La situación en Ucrania es crítica. Las tropas de Rusia tomaron el control del aeropuerto internacional Antonov de Hostomel, a unos 40 kilómetros de Kiev, y siguen avanzando sobre el territorio europeo, donde ya se registraron decenas de muertes. Tras una batalla sangrienta, las fuerzas rusas conquistaron también Chernobyl.
A raíz de esto, miles de personas intentan escapar del país presidido por Volodímir Zelenski. Uno de los que evitó vivir esta catástrofe fue Martín Morrongiello, un argentino de 32 años que huyó hace dos semanas de Ucrania junto a su novia gracias a una llamada de la Embajada de Italia. “Me dijeron que abandonara el país, que el ataque ruso era inminente”, dijo a TN.
El hombre oriundo de Villa Madero, localidad bonaerense de La Matanza, aceptó la recomendación y emprendió un plan de retirada que se efectuó el 14 de febrero.
“Tenía armada una mochila por si sucedía algo repentino. Le expliqué a mi novia ucraniana que lo mejor era irse, que teníamos que dejar el país cuanto antes. Ella, al igual que muchos ucranianos, no creía que esto podía llegar a pasar”, explicó el ingeniero informático.
Logró convencer a Kateryna -a quien conoció en noviembre de 2021 cuando se mudó a Kiev- de irse a Cracovia (Polonia) a la espera de lo que podía llegar a acontecer en el territorio ucraniano.
Cómo y por qué llegó a vivir en Ucrania
“Estamos bien. Vinimos por 10 días, teníamos pasaje de tren para volver mañana. Es increíble la suerte que tuvimos. Por suerte estamos acá y ahora viendo cómo vamos a seguir”, sostuvo Morrongiello.
“Trabajo como programador en una empresa de seguridad. Kateryna me ayudó a conseguir la casa cuando llegué de Barcelona. Viví en España durante cuatro años, hasta que recibí una propuesta laboral y económica muy buena. Por ese motivo acepté venir a Ucrania”, reveló.
“Estamos en un hotel. Ahora voy a alquilarme un departamento por un tiempo más largo. Tomé la decisión de venir cuando leí que Estados Unidos advertía lo que podía llegar a suceder. Tomamos la decisión para alejarnos un poco, pero no pensamos que podía darse con esta magnitud”, contó Morrongiello.
Su trabajo le permite continuar realizando sus tareas de manera remota. Aunque la situación en Ucrania no le da la posibilidad de proyectar qué sucederá con su empleo en el corto plazo. “Tengo ahorros para vivir varios meses. Y si me quedo sin trabajo buscaré otro. Priorizo estar tranquilo acá”, dijo.
“En dos días planifiqué el escape. Tenía un vuelo para ir a Barcelona, pero como mi novia no está vacunada no la iban a dejar pasar. En Polonia sí porque tuvo COVID-19 hace poco. Así que vinimos en tren para acá”, expresó.