El solsticio de invierno es un fenómeno con un costado astronómico y sobre todo un importante significado espiritual para las culturas indígenas andinas, un ritual milenario que marca un nuevo inicio. Esa celebración se llama Inti Raymi y así se vivió en Lavalle.
Es un suceso muy importante para los pueblos originarios de Sudamérica, un ritual ancestral que ha atravesado los tiempos. Ese sol será el que provea de la energía que la madre tierra necesita, renovando sus fuerzas para los cultivos que vienen, también para iniciar los proyectos y desafíos nuevos, explicaban desde la organización.
Esta actividad, símbolo de la hermandad entre los pueblos, estuvo a cargo del Centro de Desarrollo Intercultural Mendoza y la Comunidad Kolla de Mendoza, con la participación de la Comunidad Huarpe de Lavalle y el apoyo del municipio local.
Es una oportunidad para fortalecer la identidad de los pueblos originarios, recuperar prácticas culturales y construir puentes con las distintas comunidades del departamento, a través del encuentro que valoriza el legado cultural de cada uno de los pueblos.
Ritual Inti Raymi
Los pueblos originarios de Argentina, Bolivia, Chile, y Perú celebran el 21 de junio el Año Nuevo, en coincidencia con el solsticio de invierno. En la tradición inca el festejo se conoce como Inty Raimy, que también toma al sol como fuente de renovación y sabiduría. Durante la ceremonia se le agradece y se elevan ruegos.
En el hemisferio sur, este 21 de junio, cuando ocurre el solsticio de invierno, transcurre la noche más larga y el día más corto, de la cual surge un nuevo Sol. Para los pueblos originarios, este fenómeno es considerado como un renacer porque la época de cosecha culmina y la tierra se prepara para su nuevo tiempo de fertilidad.