La nueva fórmula de movilidad de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) ya cuenta con el dictamen de la Comisión Bicameral Mixta de Movilidad Previsional. En caso de ser aprobada, cambiará la forma en la que se actualizan los ingresos de más de 784 mil mendocinos, y de todos los argentinos beneficiarios de la Anses.
La fórmula de movilidad jubilatoria fue suspendida en diciembre de 2019, pocos días después de que Alberto Fernández asumiera la presidencia. Desde entonces el Congreso autorizó al Poder Ejecutivo Nacional a dar aumentos discrecionales hasta tener una nueva fórmula.
Para los economistas consultados por Los Andes, el éxito o fracaso de la misma dependerá del funcionamiento de todo el plan económico del Gobierno. De manera que, con recesión y alta inflación, los haberes de jubilados y pensionados, y beneficiarios de asignaciones perderán poder adquisitivo, pero en un escenario de crecimiento, sumarán más que con el cálculo anterior.
“La nueva viaja fórmula, porque es prácticamente la que rigió desde 2008 y hasta diciembre de 2017, responde a dos requerimientos principales: pensar en la sustentabilidad del sistema de movilidad social, un equilibrio entre ingresos y egresos de Anses; y buscar que los beneficiarios ganen poder adquisitivo”, señaló Carlos Gallo, titular de Anses para Cuyo.
El funcionario explicó que el organismo se financia con aportes y contribuciones en un 50%, ya que desde el cambio del sistema de capitalización individual (AFJP), el otro 50% se completa con los recursos tributarios de aportación específica (IVA, impuestos a los cigarrillos, a las bebidas alcohólicas, etc.). “Los ingresos de Anses dependen de dos variables, de las ganancias de los trabajadores activos, y del consumo. Entonces, esta fórmula de movilidad lo que hace es atar las jubilaciones a las mismas variables, al crecimiento de los recursos tributarios, y al Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables)”, agregó.
Sin inflación
La fórmula vigente hasta diciembre de 2019 (Ley 27.426) tenía en cuenta 70% la inflación y 30% al Ropte. De acuerdo con Gallo, generó una pérdida superior a 19% y provocó un déficit de 150 mil millones de pesos en el Fondo de Garantías de Sustentabilidad.
“En un proceso de inflación sostenido, los aumentos van corriendo detrás de la inflación, y con las paritarias a la baja, como sucedió en los últimos cuatro años, las jubilaciones pierden. En un modelo económico inviable, la movilidad también es inviable”, agregó el titular de Anses.
Para el funcionario, incluso si se tuviera en cuenta sólo a la inflación, “nunca habría mejora del poder adquisitivo de los jubilados y las jubiladas”, solo se sostendrían. “Con el crecimiento de la economía, los jubilados y las jubiladas también deberían ser partícipes, y esa es la lógica de esta fórmula”, comentó.
Finalmente, Gallo señaló que se pueden discutir subjetividades, pero en el análisis de una fórmula contra otra, la anterior a la suspendida movilidad, “permitió un aumento real del 25,8% en los haberes; mientras que en el gobierno del expresidente Mauricio Macri hizo que perdieran un 19,5 por ciento”.
Pros y contras de la nueva fórmula
Entre jubilaciones y pensiones del Sistema Integrado Previsional Argentino, 394.698 beneficios se otorgan en Mendoza. Existen casos en los que a una misma persona le corresponde tanto una pensión como una jubilación, por lo que el sistema alcanza a 332.614 individuos en la provincia.
No obstante, y como explicó Gallo, Anses no solo cubre a jubilados y pensionados, sino que contempla a todos los que reciben alguna asignación (AUH, AE, Desempleo, Asignaciones Familiares, Prenatales y por Cónyuge), que suman 451.480 en total. Así, en total, el organismo contempla a 784.094 mendocinos, y tanto unos como otros tendrán sus ingresos atados a las nuevas variables de actualización desde el próximo año.
Así, según destacó el economista titular de Evaluecon, José Vargas, “el proyecto de ley, que regiría desde el próximo año (en caso de ser aprobado en el Congreso), habla de dos actualizaciones: 50% a base del crecimiento de los salarios y 50% a base de la recaudación. Es una buena fórmula de actualización, siempre y cuando se vaya en sintonía con una estabilización de la economía”.
Vargas explica que en un contexto de estabilidad, “está claro que es una buena fórmula, teniendo en cuenta que el sistema previsional en la Argentina no es un sistema equilibrado, y esto busca un equilibrio a largo plazo (entre ingresos y egresos)”. De lo contrario, mantener una fórmula con sistemas inflacionarios, “hubiera sido más deficitario en el futuro”, pero para que funcione, el economista señaló que se debe acompañar con medidas macroeconómicas que tiendan a la estabilización.
En la misma línea, un informe del instituto Ieral aborda la nueva fórmula teniendo en cuenta periodos recesivos y con alta inflación, que generarían “importantes pérdidas del poder adquisitivo” y buenos resultados en un escenario de crecimiento económico. El estudio, titulado “Nuevo proyecto de movilidad previsional: inadecuado para un país volátil y con alto déficit previsional”, lleva la firma de los economistas, Marcelo Capello, Laura Caullo y Agustín Cugno, y explica que de haberse aplicado esta fórmula en 2018 y 2019, “años con una importante recesión en la actividad económica (caída acumulada de 4,6% del PIB), con una inflación acumulada del 125,6%”, la suba de haberes hubiera sido de entre el 65,5% y el 66,9%; mientras que la fórmula aplicada produjo un aumento nominal del 93,8%. Por el contrario, de haberse aplicado la fórmula suspendida entre 2009 y 2017 (años de crecimiento del PIB y con el INDEC intervenido), el incremento hubiera sido del 771% en 12 años, cuando fue de 950%.
Como conclusión, consideraron que, “en un país que, inicialmente, cuenta con un significativo déficit previsional (medido con sus ingresos genuinos, sin incluir impuestos), y que se ha caracterizado por una alta volatilidad económica, debiera garantizar a sus jubilados que la movilidad mantendrá el poder adquisitivo de sus haberes (ajustando por inflación)”.
Jubilaciones que no cubren la canasta
Un informe de la consultora Evaluecon incluye los gastos más comunes, entre ellos, carnes magras, galletas sin sal, leche deslactosada, medicamentos y otros bienes y servicios de la Canasta de los Jubilados. De acuerdo con el mismo, para octubre se estimó que un jubilado necesitó un mínimo de $770 por día para vivir en condiciones dignas. Un número por encima de los $604,30 que implicarían dividir la jubilación mínima de $18.129 por 30 días.
El estudio concluye que en el décimo mes del año una pareja de jubilados requirió de $46.200 para cubrir sus necesidades mínimas (faltarían cerca de $10.000 con dos jubilaciones mínimas), o $23.100 por persona (-$4.971).