La confirmación de que Guaymallén acatará la resolución de la Sala II de la Suprema Corte de Justicia, participando de las actividades de Vendimia con la representante elegida en 2020, Sofía Grangetto, hizo tambalear las expectativas de Julieta Lonigro (la reina “blue”) de estar presente en el escenario del Frank Romero Day este 5 de marzo en la elección de la nueva Reina Nacional de la Vendimia.
A pesar de que días atrás había manifestado su férrea intención de resistir, pasara lo que pasase, al adquirir la entrada y asegurar a Los Andes, en una charla íntima, que iba a ir vestida como reina al acto central, esta posibilidad no está tan clara por estas horas. Incluso hay hermetismo en su entorno y Julieta se llamó a silencio.
Lonigro (23), junto con la Comisión de Reinas de Guaymallén (Coreguay) se presentó en la Justicia con una medida cautelar que salió a su favor, porque los magistrados Mario Adaro y José Valerio suspendieron la ordenanza que prohibía la elección de la reina en el municipio que comanda Marcelino Iglesias. Sin embargo, la resolución dio luz verde a la comuna a determinar si la joven elegida sin el consentimiento del Gobierno municipal cumplía con los requisitos. Mientras que el tercer integrante de la corte, Omar Palermo, votó en contra, manifestándose en sintonía con Guaymallén, y planteó la necesidad de resignificar la participación de la mujer en estas festividades bajo una “perspectiva de género”.
Finalmente, este sábado la Municipalidad de Guaymallén emitió un dictamen –la Resolución 105-2022– que se acoge a lo dispuesto por el máximo tribunal, e informó que Sofía Grangetto será la reina que competirá por el cetro nacional, junto a las otras 17 candidatas.
Su nombre y esta posibilidad habían surgido 24 horas antes en un tuit del gobernador Rodolfo Suárez, en el cual proponía que fuera la reina de 2020 elegida en plena pandemia del coronavirus y no la candidata “paralela”. La indignación de Julieta no tardó en hacerse visible e interpeló al propio mandatario provincial tomando sus dichos como un acto de discriminación.
“Sr. gobernador, soy la reina del departamento de Guaymallén. Usted sabe el esfuerzo y el trabajo a pulmón que se llevó a cabo para que fuera reina departamental. Con respeto y de manera legal. ¿Por qué me quiere discriminar de esta manera?”, lanzó en Twitter.
El plan B de Julieta
En una charla exclusiva con Los Andes, la joven de estudiante del tercer año de Enología aseguraba que iba a participar de los actos vendimiales, cualquiera fuese a la determinación de la Justicia, y disparó: “Tengo todo el derecho de participar porque soy la representante del pueblo de Guaymallén”.
“No me voy a quedar con los brazos cruzados. Voy a estar la noche del 5 de marzo en el Acto Central y voy a ir como reina. El miércoles fui a retirar mi entrada en el Centro Cultural Julio Le Parc, hice seis horas de fila para conseguir mi propia entrada por si se daba un no”, aseguraba horas previas a la resolución de la Justicia.
-¿Qué te pasó a vos, qué pasó en tu vida en este tiempo desde diciembre a hoy?
-He vivido una cantidad de emociones. Algunas se pueden expresar otras no. Hemos tenido mucha felicidad porque, como ustedes saben, no tenemos el apoyo del municipio. Todo ha sido ad honorem, con mucha voluntad y eso tiene otro valor sentimental. Estoy muy feliz por eso. Hemos llegado a medios de comunicación muy importantes. Nos mandan saludos y apoyo tantos vecinos, de otros departamentos, provincias y de otros países. Me digo a mí misma: “¡Guau! Qué bueno que apoyen esta causa y el nuevo rol de la reina”. Eso me pone muy contenta, pero por otro lado hay que ser realista. Me siento triste y discriminada. Como mujer y como reina, porque las están aceptando a todas y a mí no. No hay ninguna ley que diga que el municipio tiene que representar a la reina. Es una discriminación hacia mi persona. Todo el pueblo de Guaymallén quiere que yo lo represente en el Teatro Frank Romero Day el 5 de marzo. Quiero dejarle en claro a mi pueblo que, a pesar de los resultados, yo voy a estar todo el año, ayudando y apoyando en Vendimia a involucrar más a los cosechadores y productores. Voy a tratar de cumplir mis objetivos, a pesar del resultado que dé la Justicia.
–¿Sentís que todo esto que viviste, al presentarte en la Justicia para ser reconocida por el municipio y la provincia, te hizo empoderarte?
–Crecí muchísimo en cuanto a esta situación. Hemos aprendido muchísimo junto al pueblo, con tantas cosas que desconocíamos de leyes y demás aspectos que se pusieron en juego. Saco de todo esto la importancia de saber qué derechos tenemos y cómo hacerlos valer, y hay que luchar por ellos libremente y con respeto.
–¿Cuáles fueron tus armas para no darte por vencida después de tantas trabas?
–Lo importante es estudiar para representar al pueblo mendocino. El físico no es un limitante, lo digo porque no tengo una estatura estándar (N. de la R.: mide 1,50 metros) y se puede. Siento una cantidad tan grande de emociones que seguiré con mi lucha.
–¿Vas a participar de la Vía Blanca y del Carrusel?
–No sabemos todavía si voy a participar en el carro de Maipú, eso se está evaluando. Las chicas me apoyan muchísimo, ellas ya me toman como una reina y como una compañera. No me ven como la paralela ni nada de eso. Al contrario, me unen a su grupo. Yo voy a proponerles que trabajemos juntas.
–¿Cómo sería ese trabajo en conjunto, cuál es tu proyecto?
Lo que voy a proponerles es implementar en todos los departamentos de la provincia un proyecto. El mío es la alfabetización para los cosechadores y trabajadores rurales aprendiendo a leer y escribir con la meta de reducir el analfabetismo.
–¿Qué te llevó a enfocarte en eso?
–Yo soy estudiante de enología. Y a través de esta disciplina uno ve que la base son los cosechadores. En un grupo todo es como una rueda, si se pincha, te quedás varado. Entonces creo que el motor somos todos. El cosechador, si está en buenas manos, capacitado, se va a favorecer para que no ser engañado en un contrato de trabajo.
–Viviste parte de tu niñez y adolescencia en Suiza y volviste a Mendoza a los 14 años. Con esa experiencia, ¿qué te gustaría trasladar a nuestra provincia de aquel país del primer mundo?
–Allá hay tierras muy productivas. Estuve viviendo en un pueblo, donde había mucha igualdad, la mujer podía trabajar a la par del hombre, y eso me encantó. Tenían las voces iguales, había mucho respeto y valores que es lo que falta en nuestra provincia y en nuestro país. La cultura del respeto es algo que me gustaría aplicar en mi comunidad.
–En este proceso, ¿te sentiste agraviada por una persona en particular o en general?
–Hay una persona en especial que nos está cosificando desde su mirada y es nuestro intendente Marcelino Iglesias, que ojalá pueda cambiar y pueda aprender. Si no lo hace sólo alcanza con que respete al prójimo. No hacemos daño alguno, ¿por qué no respeta nuestras ideologías?
–La Comisión de Reinas de Guaymallén (Coreguay) sostiene que este reclamo a la Justicia en contra de la ordenanza que prohíbe la elección de la reina no termina acá. ¿Sentís que te podés convertir en una portavoz de otras causas?
–Creo que ya me estoy encaminando a ser una visibilizadora de la lucha contra la discriminación en cualquiera de sus formas. Me llegan mensajes de todos lados, diciéndome “Juli, me encanta que estás demostrando que el físico no es un limitante”. El estudio es lo que a uno lo representa.