La provincia de Mendoza mantiene un fuerte vínculo histórico, cultural y productivo con el agua. Esto se evidencia en el activo accionar de las instituciones públicas y/o privadas, y los diferentes actores sociales que interactúan en el territorio en busca de la preservación del agua como bien común. El agua de los ríos en Mendoza proviene principalmente de la alimentación a partir de glaciares (65%) y de la fusión nival (17%). Es decir, se encuentra mayormente en ambientes montañosos, formando glaciares y nieve que alimentan ríos y arroyos y forman humedales de altura como vegas y lagunas. En el llano, también existen humedales en la región del Monte Central. Estos poseen gran valor desde el punto de vista de la biodiversidad, servicios ecosistémicos, recreación y valor arqueológico. Debido a que el territorio de nuestra provincia se encuentra predominantemente en tierras secas, estos humedales adquieren gran importancia.
Se considera como humedales a una gran variedad de ecosistemas, intermedios entre ambientes permanentes inundados y ambientes normalmente secos. Un humedal es un ecosistema donde el agua tiene niveles fluctuantes, y donde existe un tipo de suelo, flora y fauna muy distinta a la de otros ambientes. Estos sistemas son intrínsecamente importantes por ser uno de los entornos más productivos y por brindar importantes servicios ecosistémicos. En particular, son muy relevantes para Mendoza, por ser ésta una provincia con predominio de clima árido y semiárido donde existe un marcado déficit hídrico anual. Es por eso que la protección y el manejo racional de estos espacios son de gran importancia para la sociedad.
Si bien en la provincia existen algunos humedales protegidos, como los que se encuentran dentro del Convenio de Ramsar: Laguna de Llancanelo y Laguna y Ciénagas de Guanacache, otros antiguamente vinculados a las Lagunas de Guanacache no lo están. Es el caso del sistema Leyes-Tulumaya en los departamentos de Lavalle, Guaymallén y Maipú. Históricamente, el sistema Leyes-Tulumaya formaba parte de la Gran Ciénaga del Bermejo, depresión ligeramente ondulada con afloramientos de agua en algunos sitios y vegetación propia de ambientes palustres. Los procesos naturales (disminución del caudal de los ríos y descenso freático) y principalmente las acciones antrópicas (drenaje artificial del agua y avance agrícola-ganadero) modificaron el ecosistema quedando hoy sólo algunos relictos. Actualmente, podemos encontrar lagunas asociadas al Arroyo Leyes, tales como las laguna Tapón Bombal, del Viborón, La Paloma y de Soria. A pesar de haber estado conectados con el sistema de Guanacache, el sistema que conforman los Arroyos Leyes y Tulumaya, no cuenta actualmente con ninguna protección con la excepción de la Laguna del Viborón (Maipú) y muy recientemente la Laguna de Soria (Lavalle), ambas declaradas Reserva Natural Municipal.
Dentro de los beneficios que brindan los humedales se encuentra el control de inundaciones, recarga de acuíferos, protección contra tormentas, retención y exportación de nutrientes, y su importante función como depuradores de agua o biorremediadores. El sistema Leyes-Tulumaya tiene un rol fundamental en la purificación de las aguas provenientes del riego agrícola y los desagües industriales. Este sistema recibe aguas provenientes de las escorrentías pluviales de la ciudad de Mendoza por medio del canal Cacique Guaymallén, como así también de los desagües líquidos de la zona industrial del departamento de Godoy Cruz y Maipú por medio del canal Pescara y los desagües agrícolas de la primera, segunda y tercera zonas de riego. Además de este servicio ambiental, los arroyos y sus lagunas son un sumidero de las aguas de crecidas, ya que reúnen varios colectores aluvionales de la ciudad de Mendoza, Guaymallén, Maipú y Lavalle. Por ello, resulta clave realizar un manejo sostenible del sistema para mantener y mejorar los servicios ambientales que brinda.
Por otro lado, estos humedales tienen gran potencial para actividades sustentables y de bajo impacto como la pesca, obtención de productos, recreación y turismo. Algunas de estas actividades se vienen realizando en la Laguna del Viborón y en menor medida en Laguna de Soria.
Asimismo, es importante destacar la gran diversidad de flora y fauna que albergan. Además de una flora exclusiva de ambientes acuáticos y periacuáticos (con algunas especies exóticas como el tamarisco), se encuentran diferentes especies de peces. También se pueden observar mamíferos como el coipo o falsa nutria, zorros, reptiles, un gran número de aves de ambientes acuáticos como garzas, gallaretas, cisnes, tero real y especies migratorias, presentes en primavera y verano, como chorlitos, golondrinas, flamencos, entre otras. Es valioso mencionar que esta área es una importante escala de alimentación y descanso de las especies migratorias antes de su llegada al Sitio Ramsar Laguna Llancanelo, 400 km al sur. En la página https://www.argentinat.org/places/arroyos-leyes-tulumaya-y-laguna-del-rosario pueden observarse fotografías con identificación de plantas y animales presentes en el sistema de lagunas.
Sumado a los valores en cuanto a servicios ecosistémicos, actividades recreacionales y biodiversidad, el área también posee valor arqueológico. En esta zona se encontraban asentamientos de los pueblos originarios de la estirpe huarpe. En las cercanías a estos sistemas de lagunas han sido hallados restos de alfarería y otros objetos que los huarpes utilizaban para la agricultura y pesca.
En base a lo expuesto, se hace evidente la necesidad de proteger el sistema Leyes-Tulumaya mediante normas legales y proyectar el desarrollo de diferentes actividades, estudiando cuidadosamente su impacto y priorizando la protección del patrimonio natural y cultural que posee todo el sistema de lagunas que ha quedado como relicto de lo que alguna vez fue la Gran Ciénaga del Bermejo.
*La autora es Bióloga. Asociación Biota. ONG orientada a la conservación de la biodiversidad, a través de la investigación y la educación del medio ambiente.
Edición y producción: Miguel Titiro.