta las expectativas para el regreso del turismo al cerro más alto de América.

La cumbre del Aconcagua vuelve a ser un destino de montañistas
Después de dos años abre el Parque Provincial Aconcagua, aunque hay que esperar el decreto publicado en el Boletín Oficial para saber cómo serán las modalidades para esta temporada.

Tras casi dos años sin registrar presencia humana, la cumbre del Aconcagua volverá a ser un “objeto del deseo” para montañistas de todo el mundo, cuando en enero de 2022 Mendoza habilite nuevamente la temporada de ascensos a la mayor montaña del continente.

La modalidad de apertura será parcial y acotada, según la norma que viene preparando la Dirección de Recursos Naturales Renovables y que se difundirá en los próximos días, pero la apertura de las fronteras del país para el turismo, que anunció el lunes el gobierno nacional, consolida la iniciativa. También implica un cambio de viento para las empresas y profesionales que trabajan en el cerro (492 familias en forma directa, según estadísticas oficiales), que veían acercarse otra temporada sin trabajo.

Durante el verano pasado -en plena cuarentena- el Parque Provincial Aconcagua sólo permitió excursiones cortas y de poca altura, pero los campamentos base y las expediciones a la cumbre, estuvieron vedados.

La perspectiva de que el Aconcagua recupere a su principal “clientela”, los montañistas extranjeros, también aporta oxígeno a las cuentas del Estado, en forma de permisos de ascenso vendidos. De acuerdo con una fuente de la Dirección de Recursos Naturales, la prestación de servicios en el Aconcagua el próximo verano será deficitaria. En el verano 2019-2020, el área natural protegida Aconcagua recibió 9.061 visitantes entre noviembre y marzo. Se vendieron 3.244 permisos para deportistas que buscaron hacer cumbre. 82% eran visitantes extranjeros.

Fechas y rutas habilitadas

La temporada 2021-22 para programas de trekking cortos, probablemente con hasta tres noches en el Parque, se extenderá desde noviembre a Semana Santa del año próximo, pero la temporada del campamento base Plaza de Mulas y de los campamentos de altura, desde donde se intenta la cumbre, se limitaría al mes de enero. (La fecha que se maneja es hasta el 15 de febrero, pero para terminar su expedición a mediados de mes, los montañistas deben ingresar unos 15 días antes).

En este esquema están trabajando las autoridades del cerro y demás actores que conforman la Comisión Asesora del Parque Aconcagua: empresas, asociaciones de guías de montaña y de porteadores (andinistas que cargan los equipos de los visitantes, desde Plaza de Mulas hasta los 6.000 metros), servicio médico, Patrulla de Rescate, la empresa concesionaria del helicóptero, científicos del CCT, ONGs ambientales. Es un grupo heterogéneo y con intereses muchas veces contrapuestos. Por ese motivo, el anuncio de la apertura de fronteras internacionales al turismo podría modificar el borrador de decreto que hasta ayer se daba por definitivo. En otras palabras, hasta que no se publique el decreto correspondiente en el Boletín Oficial, todo puede cambiar.

Lo que sí está en firme es que al menos durante 45 días se podrá intentar pisar los 6.960,8 metros de altura de la cumbre del Aconcagua (Ésta es la altura oficial, y no los 6.962 metros que se suelen citar). También el Parque contará en ese período con los servicios habituales: guardaparques, servicio médico, patrulla de rescate y helicóptero para evacuaciones y vuelos privados.

Las rutas del Valle de las Vacas seguirán cerradas

El borrador de decreto que se está terminando de definir sólo habilita el Valle de Horcones, es decir el acceso a la ruta llamada “normal” de ascenso a la montaña. No estarán abiertas al público las rutas a las que se accede por el Valle de las Vacas, y que tienen su inicio en Punta de Vacas -como el Glaciar de los Polacos o la Travesía 360º-.

El pronóstico que hacen en el Gobierno (y también en las empresas privadas) prevé que con un anuncio de apertura tan tardío como fines de setiembre, y con la sombra de la pandemia de Covid-19 aún muy presente, la cantidad de aspirantes a llegar a la cumbre será también acotada. Esto se traduce en menor ingreso por venta de permisos de ascenso y, por lo tanto, en la necesidad de afilar el lápiz.

La decisión de no habilitar las rutas del Valle de Vacas es un ejemplo: proveer al Campamento base (Plaza Argentina) de guardaparques, médicos y helicóptero, y abastecerlos durante la temporada, representa un presupuesto de varios millones de pesos. Con un verano flaco en términos de visitantes, en Recursos aseguran que las cuentas quedan al rojo vivo.

Tras una temporada sin actividad, la reapertura es una buena noticia para las 500 personas que trabajan en forma directa dentro del Parque y para la industria que existe en torno a la montaña. Sobre todo con fronteras abiertas, ya que de los 250 -300 montañistas que intentan la cumbre, la gran mayoría son extranjeros. Estados Unidos es el principal “cliente”. Esto se determina según permisos vendidos. La Argentina registra muchos ingresos al Parque, pero buena parte corresponden a militares y personal de fuerzas de seguridad, que están eximidos del pago de permiso y, por lo tanto, no se computan como “clientes”.

Distintas empresas prestadoras consultadas aseguraron que hasta ahora manejaban un escaso nivel de reservas, a pesar de la promoción con un relevante descuento en el permiso que lanzó el gobierno. El beneficio por pre compra de permisos está en vigencia hasta fin de mes. Con la apertura de los aeropuertos para turistas internacionales, el Parque Provincial Aconcagua podría prorrogar esta promoción.

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