Un grupo de personas que debían estar aisladas, por haber mantenido contacto estrecho con personas diagnosticadas con coronavirus, hicieron una fiesta clandestina en Córdoba.
El hecho ocurrió en Altos de Chipión, un pueblo con unos 2.000 habitantes, donde las reuniones sociales están prohibidas por la pandemia. Hoy, tiene 47 casos activos.
Justamente, todo comenzó con una reunión clandestina con unas 20 personas. Dos días después del encuentro, una joven que había participado en la reunión comenzó a manifestar síntomas compatibles con la enfermedad.
Efectivamente había contraído coronavirus por los que todas las personas que habían estado en la clandestina debieron aislarse. Fue entonces cuando empezó a gestarse “La fiesta de los aislados”.
“No hay una explicación posible. Cada vez nos sorprendemos más, hay cosas que no nos caben en la mente”, dijo el intendente y médico Neris Garraza.
“No pudimos detectar la fiesta cuando se estaba realizando. Nos enteramos después de que sucedió. Es muy difícil a veces poderlas prevenir”, señala Garraza.
Para empeorar la situación, en la segunda clandestina no solo participaron los aislados sino que además fueron otras personas que no habían estado en la primera fiesta.
“No solo rompieron las reglas una vez, sino que después volvieron a hacerlo. La gente que está trabajando en salud, arriesgando sus vidas, se desanima al ver estas situaciones. Tratamos de prevenir y controlar, pero a veces no se pueden frenar todos los casos”, dijo el intendente.