Si bien el 2020 fue un año marcado por la pandemia en el que la población pasó muchos meses en aislamiento o con la circulación condicionada, en Mendoza se registró un aumento en la cantidad de incendios forestales respecto a 2019, siendo el 80% de ellos en el sur provincial.
Guillermo Ferraris, coordinador del Plan Provincial de Manejo del Fuego, señaló que “tuvimos más incendios a pesar del aislamiento: en 2019 fueron 115 y en 2020 llegamos a 131”. Del total de siniestros del año pasado, 70 fueron en General Alvear, 21 en San Rafael y 10 en Malargüe.
A pesar de ese incremento de casos, el panorama es positivo porque disminuyó la cantidad de hectáreas afectadas a nivel provincial, pasando de 60 mil en 2019 a 35 mil en 2020, casi un 60 por ciento menos.
Para Ferraris esto responde a que existe “un accionar más rápido de la detección de los fuegos y una salida más veloz del personal; se ha mejorado el tiempo de respuesta”.
Destacó el rol del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, quien aporta los aviones y el helicóptero que ayudan a combatir los focos.
“El martes hubo principio de incendio detrás de La Favorita y desplazamos el avión hidrante que en un solo vuelo apagó el incendio 5 hectáreas”, precisó.
Actualmente Mendoza cuenta con la mencionada nave, un Air Tractor, con una capacidad de lanzamiento de 3 mil litros promedio; un avión observador, Cessna 182, que permite relevar las áreas de riesgo y coordinar desde el aire los operativos, y un Bell 407, un helicóptero que tiene un bambi bucket (canasta) que puede cargar entre 800 y 1000 litros. Los dos primeros están en La Puntilla y el último se encuentra en Monte Comán. “A los tres los envían desde el Plan Nacional, entre octubre y marzo de cada año”, señaló Ferraris.
Si bien esos fueron históricamente los meses con más incendios, actualmente se suman julio, agosto y septiembre, por lo que analiza hacer una redistribución de recursos.
Luego de que en 2019 se modificara el sistema de cálculo de multas, ahora se actualizan automáticamente ya que están atadas al precio de los combustibles. “El monto máximo que podemos cobrar es de 2 millones 400 mil, evaluando el daño y perjuicio que se ocasiona”, explicó el Coordinador.
Además de la Ley 6.099 (de Prevención y Lucha contra Incendios en Zonas Rurales), las autoridades cuentan con el Código Contravencional, que prevé multas de hasta 50 mil pesos y días de arresto. En cuanto a las multas aplicadas durante 2020, algunas rondan los 200 y 300 mil pesos, aunque una llegó a los 600 mil pesos.
En total, las sanciones aplicadas durante el año pasado rondan un total de 2 millones de pesos. Algunas fueron por falta de construcción o mantenimiento de picadas cortafuego. Otras por quemar en lugar de hacer la limpieza de los terrenos para la nueva temporada de siembra.
El funcionario detalló cómo se establece el monto de las sanciones: “Calculamos la cantidad de kilómetros de picadas cortafuego que deberían haber realizado y el valor que tendría efectuarlas. Multiplicamos las dos cifras y nos da el total. Además, igual deben hacer la picada cortafuego”, indicó. Por otro lado se encuentran las sanciones realizadas a personas que iniciaron fuegos en áreas protegidas, en sectores no autorizados, que rondan los 20 mil pesos.
El plazo procesal entre que se aplica la sanción y la misma queda efectiva tiene un mínimo de dos meses. Algunas infracciones son identificadas mediante imágenes satelitales.
Respecto a las causas de los 131s siniestros que hubo en 2019, 21 tuvieron origen en el clima, 14 fueron intencionales, 5 por negligencia, 10 por accidente y 6 falsas alarmas.
Los 75 restantes fueron declarados con causa desconocida lo que significa que “no pudimos determinar si fue un cable, una rama y no se vio a nadie en el lugar”, pero “entendemos que la causa fue humana”, concluyó el funcionario.
2001-2018
De 800.000 hectáreas a 94.000
Desde 2001, cuando comenzaron a realizarse las estadísticas, las cifras de territorio dañado fueron disminuyendo marcadamente. Así, ese primer año fueron 800 mil las has quemadas, correspondientes a 110 incendios. En 2002 fueron 315 mil pero en 2004 nuevamente se elevó la cantidad, llegando a 624 mil hectáreas.
Luego, hasta 2014, nunca se volvieron a superar las 90 mil hectáreas. “Ese año hubo una sequía muy extrema, con muchas tormentas secas, que tienen mucha actividad eléctrica y pocas precipitaciones, lo que generó incendios de grandes magnitudes. Lo mismo pasó en 2017”, manifestó Ferraris.
En esos años fueron 284 mil y 418 mil las hectáreas afectadas, respectivamente. Posteriormente, en 2018, hubo un descenso importante, siendo 94 mil las has dañadas.