¡Increible! navegó desde Portugal hasta Mar del Plata para celebrar el Día del Padre

Juan Manuel Ballezteros zarpó el 24 de marzo en su velero "Skua" desde Porto Santo con destino a “La Feliz”. El objetivo de esta aventura, reencotrarse con sus padres.

¡Increible! navegó desde Portugal hasta Mar del Plata para celebrar el Día del Padre
Juan Manuel Ballezteros a borde de su velero "Skua". El objetivo de esta aventura, reencotrarse con sus padres / Gentileza

Después de 85 días en alta mar, Juan Manuel Ballezteros llegó a la localidad de “La Feliz”, Mar del Plata, proveniente desde Porto Santo, isla ubicada en el archipiélago portugués de Madeira. La embarcación que utilizó fue su velero “Skua” de menos de 10 metros de largo (28 pies), informó Infoabe.

El motivo de esta apasionante travesía era el de reencontrarse con sus padres, Carlos Ballestero (90) y Nilda Gómez (82).

Quince días después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al COVID-19 como Pandemia, el hombre de 47 años decidió dejar Portugal (donde vivía actualmente) para regresar a Mar del Plata, su ciudad natal, la cual se encontraba a más de 8.000 kilómetros. A pesar de esta imponente distancia, Ballezteros, estaba convencido de realizar su viaje. A través de su cuenta de Instagram afirmó que “El mar templa el carácter y enseña humildad”.

Finalmente y después de pasar más de dos meses en alta mar, Juan Manuel arribó al puerto de Mar del Plata el miércoles 17 de junio al mediodía. Por protocolo sanitario, el hombre completó los trámites migratorios correspondientes sin bajar de la embarcación, y solo tuvo contacto con personal de Prefectura Naval Argentina, que se acercó en un bote. Durante los próximos catorce días, deberá cumplir la cuarentena a bordo de su velero, que está amarrado en una boya de cortesía del Club Náutico.

Juan Manuel Ballestero es también surfista, socorrista, buzo y paracaidista y este es el segundo cruce oceánico del navegante, ya que en 2011 había realizado un viaje en velero entre Barcelona y Mar del Plata.

Durante el tiempo que Ballezteros estuvo en el océano, pasó por todo tipo de situaciones, “Una manada de delfines me acompañó casi 4 mil millas y tuve dos golondrinas negras que me acompañaron casi todo el viaje por Brasil”, contó en un reportaje que brindó en la radio.

“En todos mis viajes, los delfines fueron una compañía importante. Una vez en Cabo Verde me salvaron la vida porque estaba muy cansado y empecé a quedarme dormido. Sus sonidos me despertaron y evitaron que chocara contra una piedra”, agregó.

Según infobae, durante el trayecto, el navegante sufrió fisuras en el casco y, en un tramo, el velero se le dio vuelta a causa de una fuerte ola en medio de una tormenta. Además Ballezteros comenta que “Cuando atravesé el Ecuador me quedé siete días varado. Eso fue fuerte para mí y para la psiquis. Perdí el control absoluto porque no podía ir a ningún lado. Frente a Brasil también tuve viento extremo y tuve que parar para arreglar el barco”.

Por lo pronto, una vez superadas las medidas de aislamiento, Ballestero podrá reencontrarse personalmente con quienes fueron la meta principal de su travesía oceánica: su padre, Carlos, un reconocido capitán de pesca de la ciudad, y su madre, Nilda.

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