Para los huarpes fue un punto de reunión de las comunidades del noroeste y de las lagunas de Guanacache. Desde la época española , se mantiene como sitio fundamental para la comunicación con el Norte argentino y es la entrada principal a Mendoza desde el norte. Hablamos de Jocolí, un lugar de paso, al límite con San Juan, donde antiguamente existieron bañados y grandes algarrobales. Y por allí estuvo el general San Martín, en la etapa preparatoria de la gesta libertadora. Fue él quien en 1815 creó la posta de correos Jocolí.
Estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado la comunidad de este distrito de Lavalle, que desde hace seis años inició un proceso de revalorización del lugar, gracias al aporte de docentes e historiadores y la gente común del pueblo. Justamente los docentes de las cinco entidades educativas del distrito mantienen la “llama” encendida de Jocolí como sitio histórico, y la proyección y autoafirmación de la comunidad.
Tanto es así que desde hace seis años el poblado tiene su propia fiesta, durante la última semana de agosto, en homenaje al Padre de la Patria. Realizan exposiciones sobre el tema y ofrecen productos elaborados por artesanos y alumnos de la Escuela Agrotécnica, además de una serie de actividades recreativas. “No sabemos si la próxima reunión será virtual, como el año pasado, o presencial, pero ahora el desafío es que los chicos sean partícipes junto con sus padres y abuelos de esta construcción colectiva de la historia del lugar. El objetivo es armar un museo virtual, para que en un futuro tengamos un museo físico, que rescate las historias y las costumbres de Jocolí”, señala Ana Menconi, directora de Educación, Familia, Género, Diversidad y Derechos Humanos de Lavalle.
Carla Herrera, excampeona de ajedrez, profesora de Matemática y directora de la escuela secundaria Tito Francia -entidad en la que se realiza la reunión anual- destaca que cuando se cumplieron 200 años de la creación de la Posta de Jocolí, Omar Alonso Camacho (docente, historiador y exdirector del Cens Fidel Roig Matons) sacó a la luz que fue creada por el propio San Martín, unto a las postas de Árbol Solo, Guanacache, Pocito y San Juan.
“Con el aporte de Alonso Camacho y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo, se inició el proceso de revalorización del lugar. Como docentes, buscamos esto también, que la gente, y principalmente los chicos, se sientan orgullosos y puedan desarrollar sus vidas aquí”, cuenta Herrera. Y agrega que Jocolí mantiene el perfil netamente agrícola y resalta que la escuela cuenta con vinos y otros productos que han sido premiados en certámenes educativos.
Los Andes, en 2015, publicó el trabajo que hizo Alonso Camacho y allí se mencionó que San Martín pasó dos veces por el distrito lavallino. Hizo un descanso mientras se hacía el cambio de animales, una de las tareas principales de las postas, y, según la tradición oral hasta almorzó allí. Cuentan que comió ternera con cuero y la pagó antes de continuar viaje.
María Navarra tiene un objetivo fijo: “Vamos a desarrollar la puesta en valor de la Posta de Jocolí, y todo el distrito. Se trata nada menos que de la puerta de entrada a la provincia por el norte, hacia San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, hasta Jujuy”. Navarra es profesora de Historia y jefa del IES de Lavalle (Instituto de Educación Superior). Sobre el nombre, explica que está asociado al algarrobo, según los escritos de Juan Isidro Maza. “Ya antes de la colonia, sirvió como lugar de intercambio entre las comunidades huarpes de la zona y las que vivían en Guanacache (Lagunas del Rosario). Posteriormente fue zona de intercambio en la etapa colonial, ya en la independencia fue reactivada como posta de correo, también ligada a la gesta y finalmente a fines del siglo XIX como estación, con la llegada del ferrocarril. Es un largo proceso de transformación, desde aquellos grandes algarrobales y bañados hasta la actualidad. Hoy se la conoce como el lugar donde está el control de paso se reconozca el lugar y que forme parte de un circuito histórico y cultural”.
Navarra también comenta que probablemente durante la llamada Crisis del 20 entre unitarios y federales se llevó a cabo un enfrentamiento en esta zona límite entre sanjuaninos y mendocinos. También resalta que el profesor Walter Bose, investigó sobre las postas. “Se trataba de zonas de paso en los caminos, separadas por entre 50 y 70 kilómetros, para descansar, cambiar la caballada, revisar los carruajes, aprovisionamiento de comida, descanso. Era el lugar por el que pasaba el chasqui, que llevaba noticias, documentos”.
El historiador aficionado, José Luis Burba, aporta que en varias publicaciones “se dice que jocolí es el nombre en huarpe del algarrobo, sin embargo, en el idioma huarpe allentiac (que es el que se hablaba en la región), ninguna palabra comienza con la letra jota. Tal vez haya sido una deformación de la palabra tocoli, que según algunos autores la localidad se la llamaba así por el año 1826”. Menciona que Juan Isidro Maza “señala que la presencia de grandes bosques de algarrobos al noreste del paraje Jocolí podría indicar que el topónimo tiene relación con estos árboles, denominados nogolí (en realidad nogoí), por los indios comechingones, aunque para la toponimia puntana quiere decir “aguas claras” o “agua que brota de las piedras”. Tampoco parece probable que jocolí signifique algarrobo, como muchos dicen, ya que su fruto, la algarroba, en huarpe se denomina hane”. Finalmente, el ingeniero agrónomo informa que Jocolí guarda relación con el Ejército Libertador, ya que de allí se extrajo leña para fraguar y templar las armas. Y rescata los documentos de la época del General San Martín. “Aún se conservan los originales de algunos de los pedidos de San Martín (o de sus órdenes), correspondientes entre los primeros meses de 1816 y enero de 1817 que decían: “Se necesita tomar a flete doce carretas para conducir el carbón de Jocolí para la Maestranza, necesidad que pongo en consideración de V.S.”. Y allí fueron las carretas a cargar hasta el Plumerillo”, expresa Burba en uno de sus trabajos.