La hostería del dique Cipolletti es un edificio de un enorme valor patrimonial en nuestra provincia. Tiene más de 80 años y actualmente funciona como un emprendimiento gastronómico que atrae a visitantes locales y del extranjero.
Pero para conocer su rica historia hay que remontarse a la década de 1930 cuando el gobierno conservador de Mendoza promovió una serie de políticas para fomentar la actividad turística y que impulsaron la edificación de hoteles y hosterías.
Fomento del turismo
Promovidas a través del Ministerio de Industrias y Obras Públicas, se aprobaron las leyes N° 1216/36 y N° 1298/38 y sus complementarias N° 1351/39 y N° 1401/41.
La primera de ellas creó la Dirección Provincial de Turismo y contempló diversos estímulos a la inversión privada. La segunda habilitó la posibilidad de que el Estado provincial construyera distintos alojamientos y los concesionara.
En los enclaves elegidos, se privilegiaron los paisajes con contrastes soberbios, picos nevados, torrentes de ríos y arroyos y fuentes termales.
En el ámbito de la Dirección Provincial de Arquitectura, comandada por Arturo Civit, fue que se proyectó y construyó la hostería del dique Cipolletti, en Luján de Cuyo.
Levantada entre febrero y agosto de 1940 por la empresa constructora de David Crocco, se invirtieron alrededor de $ 72.000 m/n. Fue durante la gobernación de Rodolfo Corominas Segura. El proyecto incluyó en planta baja un living-room, comedor, cocina, sanitarios, office y dependencias de servicio, amplias galerías, terraza y pérgolas. En la planta alta se distribuyeron cuatro dormitorios, tres baños, terrazas y balcones para poder admirar el entorno.
En las inmediaciones del edificio se generó un lago artificial con una isla en el medio. Esta hostería estuvo asociada a un camping, que durante años fue concesionado al Automóvil Club Argentino.
Estilo y características
Los investigadores Cecilia Raffa y Pablo Bianchi, del Grupo Historia y Conservación Patrimonial del Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientalesdel CCT-Conicet, explican que la arquitectura respondía al pintoresquismo historicista, en una vertiente ligada al californiano, con muros blancos de texturas rugosas, cubiertas inclinadas con tejas españolas, galerías con arcos de piedra y barandas de madera tratada a la hachuela o en hierro forjado.
Se resaltaba que esta rusticidad era la que más se adaptaba a Mendoza: “por las características del clima, la topografía del suelo, la luminosidad de la región, los materiales regionales, lo que contribuye a no encarecer el costo de la obra”. En efecto tejas, madera, piedra y ladrillos provenían del mercado local.
La planta de la hostería se caracteriza por una composición aditiva, que evidencia gran riqueza espacial y plástica. El volumen resultante está articulado en torno a un elemento de mayor altura, de base circular, instituido como foco de la composición.
La descripción del edificio expresa también que las fachadas son asimétricas y determinan distintos modos de conectarse con el paisaje circundante: por medio de galerías, pérgolas, aventanamientos de pequeño porte o a través de balcones salientes con y sin techo. Destaca la cuidada factura del edificio y la nobleza de sus materiales, que le han permitido incorporarse a nuevos ciclos de uso.
Cultura del Agua
En el lugar, el Departamento General de Irrigación montó uno de sus centros de Interpretación de la Cultura del Agua (CICA), donde el público puede, de manera interactiva, entender la red de irrigación del oasis mendocino, la historia y el funcionamiento del dique, legado del ingeniero Cesar Cipolletti.
Los Centros de Interpretación de la Cultura del Agua tienen como objetivo informar, orientar y sensibilizar a los visitantes a través de experiencias sensoriales que promuevan la interpretación y reflexión sobre la cultura del agua.
CICA Cipolletti pone especial atención a este tramo del río Mendoza en donde se encuentra el dique Cipolletti, que da origen al oasis Norte. Recibe las aguas del río Mendoza que, a partir del Canal Matriz Principal, tejen una red de canales, acequias e hijuelas.
Por otra parte, también está emplazada allí, para completar la experiencia, la muestra del ilustrador, narrador y artista gráfico mendocino Chanti, dedicada al cuidado del recurso hídrico.
Gastronomía y parque de aventura, la etapa actual
Vale señalar que la hostería forma parte del patrimonio arquitectónico y cultural de la provincia y fue renovada a fines del año pasado, luego de tres años de inactividad. Y reabrió con una propuesta gastronómica y un parque dedicado al deporte, recreación y turismo aventura.
Los desarrolladores Constant, Panouillé y Rivier, de origen francés y suizo, afincados en la provincia, apuestan allí a una gastronomía relajada, de calidad, para toda la familia. A la sombra de árboles casi centenarios o dentro del impactante edificio patrimonial de la hostería, invitan a desayunar, almorzar o merendar al público en general y a los jugadores y deportistas del parque de aventura que quieran recuperar energía, a los ciclistas que entrenan por la zona y a los turistas.
Dentro de una arboleda de dos hectáreas integrada a la hostería, se ha emplazado el parque EUCA, dedicado al deporte y turismo de aventura. Allí, se montaron 66 juegos y 21 tirolesas.