La provincia de Neuquén destaca por su variada y abundante fauna, sin embargo, en los últimos años, el impacto de las actividades humanas ha llevado a que algunas especies se encuentren en peligro de extinción. Entre ellas se encuentra el pichiciego, también conocido como armadillo hada rosa.
Sin embargo, para sorpresa de los habitantes de la zona de Añelo (ubicado a 104 km de la capital), este jueves se avistó un ejemplar de esa especie. El descubrimiento fue capturado por un residente local y rápidamente se hizo viral en las redes sociales.
“Hoy por la mañana tuve la suerte de ver por primera vez y puedo afirmarlo, al (pichiciego) aquí en Añelo”, declaró Hugo Reguero, el usuario que compartió las imágenes del animal en su cuenta de Facebook.
El pichiciego pampeano, conocido científicamente como Chlamyphorus truncatus, tiene una longitud de poco más de 10 centímetros y pasa la mayor parte de su vida excavando bajo tierra, alimentándose de hormigas, gusanos y algunas larvas. Se destaca por su distintivo caparazón rosado y su suave pelaje blanco, entre otras características.
La presencia del pichiciego en la estepa de Añelo ha generado gran atención, ya que a pesar de habitar la zona, es sumamente difícil observarlo e incluso más difícil aún grabarlo. Estos animales son susceptibles al estrés y generalmente evitan el contacto con los seres humanos.
En las imágenes que se volvieron rápidamente virales, se pudo apreciar al pequeño animal a tan solo unos metros del vecino, quien no dudó en sacar su celular y grabar en video este inesperado hallazgo.
Aunque el pichiciego habita una extensa franja del país, desde el norte de la Patagonia hasta la provincia de Catamarca, se sabe poco sobre su población. Sin embargo, en los últimos tiempos, algunas actividades productivas como la ganadería y la agricultura intensiva han afectado su delicado hábitat.
Por otro lado, la captura de ejemplares con fines de tenerlos como mascotas o venderlos en el mercado negro también ha puesto en peligro a la especie, ya que no logran sobrevivir más de siete u ocho días en cautiverio.
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