La situación en Viña del Mar, Valparaíso y regiones aledañas -sobre todo en las zonas altas, de bosques y que más alejadas se encuentran de la costa del Pacífico- dista mucho de los tranquilos febreros que caracterizan a las playas chilenas. Y es que si bien los incendios forestales son una constante en el verano de la Quinta Región (principalmente en los mencionados bosques), entre el viernes y el sábado pasado se desataron impactantes incendios que afectaron las actividades y el normal funcionamiento en esas ciudades, y también en Reñaca (aunque a esta ciudad no llegaron los incendios).
Hasta el momento ya son más de 110 los muertos en estos incendios, que durante el fin de semana dejaron “escenas apocalípticas y pandémicas”, según reconstruyeron en diálogo con Los Andes algunos mendocinos que están de vacaciones en estas ciudades balnearias.
“Ahora ya está más tranquilo y se está despejando de a poco el cielo, pero el fin de semana fue tremendo. Llegamos el viernes, fuimos al shopping de Viña y, estando allí, declararon toque de queda y cerraron todo. Tuvimos que irnos a casa”, resume Mariano Meneo, quien llegó a Viña del Mar el viernes pasado y se quedará en la ciudad hasta mañana, martes.
“El fin de semana fue realmente terrible todo. Llegamos el viernes y, ya pasando la aduana y llegando a Los Andes, se veía el cielo con algo de humo y olor a quemado. Y cuando llegamos a Viña fue desolador todo, había una especie de nube naranja que tapaba el sol, todo estaba teñido de rojo y se acumulaban cenizas como de cigarrillo arriba de todo. Si a eso le sumás el toque de queda y que empiezan a sonar sirenas en la ciudad y las alarmas en los celulares, es una escena apocalíptica y pandémica, horroroso todo”, acota a su turno Belén Aberastain, quien llegó a Chile también el viernes pasado.
Si bien las escenas y los momentos más críticos y de mayor dificultad transcurrieron durante el fin de semana, en la medida en que pasan las horas y ante la mayor intervención de las autoridades, la situación se torna menos desesperante. De hecho, de a poco el humo se va disipando en el cielo y va mejorando la visibilidad. No obstante, el estado de alerta y el toque de queda se mantienen.
“La situación está controlada. El asunto es que se están limpiando los escombros, y para ellos han puesto toque de queda, para que las instituciones que están trabajando puedan circular. No creo que dure mucho esto”, destacó a su turno Rodrigo, quien tiene departamentos en alquiler en Reñaca.
Son muchos los mendocinos que tienen -o tenían- previsto viajar a Reñaca y Viña del Mar el próximo fin de semana (que será XXL por los feriados de Carnaval). “En la zona de Reñaca no hay grandes problemas y, por lo visto, lo peor ya pasó”, agregó el encargado de los departamentos en alquiler.
ESCENAS APOCALÍPTICAS
En las redes sociales, en el transcurso del sábado, se viralizaron las escenas de la tradicional postal de las playas de Reñaca -aquella donde se ve la silueta de la gaviota sobre la ladera de un jardín-, pero con las columnas de humo sobre el cielo y el sol reducido a un mínimo punto amarillo que se colaba entre las nubes de humo y ceniza.
Mientras tanto, la gente -como podía- intentaba disfrutar de las pocas horas de playa, ya que después de las 18 comenzaba a regir el toque de queda y todos debían regresar a sus casas.
“El primer día habían anunciado el toque de queda a partir de las 21, pero después lo adelantaron a las 18. Y la gente que había ido a la playa y no se volvió a las 18 empezó a ser advertida y corrida por los carabineros”, repasa Belén. “Por lo que han explicado, en toque de queda es para despejar vías en horas de la noche y queden para la circulación de servicios de emergencias, salud y carabineros. A partir de las 19 ya no hay nadie en la calle, y todo está cerrado”, cuenta la mendocina.
En los supermercados, en tanto -y especialmente el viernes y el fin de semana-, las colas durante el día eran por demás llamativa. “La gente compraba agua y papel higiénico”, sigue Belén. La mendocina está de vacaciones con su padre -quien tiene problemas respiratorios-, su madre y sus hijos. Están en un piso 10, y el viernes y sábado debieron manejarse exclusivamente por las escaleras, ya que hubo un corte de energía (programado) a raíz de los incendios.
La mendocina destacó, además, que durante el fin de semana hicieron un cortafuegos en la calle 1 norte para evitar que las llamas siguieran avanzando hacia la zona más céntrica de Viña. “Decí que fue una buena decisión y funcionó, porque si no el fuego llegaba al centro y no se salvaba nada”, agrega Aberastain.
REÑACA. MÁS TRANQUILO
Tanto Belén como Mariano, los dos mendocinos consultados por Los Andes, coincidieron en que la zona más crítica y las principales restricciones en la visibilidad y en el aire para respirar se dieron en Viña del Mar y Valparaíso, sobre todo en la parte alta.
Pero en Reñaca la situación no es tan dramática, más allá de las impactantes imágenes registradas durante la tarde del sábado y mientras la gente intentaba hacer vida de playa de forma normal, aunque con el cielo atestado de humo y cenizas.
“En Reñaca se empezaba a ver el humo, porque el viento lo llevaba desde Valparaíso, Pero se veía muy poco Y aunque durante el fin de semana sacaban a gente de la playa, ya han disminuido los incendios. Se ve que quedan zonas quemadas y de las que sale humo, pero ya se ven controlados”, explicó Mariano Meneo.
Belén también describe la situación actual como más tranquila, con un cielo despejado -o más despejado que antes- y sin que se vean las grandes llamas de incendio. No obstante, aclara que siguen los focos activos.
“Está vacía Viña, y eso que en febrero suelen venir muchos chilenos. Pero no hay mucho movimiento, no hay actividad. Hasta antes de ayer era muy difícil respirar, aún incluso a la altura del mar. Pero, por suerte, ahora se está limpiando el ambiente”, agrega Belén.
El regreso a Mendoza es algo que también le preocupa a esta mendocina. Y es que, con su vehículo, deberá tomar por la autopista y atravesar las zonas más afectadas por las llamas.
“Nos preocupa mucho el regreso, porque está en el camino los pueblos que se quemaron, como -por ejemplo- la zona de Villa Alemana. Esperamos que de acá al 13 podamos volver, pero la verdad es que es lo que más nos preocupa”, concluye.