Las infecciones respiratorias son la principal causa de morbilidad y mortalidad por enfermedades infecciosas en todo el mundo y afectan en especial a los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 65 años.
Estas infecciones suelen ser de mayormente de origen viral (en más del 80% de los casos), mixto (por virus y bacterias) o solo por bacterias (menos frecuentemente); son contagiosas y se propagan rápidamente.
A pesar de que los conocimientos sobre las modalidades de transmisión están en constante evolución, la información científica actual indica que el modo primario de la mayoría de las infecciones respiratorias agudas son las gotitas (partículas) eliminadas al hablar, toser o estornudar, aunque también se pueden transmitir por contacto (con la cara o las manos de personas enfermas, o al tocar superficies contaminadas) o por aerosoles respiratorios infecciosos a corta distancia.
“Si bien se ha decretado el fin de la (emergencia por la) pandemia de la Covid-19, es importante que sigamos practicando esos hábitos que aprendimos durante estos difíciles años y que ya incorporamos con naturalidad y sin avergonzarnos: ante algún síntoma de enfermedad respiratoria, el uso de tapabocas o barbijo nos ayuda a cuidarnos a nosotros mismos y a quienes nos rodean; el lavado de manos frecuente (teniendo siempre con nosotros un frasco de alcohol gel), la ventilación de los ambientes (10-15 minutos varias veces en el día, sobre todo cuando transitan muchas personas por el mismo espacio), estornudar o toser en el pliegue del codo o el dorso de la mano son medidas de prevención muy simples que tienen un enorme impacto en la disminución de la transmisión de las infecciones respiratorias”, afirmó el médico Francisco Nacinovich (MN: 75.823), jefe de Infectología y Control de Infecciones Hospitalarias del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires - ICBA.
Dada la estacionalidad y, en las últimas semanas, las bajas temperaturas (que han llegado tarde en nuestro país) el virus con mayor circulación es el llamado Sincicial Respiratorio (VSR) que, si bien afecta principalmente a los niños, también puede hacerlo en los adultos de cualquier edad (en especial los adultos mayores de 60 años). También, el virus de la influenza, causante de la gripe, está circulando en nuestro país y, curiosamente, desde los primeros meses del año a pesar de las altas temperaturas que se registraron.
“Es importante destacar que tanto el VSR como el de la gripe, no sólo pueden causar las clásicas manifestaciones respiratorias que conocemos (tos, fiebre, congestión nasal, dolor de garganta, dolores de cabeza y de los músculos) sino también eventos cardiovasculares y deterioro de enfermedades como la diabetes, las enfermedades respiratorias y cardiacas crónicas, entre otras. Por suerte existen diferentes tipos de testeos para poder diagnosticar las enfermedades respiratorias en curso. Los mismos son solicitados por el profesional de la salud. Es importante que se realicen, no sólo para saber qué microorganismo (virus o bacterias) tiene el paciente, sino para indicarle un tratamiento adecuado y, en caso de personas de riesgo, evitar complicaciones. Generalmente se realizan hisopados en la nariz, que se envían al laboratorio para su estudio, y poder orientar al paciente, darle pautas de alarma y cuidados, indicar el tratamiento adecuado y evitar el uso de antibióticos que, en el caso de las infecciones causadas por virus, no tienen ningún efecto y hasta pueden ser dañinos si no están claramente indicados”, explicó Nacinovich.
“Actualmente, en Argentina la tasa de testeo es muy baja. Sin embargo, este es un hábito que se debe promover dentro de la comunidad médica ya que los recursos existen y pueden mejorar el abordaje y tratamiento de las personas que cursan una infección respiratoria, evitando así mayores consecuencias”, agregó el doctor.
“También es clave asegurarse que todos tengan las vacunas al día, ya que fortalecen el sistema inmune y evitan las complicaciones que pueden ocurrir; por ejemplo, la vacuna de la gripe previene la ocurrencia de infartos en el corazón”, concluye el Dr. Nacinovich.
Prevención en el ámbito de atención
Las medidas de prevención y control de las infecciones en el ámbito de la atención de la salud son sumamente importantes para la seguridad de los pacientes, los trabajadores de salud y el medio ambiente, y para dar respuesta a la amenaza que plantean las enfermedades transmisibles a la comunidad mundial y local.
En una era de enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes, esas medidas de prevención y control durante la atención sanitaria son de suma importancia. Dado que muchos síntomas de estas afecciones son frecuentes e inespecíficos, la falta de implementación de las medidas de prevención y control durante la atención sanitaria, puede acarrear serias dificultades.
Sin embargo, esas medidas, que comprenden el lavado de manos frecuente, la detección temprana de la infección, las precauciones inmediatas de aislamiento, la ubicación apropiada de los pacientes y la ventilación de los ambientes, son esenciales para contener y mitigar las repercusiones de los microorganismos que pueden constituir una amenaza de salud pública de grandes proporciones.